Los principales puntos de pelea en el G-20
¿Por qué se ladran?
Por Claudio Testa
Los personajes
Sobre el ring del G-20 hay más de dos bandos.
Asimismo, esos bandos no son homogéneos: tienen
otras peleas y contradicciones al interior.
Lo que más resalta en el escenario es la disputa entre
EEUU –con sus escuderos, Gran Bretaña y Japón– versus
la Unión Europea (UE) –o, mejor dicho, los países de
la zona euro, encabezados por Alemania y Francia, y
“disciplinados” por el BCE (Banco Central Europeo), que
dicta la política monetaria–
Pero, a su vez, Obama y Gordon Brown, primer ministro británico,
tienen sus diferencias. Este último, que ha sido el gran
promotor del G-20, está hecho un sandwich entre EEUU y
Europa continental. Quizás por eso, se ha caracterizado por
oscilar en sus posiciones, diciendo cosas diferentes de un día
al otro. Además, Gordon Brown aplica en el Reino Unido una
política distinta a la de Obama en relación a los bancos:
los nacionaliza en vez de darles “bail-outs”
(paquetes de ayuda), cuestión que es un tema ríspido en la
cumbre. Asimismo, está por verse la firmeza del
alineamiento de Japón en el bloque yanqui-británico.
Por su parte el “bloque” de la UE presenta también
sus grietas. Ángela Merkel, canciller de Alemania, y
Sarkozy, presidente de Francia, llevan una larga historia de
encontronazos. Otros actores menores –como España e
Italia– tienen también sus matices. Todo eso refleja no sólo
los diferentes impactos de la crisis en cada uno de los países,
sino también que la Unión Europea no ha logrado
“licuar” a las diferentes burguesías del continente en
una sola burguesía “europea” con los mismos
intereses. A menor escala, la crisis ha producido el mismo
efecto “centrífugo” que a nivel mundial.
Pero hay otros importantes “terceros en discordia”: China
(secundada relativamente por Brasil) ha salido al
ruedo con posiciones propias, que son
rechazadas tanto por el bloque EEUU-Gran Bretaña-Japón,
como por el de Alemania-Francia-“zona euro”. Lo de China
plantea además el interrogante de en qué medida el tan
mentado BRIC (Brasil-Rusia-India-China) puede jugar
realmente como un bloque geopolítico y económico con línea
propia, o es sólo una fantasía.
Los temas en disputa
Según The Economist [1] hay unos cinco temas
principales en la cumbre. Alrededor de ellos se trenzan las
diferencias.
Los dos primeros temas conciernen a los “bail-outs”
(rescates financieros) y “stimulus packages”
(paquetes de estímulo) y a establecer regulaciones
estrictas, nacionales e internacionales, de
la actividad financiera.
Obama centra todo en los “paquetes de estímulo”,
mientras posterga una regulación seria del sistema
financiero. Propone de inmediato armar “paquetes” del 2%
del PBI. Gordon Brown, a su vez, plantea uno de 2 billones
de dólares.
Por su parte, Alemania y Francia se oponen categóricamente.
Antes de soltar un centavo, exigen establecer
regulaciones y controles estrictos, también sobre los
bancos norteamericanos.
Esta diferencia viene desde el comienzo de la crisis y se
refleja en las conductas opuestas de los respectivos
bancos centrales, la Federal Reserve de EEUU y el Banco
Central Europeo que, desde Alemania, administra el euro.
La Federal Reserve emite dólares desenfrenadamente y el
estado federal se endeuda para alimentar los billonarios bail-outs
y paquetes de estímulo que desde Bush llueven sobre la
economía estadounidense (sin que hasta ahora hayan logrado
gran cosa). La justificación “teórica” de EEUU es que
el mayor peligro es la deflación-depresión. Por el
contrario, el BCE tiene una política de restricción
monetaria, con el argumento de que el mayor peligro es la
“estanflación” (estancamiento o recesión, con inflación).
Detrás de esta disputa “teórica” asoman los
intereses opuestos de las burguesías de EEUU y de la zona
euro. Como EEUU conserva el privilegio escandaloso de emitir
la moneda mundial de comercio y reserva, imprime sin freno
montañas de dólares. Así, traslada buena parte de los
costos de la crisis al resto del mundo. Por el contrario, el
Banco Central Europeo no puede permitirse algo semejante, a
riesgo de hundir el euro y llevar a Europa a la bancarrota.
Este doble mecanismo tiene efectos sobre las exportaciones
de EEUU y de la zona euro: estimula las primeras y deprime
las segundas, agravando la crisis de la Unión Europea.
Mientras hace este juego, EEUU no quiere saber nada con
establecer controles y regulaciones internacionales serias
que afecten a sus bancos y entidades financieras. ¡EEUU
pretende dictar reglas y controlar a todo el mundo, pero no
tolera que nadie haga lo mismo con sus bancos, principales
responsables del desastre!
Anexo a esto va otro punto ríspido: la eliminación de
los “paraísos” fiscales, una de las banderas de
Sarkozy. Pero esto es especialmente intolerable para
el Reino Unido (y también para los bandidos de Wall Street).
Es que los principales “paraísos” están bajo control
británico.
Otro tema gravísimo es el derrumbe del comercio
internacional –que es pavoroso, un 9% este año según
la OMC (Organización Mundial de Comercio)– y el
consiguiente crecimiento del proteccionismo. Esta es
una tendencia irresistible: 17 de los 20 países que
participan en la cumbre han tomado medidas
proteccionistas desde la anterior reunión de noviembre,
a pesar de que allí firmaron y juraron no hacerlo. O sea,
¡sálvese quien pueda!
El problema es que el principal perjuro del “libre
comercio” es EEUU, que ha puesto en uno de sus paquetes de
estímulo la cláusula de “buy american” (compre
norteamericano). Esto significa que, si con ese “estímulo”
se va a construir un puente, hay que hacerlo con acero de
EEUU y no de Brasil o China.
Por último, un tema no menos trascendental: China –que
tiene la suerte o la desgracia de guardar en su banco
central la mayor reserva de dólares del mundo– propone salir
del dólar. La semana pasada el presidente del Banco
Central chino, Zhou Xiaochuan, exigió la creación de
una nueva moneda mundial que lo sustituya. Brasil salió
en apoyo. También, más tibiamente, el presidente de Rusia,
Dmitry Medvedev.
En verdad, ya existe el mecanismo para hacerlo. Se podría
simplemente extender los llamados “Derechos Especiales de
Giro” (DEGs) del FMI. Este fue en 1969 un esbozo de moneda
mundial alternativa, que quedó en el frezzer. Por
eso, según el economista Joseph Stiglitz, esto podría
empezar a funcionar en meses.
Por supuesto, no va a ser así. Washington se opone
furiosamente. Sería perder para siempre esa inmensa
ventaja conquistada en la Segunda Guerra Mundial. Además,
este año, el déficit fiscal estadounidense será de un 12%
del PBI, mientras la deuda total federal supera los 11
billones y crece vertiginosamente. No tener ya la maquinita
de imprimir la moneda mundial, convertiría a EEUU en
Argentina 2001.
La propuesta china no puede imponerse ahora. Tampoco la
apoya Europa. Pero indica sin embargo hacia dónde sopla
el viento. Mientras tanto, China ha comenzado a hacer
acuerdos bilaterales de comercio con distintos países, en
los que no se utiliza el dólar, sino créditos en
yuanes. Ya ha firmado esos acuerdos con Corea del Sur,
Malasia, Bielorrusia, Indonesia y Argentina.
Esto aún es marginal en el comercio mundial, pero puede
marcar una tendencia de acuerdos bilaterales (como el también
firmado por Brasil y Argentina) para independizarse del dólar.
Sería un elemento más de la dislocación del mercado
mundial.
1.-
"The G20 in London - Divided we stand”, The
Economist, 01/04/09
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