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Francia
Estado de bronca general
Por Ramate Keita
Desde París para
Socialismo o Barbarie
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El Nuevo Partido
Anticapitalista (NPA)
Romper con los rompehuelgas
Lamentablemente el NPA continúa en esta materia la política
de la ex LCR de no denunciar jamás a las
burocracias sindicales, ni combatir sus políticas
traidoras, como las que describimos.
Un ejemplo es el panfleto del NPA del 23/02 que se
titula: “Guadalupe-Martinica: hagamos como
ellos.” Finaliza exhortando a “tomar el
ejemplo de las Antillas” y, hablando de las
luchas existentes, proclama que, a partir de ellas, “no
hay nada más urgente que construir la generalización
de la huelga” en Francia metropolitana. Pero,
como de costumbre, ni si menciona un “pequeño obstáculo”:
los canallas de las cúpulas de la CGT, CFDT y Cía.,
que además no movieron un dedo en apoyo concreto a
las islas. ¿Cómo se va a “construir la
generalización de la huelga” en Francia, si no se
derrota a esos rompehuelgas?
Pero la política de la dirección del NPA hacia los
burócratas, no sólo es de silencio cómplice.
También es de apoyo explícito y sin crítica
alguna. Pocos días después, una cumbre de las
burocracias sindicales convocaba una nueva jornada
aislada, para el 19 de marzo... La bronca generalizada
les impedía seguir haciéndose los distraídos... La
dirección del NPA no sólo aplaudió a las
burocracias sin hacer el menor alerta sobre su política.
Junto a los social-liberales del PS, sus viejos cómplices
del PCF, los burgueses opositores del PG y otras
fuerzas políticas por el estilo, firmaron luego una carta
de apoyo absoluto a las cúpulas de las
“ocho organizaciones sindicales” que se reunieron
en esa cumbre.
En resumen, para la dirección del NPA no es
necesario levantar ninguna alternativa frente a las
direcciones traidoras y burocráticas del
movimiento obrero francés.
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París, 1º de marzo.– Bronca (grogne) generalizada:
esas dos palabras sumadas a la falta de credibilidad del
gobierno de Sarkozy están cruzando el humor de las masas
trabajadoras, los estudiantes y los más amplios sectores de
la población.
Es
una “sintonía” común muy peligrosa (para los de
arriba), y que no se observa frecuentemente. No muchas veces
se dan aquí sentimientos compartidos entre los obreros de
la gran industria (que hoy enfrentan cierres y despidos
masivos), los empleados públicos (como los trabajadores del
Correo en lucha contra la privatización), los estudiantes,
profesores universitarios e investigadores (confrontados a
las reformas neoliberales para poner la educación y la
ciencia bajo control directo de las grandes empresas, en
momentos en que el capitalismo muestra su bancarrota) y la
masa de pobres de los barrios de la periferia de París y
otras ciudades, en su mayoría provenientes de la emigración
(que hoy la crisis pone en situación desesperada).
La bronca es grande en ese contexto de
agravación de la crisis. Se anuncian más planes de
despidos, y las cifras de enero y febrero han sido dramáticas.
Mientras tanto, hay nuevos sectores de trabajadores que
salen a luchar por defender el empleo, mientras las luchas
en la Universidad continúan firmes, con una nueva
movilización general para el 5 de marzo.
Una novedad en los últimos días es la
movilización conjunta de trabajadores de servicios que
tradicionalmente no están entre los más activos. Así, los
trabajadores de La Redoute y de 3 Suisses son
hermanos de infortunio y se están movilizando juntos contra
los despidos. Son enormes multinacionales de venta por
correspondencia con catálogo, que quieren solucionar sus
problemas despidiendo 700 trabajadores cada una. Sus
representantes sindicales organizan una manifestación en
común para el próximo martes 2. El martes anterior, los
trabajadores de La Redoute se habían unido a sus
camaradas de 3 Suisses en una concentración ante la
sede de esa empresa. Ahora se proponen incorporar a la pelea
a Damart, el otro gran bastión de la venta a
distancia. ¡La
situación común exige acciones comunes!
Asimismo, el personal médico de los hospitales anunció
un día de huelga nacional el próximo 5 de marzo. Exigen
mejoras en las condiciones de trabajo, afectadas por los
recortes de Sarkozy, dedicado a salvar a los banqueros a
costa del gasto social.
Otro conflicto que está repercutiendo es el de SNCF
Effia Services, empresa “tercerizada” de servicios
en los trenes (que aquí es el sistema de transporte
principal), con episodios de enfrentamientos violentos, como
en la Gare de Lyon, en París, el mes pasado.
Pero el sector en estos momentos globalmente más
activo son los estudiantes universitarios. Ya en 14
universidades votaron el bloqueo total de actividades,
contra la posición de muchos profesores que querían luchar
sólo mediante ciertas acciones como cursos alternativos, no
entrega de notas, etc. Aunque en Paris la movilización es
algo menor, los estudiantes también comienzan a bloquear
las facultades.
En
Tolbiac, Universidad París 1, aprobaron la
siguiente resolución el pasado jueves 26:
“Nosotros, estudiantes de Tolbiac, y también de
otras universidades, acompañados por trovadores,
malandrines, terroristas, en resumen de los delincuentes de
toda clase, decidimos espontáneamente ocupar nuestra
Universidad.”
“Esta decisión tomada y votada durante la AG
(Asamblea General) no es más que el resultado de un deseo
de apropiarse de nuevo de nuestros lugares de vida, de paso,
de encuentro, de reproducción y algunas veces hasta de
estudios.
“Ocupamos este lugar, vacío por la noche, con
determinación para crear un espacio donde liberarse del
marco utilitarista diario de esta sociedad capitalista. Hay
manifestaciones salvajes sin permiso todos los días.”
“En Guadalupe y Martinica, desde hace semanas, la
huelga es general. Todas las noches, las islas están en
fuego: hay barricadas en todas las esquinas.”
“Manifestar una vez por semana no sirve para nada.
Esta es la razón por la que esta noche intentamos dar otra
forma a nuestro movimiento.”
El ejemplo
de las huelgas generales de Guadalupe, Martinica y ahora la
Isla de la Reunión
Paradójicamente, sobre este cuadro vino impactando el
suceso lejano del que hablan los estudiantes de Tolbiac: las
combativas huelgas generales de las Antillas
francesas –Guadalupe y luego la Martinica– y ahora de la
Isla de la Reunión, en el Océano Índico.
Según encuesta citada por el diario Le Monde
(24/02/09) el movimiento es apoyado por el 78% de los
franceses, una cifra increíble para una huelga
general que ha durado ya más de un mes. ¡Y más increíble
aun es que según el BVA –el instituto encuestador–,
también una gran mayoría (el 67% !!) de los
“simpatizantes de derecha” –es decir, la mayoría
los que votaron por Sarko a la presidencia– también
apoyan la huelga! Efectivamente, la bronca, el malestar
social es generalizado.
Durante décadas, desde el poder se alimentó la ficción
de que Guadalupe y Martinica son partes de Francia,
iguales por ejemplo a la Ile de la Cité, donde hace unos
2.300 años se fundó París. Además, en Francia
“metropolitana” viven muchos antilleses. Entonces, el
hecho de que en dos “departamentos de Francia” se esté
desarrollando semejante movimiento no pudo menos que
impactar.
¡Y no se trata sólo de simpatía! “¡Hagamos una
huelga general como Guadalupe y Martinica!”, es la
conclusión lógica que está en la cabeza de infinidad de
trabajadores que ya están defendiendo su empleo y su
salario o que están amenazados de perderlos.
¿Pelear “todos juntos” o ser derrotados por
separado?
Una consigna muy frecuente aquí en las manifestaciones
obreras es “¡Todos juntos!” (“¡Tous ensemble!”).
Hoy la forma de llevar esto a cabo es una huelga general
como Guadalupe y Martinica. El estado de ánimo de
millones de trabajadores, estudiantes y gente de los barrios
apunta cada vez más en ese sentido.
Pero hay un obstáculo formidable: las burocracias que
están en la gran mayoría de las organizaciones sindicales,
especialmente a nivel de las centrales (CGT, FO, CFDT,
etc.), son especialistas en sectorizar y aislar las luchas
de los trabajadores entre sí y también en relación a los
estudiantes, los barrios, etc.
Estos burócratas podridos, cuando la presión de las
bases sube demasiado y hay amenazas de desbordes, llaman
a alguna jornada que no tiene continuidad... y así
justifican la inacción durante un tiempo. El 29 de enero
pasado llamaron a un paro con manifestaciones. Luego,
dejaron pasar el tiempo y ahora convocan a una nueva
jornada aislada para el 19 de marzo. Después del 19, si
la presión de las bases no cede, llamarán a una otra acción
aislada para dentro de uno o dos meses... esperando que la
gente se canse y los conflictos existentes sean
derrotados... Pero ahora esto podría ser jugar con fuego,
dada la situación abierta por la crisis.
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