Balance
de la jornada del 27
El
“paro” de la CTA y la lucha por
un nuevo movimiento
obrero
Por José Luis Rojo
El
pasado miércoles 27/5 la CTA realizó un “paro
nacional”. En realidad, no fue un verdadero paro nacional
y no sólo dado el carácter minoritario
de esta central. Se trata de que siquiera se jugó a
realizar una verdadera
paralización de los gremios y sectores que agrupa. Esto
era absolutamente previsible. Fue llamado por los medios; no
convocó a una sola asamblea en los lugares de trabajo; en
ningún momento planteó perspectiva alguna de continuidad;
ni se colocó verdaderamente un programa que fuera más allá
del reclamo político del reconocimiento de su personería
gremial. Desde el nuevo MAS planteamos que había que
aprovecharlo donde se pudiera, pero de ninguna manera dimos
nuestro apoyo político a esta convocatoria.
A los
pies de Yasky, Baradel y cia.
Sin
embargo, corrientes como nuestros actuales aliados en el
Frente de Izquierda y los Trabajadores, el PTS,
lamentablemente se compraron el buzón saliendo a jugarse el
todo por el todo a “cambiarle el contenido” a la medida.
En vez de destacar las lecciones de los recientes triunfos
de Massuh y Pilkintong, colocaron
en el centro de su política el llamado a que “todos los
sindicatos llamen al paro del 27 de mayo”.
Al
servicio de lo anterior argumentaron que “el del 27 de
mayo es un paro que debería tomar toda la clase trabajadora
en defensa propia. Por ello tenemos que exigir también, en
todos los sindicatos de la CGT, un llamado unificado”.
Es decir, plantearon una política de pura ciencia ficción
y, por lo tanto, completamente irrealizable. ¡Ficción
que sólo sirvió para lavarle la cara a la burocracia de
Yasky!
Insistimos:
una tarea que por lo ridículamente desproporcionada, terminó
redundando lisa y llanamente en un
puro seguidismo a la dirección de la CTA. Los compañeros
llegaron al colmo de sentar –sin ninguna necesidad que
los justificara– a su miembro en el Cuerpo de Delegados
del Subte al lado de Yasky, Maldonado, Baradel, Tito Nenna y
Micheli cuando el anuncio del susodicho “paro”. Un
claro ejemplo no del necesario y hasta obligatorio
frente único para la lucha real... sino
de escandaloso seguidismo a la burocracia sindical.
Pero
hay más: en el caso del PTS se estaría en presencia de un
“giro orgánico” que va más allá del problema –en
definitiva “táctico”– de cómo ubicarse frente al
“paro” del 27. Se trataría de un giro de más largo
alcance que pareciera apostar a que el proceso de
recomposición en curso –que con idas y vueltas viene
desarrollándose desde comienzos de la década– se
canalizaría vía la CTA. Una central que sólo es “mitad”
sindicato: la otra mitad es corriente político-sindical
centroizquierdista. Y cuyo “mito fundacional” no es
muy memorable que digamos.
El 27M: sin pena ni gloria
Pero
veamos primero el verdadero alcance del “paro general”.
Entre docentes y estatales (los gremios principales de esta
central) el “acatamiento” fue bien dispar. Mayor entre
los docentes de la Capital, difícil de cuantificar entre
los estatales; desigual en el interior del país. Entre los
metalúrgicos de Villa Constitución, se trabajó
normalmente. Lo mismo ocurrió en Telefónicos de Capital (a
pesar de que Marín, uno de sus dirigentes, es miembro de la
dirección nacional de la CTA). En el Neumático, Wasiejko
hizo parar por unas horas las plantas de Firestone (está
confirmado que la patronal pagará las horas de la “medida
de fuerza”…) y Pirelli. En FATE, única fábrica donde
se realizó una asamblea para resolver al respecto, la
base decidió no parar junto con los burócratas que vienen
de traicionar su lucha del año pasado. Otro lugar de
tradición de lucha, el Hospital Garrahan, también decidió no parar. En el Hospital Francés y en el ANSES los compañeros
ni siquiera se enteraron que estaba convocada una medida de
fuerza…
Como
de costumbre, Yasky y Cía. llamaron al paro por
los medios: no realizaron una sola asamblea de base. El
único sector que verdaderamente se hizo escuchar fueron los
trabajadores del Subterráneo de Buenos Aires, los que aprovecharon
la ocasión para realizar una paralización de dos horas por
sus propias reivindicaciones.
Eso
es lo que había que hacer: ¡aprovechar
la convocatoria donde realmente se la pudiera aprovechar,
pero no salirla a vender como un “paro nacional” hecho y
derecho cosa que nunca podría haber sido y no fue!
Las fuerzas están en la
tendencia a la ocupación de fábrica
Frente
a la realidad del 27M, no es casual que nadie
–gobierno, empresarios, oposición patronal, CGT y
medios– haya tomado demasiado en serio la “medida de fuerza”. Lamentablemente,
corrientes como el PTS salieron a esgrimir el balance de que
el paro habría mostrado “fuerzas para enfrentar a los
capitalistas”…
Claro
que hay fuerzas para enfrentar a los capitalistas: pero
éstas están en otro lado de donde las ve el PTS. Anidan
no en el “paro” convocado por la burocracia ceteísta (o
en las burocracias de todos los colores que en todo el globo
están jugadas a la contención
de los reclamos de los trabajadores frente a la crisis): arraigan en el proceso de lucha y desborde a la burocracia sindical que
está expresándose en la incipiente tendencia mundial a la
ocupación de fábricas y la estatización.
[1]
Hay que habituarse a que es de las mejores tradiciones
del movimiento obrero el que se
polemice francamente incluso cuando se están llevando
adelante tareas en común como la actual participación
en la campaña electoral.
[2]
Una larguísima lista de organizaciones tuvieron la
misma ubicación que el PTS: el PC, la CCC, el MST, la
Darío Santillán, etc.
[3]
La Verdad Obrera n°325.
[4]
La Verdad Obrera, ídem.
[5]
Nos apresuramos a recordar que el nacimiento de la CTA
estuvo marcada por la nada gloriosa traición de la
mayor lucha docente que se recuerde: el “Maestrazo” de 1987. Volveremos sobre esto.
[6]
No se puede perder de vista la situación específica
de los compañeros del Subte en mortal pelea con la
UTA y en la brega por el reconocimiento de su nuevo
sindicato. Que en estas condiciones, los compañeros
hayan aprovechado la brecha abierta por la convocatoria
de la CTA está perfecto pero
no cambia el carácter de conjunto de la medida de
fuerza convocada por Yasky y Cía. ni podría
implicar generalizar una política sólo a partir de
esta experiencia.
[7]
La Verdad Obrera n°327.
|