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Habla Marco Boltes
(APS,
Paraguay):
“Esperamos el desgaste de
Lugo”
Entre la elección y la
asunción de Lugo se dan 60 ocupaciones de tierras, gente
originaria con sus arcos y flechas, y exigen que se nombre a
un indígena presidente del INI (Instituto Nacional del Indígena),
que estuvo a cargo de un blanco. El movimiento sindical, la
burocracia, pidió un 30% de aumento de salario, la última
vez pidieron el 5%. Cuando asume Lugo, reprime violentamente
las 60 ocupaciones de tierra con la policía y el ejército.
Ni el Partido Colorado ni Stroessner habían usado el ejército
para reprimir campesinos. También se reprimió al
movimiento indígena y no hubo aumento salarial.
Por su parte, la oposición
de derecha hizo planteos de que no hay seguridad, se viene
el caos, etc., e hicieron una movilización con sectores de
clase media y la burguesía. Los bancos privados, de
servicios, los McDonalds; los sojeros sacaron los tractores
y cerraron las rutas, pero hicieron una marcha hacia Asunción
y sólo juntaron 2.000 personas.
Al asumir, Lugo nombra como
ministro de Emergencia Nacional a Camilo Suárez, líder del
PMAS; a Luis Torres, dirigente máximo del Movimiento Víctimas
de Bolaños, como ministro de la Niñez y la Adolescencia, y
a un dirigente campesino de Convergencia Popular Socialista,
como presidente del Instituto Nacional de la Reforma
Agraria. A la vez, otro nombramiento importante para ver adónde
va Lugo es el del ministro más importante, el de Economía,
que es mismo ministro de Nicanor Duarte Frutos, Borda,
absolutamente neoliberal.
El partido de Lugo no pasó
la prueba del poder en seis meses ya está disuelto, el único
que existe es el Partido Liberal Radical Auténtico.
Lugo administra el aparato del Partido Colorado y no
cambia absolutamente nada sin los colorados.
El impacto sobre la
izquierda que no entra directamente en el gobierno es muy
fuerte. Un dirigente campesino de Convergencia Popular
Socialista, Elvio Benítez, muy crítico del gobierno hasta
ahora, es de San Pedro, donde se cultiva sésamo. Pues bien,
el gobierno acaba de sacar una resolución de que va a
subsidiar el sésamo y comprar toda la producción,
evidentemente para cerrarle la boca.
En los partidos de izquierda
que votaron a Lugo, la mayoría de sus militantes está
ocupando algún puesto en el Estado, aunque hay gente que
está rompiendo. Una anécdota: hace poco fuimos a un café
y había un músico, que en un momento dado dice “un
saludo a Marco Boltes, dirigente socialista, etc.”, sube
al escenario y plantea: “Yo estoy muy decepcionado de la
izquierda, porque tengo una sobrina enferma de cáncer y
entonces recurrí a Camilo Suárez. Respuesta: no se dedica
a temas personales, y ahí sus guardaespaldas tuvieron la
amabilidad de echarme de la presencia del comandante Camilo
Suárez”. Hablamos largo y tendido e insistió en que todo
era una mierda. Eso va a ir aumentando, pero aún son mayoría
los que defienden a Lugo.
En la última reunión de
SoB Internacional discutimos llamar a no votar a
Lugo. Fue una política correcta, pero se discutió bastante
en el grupo y en la vanguardia. Estábamos creciendo, y había
que hacer una opción de la corriente, por la salud del
grupo, aunque con varios compañeros perdimos esa batalla.
Hay que entender como parte de eso las presiones de afuera,
de los primeros tiempos del gobierno de Lugo, la confusión
política generalizada y las presiones materiales concretas.
Muchos ex compañeros ya no ganan salarios de miseria, se
quedaron con cargos del poder. Por ejemplo, un compañero mío
que era dirigente sindical ganaba unos 230 dólares, y
estaba en un sindicato que tenía muchas luchas. Viene el
secretario de Relaciones Públicas de Lugo y le ofrece un
cargo en Yacyretá. Ahora gana 5.000 dólares. Ese sindicato
hace 15 días se descabezó, todos sus compañeros
combativos, de izquierda, se fueron, y
ahora el sindicato
lo dirige gente del Partido Colorado.
Hay cierta desmoralización
en la vanguardia. Ahora vamos a ver qué pasa, hay que
seguir la evolución de Lugo. A nosotros nos invitan a
hablar en debates y otras actividades, siempre que no sea un
acto de la supuesta izquierda para apoyar al gobierno, ahí
sí no nos invitan. Pero el aislamiento, el drenaje de
militantes tentados por los cargos y el dinero del Estado,
la confusión general, hacen un panorama complicado. Lo que
hacemos por ahora es esperar el inevitable desgaste del
gobierno de Lugo y ver cómo reaccionan los sectores
populares.
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