Cambios productivos y concentración
agraria
Las
consecuencias de la sojización
Por Juan José Funes
El paro rural con su reaccionario reclamo de reducción indiscriminada
de los aranceles de exportación (retenciones), ha puesto en
tela de juicio un elemento fundamental del andamiaje de la
política económica del gobierno kirchnerista. Pero también
ha hecho emerger problemas estructurales del campo
argentino. Veamos esto último más de cerca.
Cambios productivos
La oligarquía terrateniente argentina, salvo raras
excepciones, fue siempre una clase muy conservadora y poco
afecta a las iniciativas productivas y al cambio tecnológico.
Para qué invertir si la pampa húmeda era (y es) un paraíso
agropecuario; todo crecía sin gran esfuerzo. La
producción aumentaba en forma extensiva de acuerdo a la
demanda del mercado mundial. Tierra sobraba.
Sin embargo, a partir de la década del ’30 se produjo
una situación de estancamiento agrario de importancia dado
el cambio que ocurrió en las condiciones económicas
internacionales en esa fecha. Esto termina obligando a dar
una vuelta de tuerca desde el punto de vista de la explotación
capitalista propiamente dicha del campo argentino.
A partir de los ’70, este estancamiento se comienza a
revertir. Primero con un impulso a la mecanización. A
partir de 1980 y producto de la desertificación
–fundamentalmente en la Pcia de Bs As.– se empiezan a
usar fertilizantes en forma más intensiva. En la década de
los ‘90 se incorporan dos avances que iban a cambiar
conjuntamente la forma de producir tradicional, provocando
cambios de todo tipo en el campo argentino: la siembra
directa y la biotecnología aplicada a las semillas (1).
Era un cambio inevitable si se quería subsistir en la
economía mundializada.
En honor a los hechos, hoy el 70% de la agricultura se
lleva a cabo mediante la técnica de siembra directa y
con semillas genéticamente alteradas. Resisten mejor
las plagas, a los distintos climas y lo más importante
desde el punto de vista capitalista, aumentan los rindes por
hectárea. Sin embargo, no se pueden reproducir en el campo
mismo y deben ser compradas a las grandes empresas
trasnacionales proveedoras de las mismas...
Provincias como Catamarca, Formosa y Santiago del Estero
hoy son productoras de granos. Hace 40 años esto era
impensado por su clima. Hay que resaltar que este es un fenómeno
mundial. Paraguay es el 6to productor mundial de soja y Mato
Grosso (Brasil) lindante con Amazonas, es uno de los
productores mas importantes del país vecino. Ya que lo
mencionamos, todo el mundo sabe que la estrella del cambio
en la Argentina es la soja (2): actualmente, 50% del área
sembrada. El área sembrada con trigo está estancada
con tendencia a retroceder y hay leves repuntes del maíz y
fundamentalmente del girasol.
El boom sojero
A principios de la última década se dan dos fenómenos
que explican en parte el boom sojero: se agudiza la
crisis petrolera internacional y como producto de la
epidemia "vaca loca" se comienza a alimentar el
ganado con balanceados de origen vegetal.
Aparecen en nuestro país nuevas agroindustrias. La
producción de biodiesel (combustible alternativo), cuya
molienda alcanzó en el 2007 1.560.000 toneladas de soja*.
La industria aceitera y la del biodiesel dan un subproducto:
pellets de soja que en el 2005 alcanzó 17 millones
de toneladas, la inmensa mayoría destinada a la exportación
a China, a la Unión Europea, a la India y otros países
como alimento para ganado. Con la soja, Argentina
tiene ventajas comparativas con otros países; no es un hábito
alimenticio de su población, por lo tanto casi toda la
producción se exporta. Además es un cultivo muy resistente
a las plagas y a los distintos climas y necesita pocos
cuidados, por lo tanto, poca mano de obra...
Como decíamos, ha surgido una industria aceitera de primer
nivel mundial. En nuestro país hay 49 plantas aceiteras
tanto para consumo humano; como fundamentalmente para
producción de biodiesel. De este último sector, las más
importantes empresas son Cargill, Bunge, Dreyfus, A.G.D,
Vicentín y Pecom. Además hay 10 nuevas plantas en
construcción y 18 proyectos (Repsol y Dreyfus); se prevé
moler 10 millones. de toneladas de soja obteniendo 14,7
millones de barriles de biodiesel para el 2010 (3), la mayoría
asentadas en Santa Fe, provincia líder en la producción de
soja en la Argentina. También, como era de esperar, ha
surgido en esta provincia un sector de punta a nivel mundial
de fabricación de maquinaria agrícola.
La crisis petrolera y el boom sojero
Todos estos elementos son la base material que explican la
casi cuadruplicación de la producción de soja en tan pocos
años (4). ¿Pero para qué tanta soja?. Veamos esto.
A partir del 2002 se agudiza la crisis petrolera. Las
causas, entre tantas otras: en los últimos 30 años no ha
habido grandes descubrimientos, la demanda mundial ha ido en
aumento y muchos pozos se han agotado. Sin ir más lejos, en
Argentina hay reservas para cinco o seis años. Su precio ha
saltado, en seis años, de 40 dólares el barril (159 lts) a
110 dólares. U.S.A, que históricamente era un país
autoabastecido, hoy es un importador neto de petróleo.
Produce 5 millones de barriles y consume 20 millones
diarios. La producción mundial es de 82 millones diarios. O
sea, consume el 25% de todo el mundo. Agreguemos a esto la
Unión Europea (importador neto) y los países asiáticos
(China, India y Japón) y el cuadro está completo.
¿Qué factores actúan sobre el precio del petróleo?
1) La demanda (que se verá afectada por la profundidad y
duración de la crisis económica mundial);
2) La inestabilidad política de los principales países y
zonas productoras (Nigeria, Venezuela, Medio Oriente, etc);
3) La depreciación como moneda mundial del dólar;
4) Se está creando una nueva burbuja económica alrededor
de los commodities (materias primas). Cada vez más en las
transacciones petroleras y de granos intervienen “hedge
funds” (fondos de inversión muy especulativos). Se
calcula que el 20% de sus valores actuales es especulación
pura.
Estados Unidos es el primer
productor mundial de maíz, 220 millones de toneladas en el
2007 y destina 80 millones a producir etanol (alcohol). Este
alcohol lo mezcla con sus naftas obteniendo un producto E10
(etanol 10%, nafta 90%). Su producción es 168 millones. de
barriles al año. También es el primer productor mundial de
soja extrayendo biodiesel B5 (5% bio 95% diesel).
Sojización y fuerzas productivas
Desde ya que es una fantasía completa creer que se ha
encontrado el camino de la solución de la crisis energética
con recursos renovables. Es un disparate y una irracionalidad
capitalista de las muchas que hay. Porque no alcanzaría
el planeta entero para suplantar de esta forma los
combustibles de origen fósil... de paso no comería ningún
ser humano!
La crisis petrolera y en menor medida los cambios en la
alimentación del ganado vacuno son la locomotora que
arrastra a la suba el precio de la soja (y en menor medida
el maíz) creando un enorme desequilibrio en los demás
sectores del campo argentino:
1) Producción estancada de trigo y cierre de sus
exportaciones, suba de precios y aplicación de subsidios en
el sector molinero;
2) Crisis del sector ganadero. Subsidios al maíz que
consumen (feed lot) (5);
3) Crisis del sector lechero, precio subsidiado;
4) Crisis del sector frutihortícola.
Como se ve, el proceso de sojización de la agricultura ha
producido cambios de todo tipo: se ha extendido la
frontera agropecuaria a provincias que antes no se dedicaban
a esta actividad; la soja ha avanzado en su implantación
sobre las fronteras ganaderas y tamberas (6), como también
ha hecho entrar en crisis las economías regionales específicas.
Hay un proceso de creciente migración poblacional del campo
a las ciudades y lo que es peor aún, está provocando
alteraciones profundas en el ecosistema. El desmonte de
los bosques es intensivo: "El Impenetrable" en el
Chaco ya prácticamente no existe. La tala indiscriminada de
bosques nativos es la responsable, en última instancia, de
las inundaciones en Salta. Todo porque el monte ha sido
suplantado por campos de soja. Este fenómeno se da también
en Bolivia, Paraguay y Brasil (3.000.000 de hectáreas de
desmonte de selva amazónica por mes!). Como herbicida se
usa el glifosato que es pulverizado sobre los sojales desde
avionetas. Mata todo menos la soja. Popularmente en el norte
de nuestro país al sojal se lo llama "reino del
viento": no hay vida, sólo se escucha el silbido
del viento. El agroquímico provoca enfermedades de todo
tipo en las poblaciones aledañas.
Si bien la siembra directa disminuye los riesgos de
degradación de la tierra, la rotación de cultivos es muy
baja, la soja absorbe en demasía los nutrientes de la
tierra (nitrógeno, fósforo, etc.) junto al uso de
glifosato; todo esto acelera rápidamente la desfertilización
de la misma. Según datos muy conservadores del I.N.T.A, en
la Argentina 60 millones de hectáreas. están degradadas y
se pierden 500 hectáreas de suelo por día.
Concentración agraria y despojo
de los pequeños propietarios
Todo lo expuesto anteriormente hace que la seguridad
alimentaria de los sectores populares en el mediano plazo se
convierta en un problema de primer orden. Ya se comienzan a
sentir los primeros síntomas: el precio de la carne y
las hortalizas por las nubes. Es que el capitalismo
agropecuario en su afán incesante de lucro se ha volcado
a los sectores más rentables disminuyendo la producción de
otros.
Los nuevos modos de producción que ya venían de la década
pasada, más los altos precios internacionales de la mayoría
de las commodities, han profundizado la concentración de
la propiedad agraria de forma y magnitud antes nunca vistas.
Hoy la manera de producir en el
campo es a gran escala, es un fenómeno mundial. Porque son
necesarias grandes inversiones en maquinaria, insumos,
controlar no sólo la cadena de producción sino también la
de comercialización. Este es el significado profundo de una
palabra de moda, “agrobussines”.
La política económica del gobierno kirchnerista, fiel
representante de los grandes pulpos agropecuarios, ha
incentivado este proceso. No es que haya desaparecido la
tradicional oligarquía terrateniente argentina (Anchorena,
Gómez Alzaga, etc.), hay nuevos actores mucho más
poderosos: los pools de siembra, los fondos de inversión,
Swift, Arcor, Quickfood (7), etc.
Es tan acuciante la necesidad de producir en escala
que estos grupos se han extendido a los países limítrofes
asociándose en muchos casos con capitales brasileños.
También están Monsanto, Dupont y Nidera que monopolizan el
sector de los insumos (semillas, fertilizantes y agroquímicos);
Cargill, Bunge y Dreyfus (verdaderos gigantes en producción,
comercialización y exportación de productos del campo).
En esta situación, muchos de los pequeños productores
se han visto y se ven obligados a arrendar o a vender sus
tierras porque son víctimas de los grandes monopolios
ligados al agro y de la política económica del gobierno K
(8).
Hoy la realidad es que existen 130.000 pequeños y medianos
productores con una propiedad promedio de 26 hectáreas cada
uno. En su mejor momento del siglo XX, llegó a haber casi
600.000.
Y de los trabajadores rurales
nadie habla. Son 1.300.000 de los cuales 1.000.000 están en
negro, son eventuales, cobran los peores salarios del país
y están regidos por un decreto de 1980 de la dictadura
militar. De paso digamos que en el paro agropecuario siguen
trabajando, ordeñando vacas, arreando y alimentando ganado,
cosechando soja.
Esta es la realidad del campo
argentino: propiedad de la tierra muy concentrada y
explotación, en todos sus sectores; es decir, capitalista
hasta la médula.
Notas:
(*) Todos los datos estadísticos
de este artículo son de SAGPYA (Secretaría de
Agricultura-Ganadería-Pesca y Alimentación), I.N.T.A
(Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), y
O.N.C.C.A (Oficina Nacional de Control Comercial
Agropecuario).
(1) Las retenciones a la producción
agropecuaria son recaudadas directamente por el gobierno
nacional.
(2) Siembra directa-innovación
que prescinde de arar la tierra mitigando la desertificación
y la pérdida de fertilidad que ello ocasiona. Biotecnología
en semillas: alteración genética en las semillas para
aumentar el rinde por hectárea y ser inmune a las plagas
incorporando por ejemplo, genes alterados inmunes también a
los agroquímicos, variedad RR, soja de Monsanto.
(3) Se necesitan 5 toneladas de
soja para obtener 1tn. (7 barriles) de biodiesel; 3 tn.de maíz
para 1 tn. de etanol. Argentina exporta el 76% del biodiesel
a U.S.A y el 23% a la U.E.
(4) 1995: 13.000.000 millones de
toneladas, 2007: 48 millones de toneladas. (China principal
comprador).
(5) Feed Lot: ganado vacuno
alimentado en corral. El 50% del consumo en el país es
criado bajo esta modalidad.
(6) El ganado vacuno se calcula
que ha bajado de 55 millones de cabezas a 35 millones. Los
tambos de 40.000 a 10.000 unidades productivas.
(7) Grobocopatel (grupo "Los
Grobo”): 600.000 has., la mayoría arrendada; Cresud (G.
Soros), fondo de inversión, 470.000 has; Frigorífico
Swift, 200.000 cabezas de ganado vacuno; Arcor líder en la
industria alimenticia, 45.000 has; Anchorena y G. Alzaga:
40.000 y 60.000 has. respectivamente; de los 80.000
propietarios de la región pampeana los primeros 1.250
concentran el 35% de la tierra, 9 millones de has. Pág.
12.
(8) En honor a la verdad, hay otro
sector que aprovechando los altos precios que se pagan por
arrendar los campos de la pampa húmeda, ha. dejado de
producir, mudándose a la ciudad.
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