Socialismo o Barbarie, periódico Nº 116, 13/12/07
 

 

 

 

 

 

Mendoza: por luchar por el blanqueo laboral…

Reprimen a los trabajadores del ajo

Por Manuel Rodríguez

Cuando la primera exportadora de ajo del país, la empresa Campo Grande, reclamó a sus obreros que firmen el “cambio de nombre” de la “cooperativa de trabajo” mediante la cual los explota, las y los trabajadores se inquietaron. Frente a una nueva maniobra fraudulenta de la patronal para empezar a quebrar una empresa fantasma y solventar sus deudas, los trabajadores se interesaron por averiguar qué pasaría con sus aportes jubilatorios. Es así como se enteraron que Campo Grande no sólo no había hecho ningún aporte, sino que ellos tenían deudas al estar registrados como monotributistas. Esto se debe al perverso sistema de “cooperativas de trabajo”, bajo el cual la patronal maneja cooperativas fantasmas donde los trabajadores y trabajadoras figuran como “socios”, “tercerizando” la contratación. Gracias a esta farsa de contratación indirecta, las patronales del ajo mantienen a los trabajadores en una situación de semi-esclavitud, fuera de toda norma básica del derecho laboral: no tienen obra social, ni días por enfermedad, ni vacaciones, ni aguinaldo, ni jubilación, a pesar de que se les hacen los descuentos correspondientes (el 10% del sueldo en la mayoría de los casos). Soportan jornadas de trabajo de más de 14 horas diarias sin el reconocimiento de las extras, y pueden ser echados sin motivo alguno, en cualquier momento y sin ninguna indemnización. Sufren amenazas, persecuciones y más recientemente, “listas negras” de las patronales. Una situación similar a la que son sometidos los trabajadores del pescado de Mar del Plata.

Los trabajadores dicen basta

Los trabajadores, hartos ya de la prepotencia de esta patronal esclavista, decidieron organizarse, para lo cual eligieron delegados, y se movilizaron para reclamar el blanqueo y la registración laboral. El jueves 29 de Noviembre los y las 500 trabajadoras y delegados de Campo Grande cortaban las entradas de camiones sobre la ruta 50. Todos y todas las obreras de Campo Grande salieron a bloquear las entradas reclamando lo que con tanta rabia y tantas razones debían reclamar: el fin de esta situación de super-explotación y el blanqueo y la registración laboral. La respuesta de la patronal no se hizo esperar: la represión. La policía atacó salvajemente a hombres y mujeres sin distinción, con cachiporra, balas de goma y gas pimienta. Pero como arrastrar, moler a palos y disparar a los trabajadores del ajo no le alcanza a la policía y justicia mendocinas, comenzaron a arrojar piedras y hasta bicicletas a los y las trabajadoras que resistieron valerosamente el brutal ataque, especialmente las trabajadoras que estaban en la primera fila. La bestial represión dejó más de 75 heridos, muchos de gravedad, así como varios detenidos. Sumado a esto, la empresa despidió a casi todos los delegados.

Párrafo aparte merece la encargada de la represión, la fiscal Liliana Giner, quien luego de la misma, declaró a la prensa en la puerta de la empresa que iba a procesar a los detenidos por el “delito de resistencia” (¡!), y que “no han habido mujeres golpeadas”, ya que “la policía actúo lo más correctamente posible”. Semejante cinismo y desprecio por la vida de los trabajadores y su responsabilidad por la brutal represión la han puesto hoy al borde de perder su cargo, dado el escándalo que en toda la provincia causó la represión.

La patronal es dura porque tiene mucho que perder. La industria del ajo en Mendoza es un pequeño coloso capitalista. Argentina es el cuarto productor y el segundo exportador mundial y Mendoza produce el 83% del ajo en el país. Esto genera en la provincia ganancias de U$S 73 millones por las 74.500 toneladas exportadas. Un pequeño grupo de 20 empresas, lideradas por Campo Grande y Sanes, concentra la abrumadora mayoría de la actividad de corte, limpieza y empaque, que emplea a más de 28.000 trabajadores bajo el negrero sistema de “cooperativas de trabajo”.

Pero las y los trabajadores de esta industria conocen bien a su enemigo, su patronal y están hartos de soportar esta situación. La salvaje represión conmovió al gremio y en respuesta a la misma se largaron paros desde el día siguiente. El lunes 3 una marcha de 1.500 trabajadores frutihortícolas de “cooperativas” y de otros sectores recorrió la ciudad de Mendoza haciendo oír fuerte el reclamo de la regularización laboral, contra las “cooperativas”. Se están organizando para luchar contra los despidos y por el blanqueo de su situación laboral. Recién frente a estas presiones, el gobierno se vio obligado a convocar a la conciliación obligatoria.

Por su parte, la patronal, sintiendo cómo se pone bravo el avispero, hace una serie de declaraciones provocadoras en defensa de la salvaje represión. La Asociación de Productores, Empacadores y Exportadores de Ajos, Cebollas y Afines de Mendoza salió a respaldar a la fiscal, declarando que la misma se comportó de “la forma prudente, digna y paciente”, y que las “cooperativas” que contratan a los trabajadores “cumplen las normas legales vigentes”. Y la Unión Comercial e Industrial de Mendoza, en una nota a la Cámara de Senadores, felicitó a la fiscal por “hacer cumplir la ley”.

Las trabajadoras y trabajadores del ajo le han dicho basta al perverso sistema de las “cooperativas” y salieron a luchar. Saben que de la otra vereda se encuentra una patronal esclavista, una justicia y policías sanguinarias y un gobierno que respalda a ambos. Pero hartos de esta situación de explotación, salen a enfrentarlos y resisten la violenta represión a que los someten. Es su justo reclamo, su propia organización y la solidaridad de los trabajadores que los rodean las armas con las que cuentan para terminar con las “cooperativas” y ganar el blanqueo y regulación de su situación laboral.