Fracaso
del acto “contra
la
inseguridad” del 18/03 y gran marcha el 24 de marzo
Seguir la pelea para parar los ataques de
la patronal
y el gobierno
Por Ana Vázquez
Fracaso de la marcha contra la “inseguridad”
La campaña contra la inseguridad se ha convertido en
la pantalla a través de la cual la derecha enarbola su
campaña por más mano dura, más represión, implementación
de la pena de muerte. Su reclamo no es el de un ángel de la
guarda que quiere velar por la seguridad de la población
frente a los “chorros” o los asesinos. Es un reclamo de hondo contenido social y político contra las libertades democráticas
de los trabajadores y el pueblo, pidiendo mano dura para
los delincuentes, para empezar por ellos, pero para
continuar con los que luchan y se oponen a este gobierno y
sistema.
¿O acaso la pena de muerte se utiliza en otros países,
como EEUU, sólo para los que delinquen?
¿No se usó contra Sacco y Vanzetti para reprimir
ejemplarmente al movimiento obrero que luchaba? ¿No puede
volver a usarse hoy, en EEUU y en el mundo, frente a los
trabajadores que se alcen contra los despidos y la sangría
de esta crisis?
Quienes piensen que las preocupaciones por más
seguridad de esta ensalada
de trogloditas es a favor de los trabajadores y el
pueblo es, como mínimo, un ingenuo y está totalmente
equivocado.
Eso es lo que debe de haber olfateado la población
que le dio mayoritariamente
la espalda a la convocatoria del 18 de marzo a Plaza de
Mayo, a pesar de los bombos y platillos con que la
difundieron por los medios, a pesar de las figuras de la farándula
que vociferaron por justicia de fierro, a pesar de la
convocatoria por ONGs, de los oradores celestiales que le
dieron un carácter “apolítico” y sin ningún interés
“sectorial” o de clase.
El operativo político les fracasó. Aunque toda la
población está afectada y sufre la inseguridad, no se
prendió en la trampa de la campaña de la “mano dura”.
Lo tuvieron que reconocer hasta los medios que más manija
le dieron.
24 de marzo: un “marchón”
Como contrapartida y como parte de una respuesta, tal
vez no totalmente consciente, a esta marcha reaccionaria, un
sector importante de la población participó activamente de
las marchas del 24 de marzo. Marchas que tuvieron una
concurrencia muy superior a la del año pasado. Ambas
marchas, aunque con contenidos políticos distintos, fueron
masivas. Tuvieron sí un punto común que es que expresaron
un repudio a la
represión y a la campaña apestosa de la derecha,
canalizado en parte por el progresismo K y en otra parte
importante y un poco superior en número, por las
expresiones sociales y políticas independientes y
opositoras a K. Repudio
que no se redujo a los participantes que fueron encolumnados
en una u otra marcha, sino a los numerosos que fueron a la
Plaza “por la suya”.
Los que nos acompañaron en el acto independiente
expresaron no sólo el repudio a los genocidas del 76 y a la
campaña de la mano dura, sino también el repudio expreso a
la represión de hoy fundamentalmente a los luchadores
obreros y populares.
Tres nuevos trabajadores petroleros en Santa Cruz
fueron sacados violentamente de su lugar de trabajo y
encarcelados por una causa abierta el 11 de enero de este año
cuando reclamaban puestos de trabajo en la puerta de la
planta. Los docentes de Río Negro están sufriendo
amenazas, atropellos y agresiones físicas de parte de la
represión “oficial” y de civiles que cumplen el mismo
papel.
El mismo 24 de marzo, después de las marchas masivas
a Plaza de Mayo, la policía arremetió ferozmente contra
600 jóvenes que participaban del 5º Festival Antifascista
en el centro de la ciudad de Buenos Aires.
Este punto de inflexión positivo que fue la
convocatoria de este año en el 33º aniversario del golpe
del 76, debe potenciarse en la lucha cotidiana para pararle
la mano a los ataques permanentes a los luchadores obreros y
populares, de parte de los K, de la patronal agraria y de
aquéllos que con distinto ropaje, se encolumnan detrás de
los reclamos de más represión.
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