Socialismo o Barbarie, periódico Nº 148, 03/04/09
 

 

 

 

 

 

Los principales puntos de pelea en el G-20

¿Por qué se ladran?

Por Claudio Testa

Los personajes

Sobre el ring del G-20 hay más de dos bandos. Asimismo, esos bandos no son homogéneos: tienen otras peleas y contradicciones al interior.

Lo que más resalta en el escenario es la disputa entre EEUU –con sus escuderos, Gran Bretaña y Japón– versus la Unión Europea (UE) –o, mejor dicho, los países de la zona euro, encabezados por Alemania y Francia, y “disciplinados” por el BCE (Banco Central Europeo), que dicta la política monetaria–

Pero, a su vez, Obama y Gordon Brown, primer ministro británico, tienen sus diferencias. Este último, que ha sido el gran promotor del G-20, está hecho un sandwich entre EEUU y Europa continental. Quizás por eso, se ha caracterizado por oscilar en sus posiciones, diciendo cosas diferentes de un día al otro. Además, Gordon Brown aplica en el Reino Unido una política distinta a la de Obama en relación a los bancos: los nacionaliza en vez de darles “bail-outs” (paquetes de ayuda), cuestión que es un tema ríspido en la cumbre. Asimismo, está por verse la firmeza del alineamiento de Japón en el bloque yanqui-británico.

Por su parte el “bloque” de la UE presenta también sus grietas. Ángela Merkel, canciller de Alemania, y Sarkozy, presidente de Francia, llevan una larga historia de encontronazos. Otros actores menores –como España e Italia– tienen también sus matices. Todo eso refleja no sólo los diferentes impactos de la crisis en cada uno de los países, sino también que la Unión Europea no ha logrado “licuar” a las diferentes burguesías del continente en una sola burguesía “europea” con los mismos intereses. A menor escala, la crisis ha producido el mismo efecto “centrífugo” que a nivel mundial.

Pero hay otros importantes “terceros en discordia”: China (secundada relativamente por Brasil) ha salido al ruedo con posiciones propias, que son rechazadas tanto por el bloque EEUU-Gran Bretaña-Japón, como por el de Alemania-Francia-“zona euro”. Lo de China plantea además el interrogante de en qué medida el tan mentado BRIC (Brasil-Rusia-India-China) puede jugar realmente como un bloque geopolítico y económico con línea propia, o es sólo una fantasía.

Los temas en disputa

Según The Economist [1] hay unos cinco temas principales en la cumbre. Alrededor de ellos se trenzan las diferencias.

Los dos primeros temas conciernen a los “bail-outs” (rescates financieros) y “stimulus packages” (paquetes de estímulo) y a establecer regulaciones estrictas, nacionales e internacionales, de la actividad financiera.

Obama centra todo en los “paquetes de estímulo”, mientras posterga una regulación seria del sistema financiero. Propone de inmediato armar “paquetes” del 2% del PBI. Gordon Brown, a su vez, plantea uno de 2 billones de dólares.

Por su parte, Alemania y Francia se oponen categóricamente. Antes de soltar un centavo, exigen establecer regulaciones y controles estrictos, también sobre los bancos norteamericanos.

Esta diferencia viene desde el comienzo de la crisis y se refleja en las conductas opuestas de los respectivos bancos centrales, la Federal Reserve de EEUU y el Banco Central Europeo que, desde Alemania, administra el euro.

La Federal Reserve emite dólares desenfrenadamente y el estado federal se endeuda para alimentar los billonarios bail-outs y paquetes de estímulo que desde Bush llueven sobre la economía estadounidense (sin que hasta ahora hayan logrado gran cosa). La justificación “teórica” de EEUU es que el mayor peligro es la deflación-depresión. Por el contrario, el BCE tiene una política de restricción monetaria, con el argumento de que el mayor peligro es la “estanflación” (estancamiento o recesión, con inflación).

Detrás de esta disputa “teórica” asoman los intereses opuestos de las burguesías de EEUU y de la zona euro. Como EEUU conserva el privilegio escandaloso de emitir la moneda mundial de comercio y reserva, imprime sin freno montañas de dólares. Así, traslada buena parte de los costos de la crisis al resto del mundo. Por el contrario, el Banco Central Europeo no puede permitirse algo semejante, a riesgo de hundir el euro y llevar a Europa a la bancarrota.

Este doble mecanismo tiene efectos sobre las exportaciones de EEUU y de la zona euro: estimula las primeras y deprime las segundas, agravando la crisis de la Unión Europea.

Mientras hace este juego, EEUU no quiere saber nada con establecer controles y regulaciones internacionales serias que afecten a sus bancos y entidades financieras. ¡EEUU pretende dictar reglas y controlar a todo el mundo, pero no tolera que nadie haga lo mismo con sus bancos, principales responsables del desastre!

Anexo a esto va otro punto ríspido: la eliminación de los “paraísos” fiscales, una de las banderas de Sarkozy. Pero esto es especialmente intolerable para el Reino Unido (y también para los bandidos de Wall Street). Es que los principales “paraísos” están bajo control británico.

Otro tema gravísimo es el derrumbe del comercio internacional –que es pavoroso, un 9% este año según la OMC (Organización Mundial de Comercio)– y el consiguiente crecimiento del proteccionismo. Esta es una tendencia irresistible: 17 de los 20 países que participan en la cumbre han tomado medidas proteccionistas desde la anterior reunión de noviembre, a pesar de que allí firmaron y juraron no hacerlo. O sea, ¡sálvese quien pueda!

El problema es que el principal perjuro del “libre comercio” es EEUU, que ha puesto en uno de sus paquetes de estímulo la cláusula de “buy american” (compre norteamericano). Esto significa que, si con ese “estímulo” se va a construir un puente, hay que hacerlo con acero de EEUU y no de Brasil o China.

Por último, un tema no menos trascendental: China –que tiene la suerte o la desgracia de guardar en su banco central la mayor reserva de dólares del mundo– propone salir del dólar. La semana pasada el presidente del Banco Central chino, Zhou Xiaochuan, exigió la creación de una nueva moneda mundial que lo sustituya. Brasil salió en apoyo. También, más tibiamente, el presidente de Rusia, Dmitry Medvedev.

En verdad, ya existe el mecanismo para hacerlo. Se podría simplemente extender los llamados “Derechos Especiales de Giro” (DEGs) del FMI. Este fue en 1969 un esbozo de moneda mundial alternativa, que quedó en el frezzer. Por eso, según el economista Joseph Stiglitz, esto podría empezar a funcionar en meses.

Por supuesto, no va a ser así. Washington se opone furiosamente. Sería perder para siempre esa inmensa ventaja conquistada en la Segunda Guerra Mundial. Además, este año, el déficit fiscal estadounidense será de un 12% del PBI, mientras la deuda total federal supera los 11 billones y crece vertiginosamente. No tener ya la maquinita de imprimir la moneda mundial, convertiría a EEUU en Argentina 2001.

La propuesta china no puede imponerse ahora. Tampoco la apoya Europa. Pero indica sin embargo hacia dónde sopla el viento. Mientras tanto, China ha comenzado a hacer acuerdos bilaterales de comercio con distintos países, en los que no se utiliza el dólar, sino créditos en yuanes. Ya ha firmado esos acuerdos con Corea del Sur, Malasia, Bielorrusia, Indonesia y Argentina.

Esto aún es marginal en el comercio mundial, pero puede marcar una tendencia de acuerdos bilaterales (como el también firmado por Brasil y Argentina) para independizarse del dólar. Sería un elemento más de la dislocación del mercado mundial.


1.- "The G20 in London - Divided we stand”, The Economist, 01/04/09