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Las
cifras de la crisis, según los capitalistas
Por
Roberto Sáenz
The
Economist:
“La próxima fase del derrumbe económico mundial está
tomando forma: una crisis laboral global. La severidad, ritmo y amplitud de la
recesión, junto con el cambio en la estructura de los
mercados laborales, tanto en los países ricos como en los
emergentes, sugieren que el mundo está a punto de vivir el mayor incremento en el
desempleo en décadas” (…) En China, 20 millones de
trabajadores migrantes han sido despedidos. La industria
textil de Camboya, su principal fuente de exportaciones, ha
despedido un trabajador sobre diez. En España, la caída en
la construcción ha llevado la tasa de desempleo al 14,8% en
enero. Y en Japón, decenas de miles de personas con
contratos temporarios están perdiendo no sólo sus
trabajos, sino incluso
las casas provistas por sus empleadores”
(12-3-09).
Banco
Mundial:
en 2009, por primera vez desde la Segunda Guerra, caerá el
PBI global, uno o dos puntos. La producción industrial se
derrumbaría un 15% respecto de 2008. El comercio mundial también está en caída
libre, con índices similares a 80 años atrás. Si bien en
términos absolutos todavía se está relativamente lejos de
los picos de la Gran Depresión, la aceleración
del desempleo muestra una dinámica similar a la de los
años 30. En 1929 el desempleo apenas se situaba en el 3% en
EEUU, se disparó al 8% en 1930 y llegó a su peor momento
con el 25% en 1933.
OIT:
en 2009 se produciría la destrucción
absoluta de 50 millones de puestos de trabajo, y el 45%
de la fuerza laboral mundial podría pasar a ganar menos de
dos dólares por día (umbral por
debajo de la reproducción normal de la fuerza de
trabajo).
Wall
Street Journal Americas:
“EEUU sufre un
exceso de capacidad. (…) Las plantas manufactureras
operaron en febrero a un promedio del 67,4% de su capacidad,
el nivel más bajo desde 1948 (…) La gran pregunta para el
sector automotriz europeo es ‘dónde
cerrar fábricas’. En EEUU, el rescate a la industria
automotriz está tomando una forma diferente al de Francia.
En vez de concentrarse en la protección de empleos, las
autoridades estadounidenses han ligado los préstamos a un
requisito que ha obligado a GM y Chrysler a desarrollar
planes que resultarán en miles
de despidos más y recortes de sueldo, servicios de salud y
otras prestaciones. Francia ejemplifica el dilema de la
industria automotriz europea continental: cómo resolver la
enorme sobrecapacidad
cuando ningún gobierno está dispuesto a dejar que las
fábricas cierren. Los analistas del sector temen que el
proteccionismo atrase la profunda reestructuración que hace
falta en todo el mundo (…). ‘Entiendo que sea un
problema político, pero no
hay futuro en mantener todas las fábricas abiertas’”
(20-3-09).
The
Economist:
“En el mundo rico, las pérdidas laborales son más
impactantes en EEUU, donde comenzó la recesión. Su mercado
laboral flexible ha
destruido 4,4 millones de empleos desde diciembre del 2007.
La tasa de desempleo ha saltado al 8,1% en febrero, la más
alta en un cuarto de siglo. El
americano que pierde hoy un empleo tiene las más bajas
chances de encontrar uno nuevo que en cualquier otro momento
en los últimos cincuenta años” (12-3-09).
Wall
Street Journal Americas:
“Las señales más claras del exceso de capacidad está en
el mercado laboral. El total de estadounidenses que recibe el seguro de desempleo saltó a
casi 5,5 millones, un nuevo récord. El número de
desempleados en EEUU, ajustado por temporada, ascendió a
12,5 millones en los últimos doce meses. Otras
8,6 millones de personas están trabajando a tiempo parcial,
pero preferirían tener un puesto a tiempo completo.
Cuando se contabilizan estos trabajadores, la tasa de
‘subempleo’ –un índice más amplio de la capacidad
ociosa en el mercado laboral– llega al 14,8%.
Eso no es sólo un problema para los desocupados, sino que
ejerce una fuerte presión a la baja en los sueldos”.
Oficialmente, más de
veinte millones de personas tienen problemas laborales en
EEUU.
The
Economist:
“El desempleo va a impactar muy duramente más allá de
EEUU y Gran Bretaña. En Japón, el producto se está
derrumbando más rápido que en cualquier otra economía
rica. Aunque el desempleo es bajo, rápidas pérdidas de
trabajo en la fuerza de trabajo temporaria exponen la
injusticia de un mercado laboral de doble estándar y poniendo bajo presión la idea de una sociedad
igualitaria. En Europa al desempleo ha crecido más rápidamente
en lugares como España
e Irlanda
(…) Dado el ritmo de caída de las economías europeas,
nadie duda que lo
peor está por delante. Para fines de 2010, el desempleo
en buena parte del mundo rico está estimado por encima del
10% (…) En los países emergentes, el patrón no será
diferente, pero las consecuencias, más
dolorosas aún. (…) Millones de trabajadores están
perdiendo sus puestos en la cadena de abastecimientos
globales. La pobreza va a crecer en la medida en que deban
volver al mercado informal o retornar al campo. El Banco
Mundial espera que 53
millones de personas caigan debajo
del nivel de extrema pobreza este año”.
Con
esta realidad, la creciente preocupación entre los
poderosos acerca de sus posibles consecuencias es que la
crisis global del empleo plantee un salto en las luchas
obreras a nivel mundial.
En Zaragoza, el colapso de la construcción hizo crecer
el desempleo un 75%, mientras que toda España puede
pasar del actual 15% (3,3 millones de trabajadores) a
un aterrador 20%, cifra comparable al colapso argentino
de 2001.
El otrora “tigre celta” caería un 6% en su PBI (que
se suma a una caída del 3% el año pasado), y además
de problemas de insolvencia podría tener un desempleo
de 500.000 trabajadores para fin de año, el 25% de su fuerza laboral.
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