Cumbre de la OTAN
La guerra de Obama
Por Claudio Testa
La Cumbre de la OTAN, realizada a continuación del G-20 en la frontera
franco-alemana, fue ocasión de un estallido de furia como
no se veía desde hace tiempo. Decenas de miles de
manifestantes venidos de toda Europa expresaron su repudio a
este frente único militar del imperialismo, organizado para
masacrar a los pueblos que se rebelan contra su dominación.
Sin embargo, el aspecto más relevante de la Cumbre de la OTAN es el
contraste entre la magnitud de ese repudio y las escasas
resoluciones concretas que Obama logró arrancar a sus
aliados.
Después de muchas presiones, Obama sólo obtuvo un acuerdo de compromiso
para enviar 5.000 efectivos europeos suplementarios a
Afganistán... y habrá que ver cuántos realmente llegarán
allí.
Además, estos 5.000 efectivos son “no combatientes”, una forma
extraña que han inventado los europeos de participar en una
guerra. De ese total, 3.000 serán desplegados para
custodiar las “elecciones” truchas que el gobierno títere
de Kabul organiza en agosto. Los otros 2.000 tendrán como
misión entrenar al ejército y a la policía del
“gobierno” afgano, lo más lejos posible de donde
transiten los talibán.
Esta reticencia de los gobiernos europeos tiene que ver, en primer lugar,
con la impopularidad en Europa de la infame guerra
colonial de Afganistán. Por eso, el centro de los discursos
de Obama fue convencer a los europeos que los talibán
amenazan más a Europa que a EEUU... porque están geográficamente
más cerca.
El argumento infantil de Obama no convenció. Hay muchos países que están
más cerca que Europa... pero no están amenazados porque no
han agredido Afganistán.
Pero la otra poderosa razón de las reticencias europeas es que todos los
analistas serios opinan que se trata de una guerra
imposible de ganar.
Sin embargo, Obama ha decidido doblar la apuesta. Ha emprendido lo que en
verdad es una nueva guerra, de consecuencias
potencialmente más peligrosas que la de Iraq. Es la que el
historiador Immanuel Wallerstein llama “«Af–Pak»:
la guerra de Obama”. Es decir, intervenir también
ampliamente en Pakistán, ya que la resistencia
antiyanqui se apoya y se extiende en ese país.
Esto ya se venía haciendo puntualmente con Bush, pero ahora Obama propone generalizarlo.
Detrás de su charlatanería “progre”, están asomando
planes de guerra aun más amplios (y, probablemente, más
disparatados) que los de Bush.
Nota:
1.- Immanuel Wallerstein, “«Af–Pak»: la
guerra de Obama”, Agence Global, 01/04/09 (en
www.socialismo-o-barbarie.org, edición del 12/04/09)
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