Socialismo o Barbarie, periódico Nº 149, 16/04/09
 

 

 

 

 

 

Entre el PO, el PTS y el Nuevo mas

Hace falta un frente de la izquierda clasista

Por José Luis Rojo

En las últimas semanas se han realizado un conjunto de reuniones entre el PO, el PTS y el Nuevo MAS (IS también participó, cuestión que veremos más abajo) con la eventualidad de poner en pie un frente electoral. En las mismas no están incluidos, por razones obvias, la CCC y el MST. El primero, luego de tanto verso antielectoral votoblanquista… parece haber colocado a Alderete en las listas de la Carrió. El segundo, después de coquetear interminablemente con la centroizquierda y sin lograr que ésta “le tire un hueso” (ni tampoco integrar en sus filas algún candidato campestre) habla ahora de “anticapitalismo” después de haber capitulado –con armas y bagajes– a la patronal agraria que encarna la variante más ortodoxa de ajuste de la economía nacional…

Retomando, básicamente dos fueron las reuniones realizadas “oficialmente” más allá de una serie de citas, llamados telefónicos, etc. que todavía continúan. Fraternalmente, queremos dar cuenta entonces de estas discusiones en curso.

Los problemas políticos

Desde el punto de vista político, en la primera reunión no parecieron expresarse mayores problemas (salvo el caso específico de IS que tratamos más abajo). Es verdad que en ella expresamos nuestro interrogante acerca del planteo “anticapitalista” general de los compañeros del PO[1]. Es decir, se trata de un planteo que puede decir mucho o… no decir nada. El hecho es que si estuviéramos en Europa, donde está pegando de lleno la crisis, seguramente este planteo tendría elementos de delimitación de clase e independientes que eventualmente no habría que colocar de manera específica[2].

Sin embargo, esta discusión la estamos procesando entre corrientes revolucionarias en Argentina donde hay grupos como el MST que también llaman a una campaña electoral “anticapitalista”… y sin embargo vienen apoyando sin ningún problema a la patronal agraria. En este sentido, desde el Nuevo MAS, no nos oponemos de ninguna manera a que un eventual frente de la izquierda clasista tenga entre sus perfiles el anticapitalismo. Más aún, en las condiciones de la crisis capitalista histórica que se está viviendo, esto sería ridículo (si mal no recordamos era al PO, al que no le gustaba hacer planteos “ideológicos”…).

Sin embargo, creemos que el elemento central de delimitación debe ordenarse alrededor de un planteo de independencia de clase frente a todos los bandos capitalistas. Es decir, transformar en un claro programa la ubicación de izquierda “Ni, Ni” que tuvimos (en términos generales) tanto el PO (en puridad, de manera más centrista), como el Nuevo MAS (levantando la Carpa Roja) y el PTS durante la crisis del campo. Esto, al tiempo que se levanta un claro programa con consignas obreras para que la crisis la paguen los capitalistas.

Subordinado a lo anterior, hay otro problema político. También IS ha venido participando de estas reuniones. La contradicción es que como todos saben, esta corriente fue “campestre” en oportunidad del conflicto agrario. ¿Qué hacer entonces? No es verdad como dicen los compañeros –en una carta que recientemente hicieron pública– que desde el Nuevo MAS estemos “vetando la candidatura de Olivero en Córdoba”. En todo caso, es un problema real que la misma Olivero fuera vocera de posiciones de apoyo a los campestres en su provincia con una amplitud mucho mayor que la propia IS porque es diputada provincial. Esto no quiere decir que “vetemos” la participación de IS en un eventual frente. Pero creemos que sólo se podrá avanzar en el caso que asuman un claro programa que tenga como elemento categórico y central una delimitación de clase de ambos bandos patronales: tanto respecto del gobierno K como de la Mesa de Enlace (y también se debería incluir a los “pequeños” productores capitalistas de la FAA...).

¿Un frente PO-PO?

Sin embargo, en la segunda reunión toda la negociación se “trabó”. El hecho cierto es que el PO planteó encabezar todas las candidaturas de importancia. Es decir, las demás corrientes deberíamos hacer campaña no por un verdadero frente sino por Pitrola, Altamira y Ramal…

En un reciente artículo Altamira ha intentado justificar esta posición. No lo vamos a seguir por todos sus meandros. Sólo colocar un problema de fondo: los frentes únicos (en cualquier terreno que ellos sean) se hacen para sumar fuerzas. Es decir, se llevan adelante porque las solas fuerzas no alcanzan para enfrentar al enemigo de clase. Son una necesidad: si así no fuera siquiera se plantearía el problema[3]

El problema está planteado –entre otras razones– porque es un hecho objetivo que ninguna corriente de la izquierda puede aducir –sobre bases ciertas– ser “hegemónica” prácticamente en ninguno de los terrenos en los que se desarrolla la lucha de clases y política[4] nacional. Esto no quiere decir que no haya –efectivamente los hay– tamaños diferentes de corriente a corriente que haya que tener en cuenta. En ese sentido, no tenemos ninguna necesidad de desconocer que el PO es la corriente más grande de las cuatros que estuvimos sentadas en la mesa.

Pero esta falta de hegemonía, o la incapacidad de resolver una sola corriente por sí misma los problemas, se expresa más “dramáticamente” si se quiere en el terreno electoral donde a diferencia de las luchas, mas bien todas las corrientes somos lamentablemente más o menos marginales. Las diferencias en votos son de 0 coma…

El PO tiene una contradicción: postula un frente consigo mismo… sólo para dejar irresuelta la tarea siquiera de desplazar a Vilma Ripoll del lugar que tiene de principal figura de la “izquierda”… Esto por no hablar de la ristra de mediaciones electorales de la centroizquierda tipo Solanas o una suerte de variante “autonomista” como Zamora.

En estas condiciones, desde el Nuevo MAS lo que planteamos es que las principales candidaturas del frente –Capital y Provincia de Buenos Aires– debían estar repartidas entre las principales fuerzas del frente. A nuestro modo de ver el PO (por ser la corriente más grande) debía elegir primero, luego el PTS[5] y luego el Nuevo MAS. También debía respetarse una proporcionalidad en el intercalado de candidatos debiendo tener el PO más candidatos.

Hasta el 28 hay tiempo…

En definitiva, no nos parece correcto como método el mirar el propio ombligo (esto vale no sólo para el PO) desconociendo los parámetros que coloca la realidad. Tampoco nos parece útil el estilo de andar corriendo hasta el último segundo el día 28 (fecha de cierre de las alianzas) cuando las cosas se pueden y se deben hacer con cierta antelación. Sin embargo, nos atenemos a las condiciones de la realidad: estamos abiertos a continuar las discusiones sobre un frente de la izquierda clasista hasta el último minuto. Eso sí: sobre bases políticas y metodológicas coherentes.


[1] El PTS también hizo lo propio.

[2] El Nuevo Partido Anticapitalista en Francia busca recoger este perfil, aunque haciéndolo de una manera reformista y en gran medida con cero delimitación de clase indicando que incluso en Europa se deben combinar ambas coordenadas. 

[3] Un ejemplo histórico –y extremo- de este tipo necesidad fue el planteo de frente único de los bolcheviques a la socialdemocracia que tenía -ni más ni menos- que las manos manchadas de sangre por el asesinato de Rosa Luxemburgo…

[4] En la experiencia de las últimas décadas sólo el viejo MAS llegó a tener esa ubicación dentro de la izquierda habiendo llegado a sumar prácticamente 10.000 militantes… sólo para desbarrancarse inmediatamente después. Ni por las tapas alguna corriente de la izquierda en el país llega a arañar hoy siquiera la décima parte de esta cantidad de militantes políticos.

[5] Digamos que en la citada reunión el PTS no hizo un planteo de conjunto al respecto…