Honduras: elecciones presidenciales en noviembre
Candidatura Independiente Popular cumple
con
los requisitos de inscripción
El
viernes 5 de junio las organizaciones obreras, campesinas,
populares y de izquierda de Honduras que promueven la
Candidatura Independiente Popular para la Presidencia de la
República para participar en las elecciones generales de
noviembre próximo, presentaron al Tribunal Supremo
Electoral sesenta mil ciento doce firmas (50% más de lo
exigido) respaldando los requisitos para la inscripción de
dicha candidatura.
Las fuerzas políticas y sociales en
Honduras
El
sistema político hondureño es uno de los pocos en América
Latina que aún
mantiene el bipartidismo asentado en dos partidos
burgueses, el Liberal y el Nacional, desde hace casi un
siglo. Todas las leyes electorales han preservado su
monopolio político y los nuevos partidos burgueses surgidos
en la segunda mitad del siglo XX: Partido Innovación y
Unidad (Socialdemócrata) y Democracia Cristiana han sido el
complemento para mantener inalterable dicho orden, convirtiéndose
en comodines al servicio de los dos partidos tradicionales.
Sin
embargo, en la actualidad y como producto de la crisis del
modelo de acumulación capitalista hondureño (fin de
un siglo de dominación económica y política de las compañías
bananeras y entrada en el modelo neoliberal) combinado con
la actual crisis del capitalismo mundial, han provocado una
profunda crisis en dichos partidos que se ha trasladado a
todas las instituciones del estado burgués, provocando
enfrentamientos político institucionales entre diferentes
grupos de poder burgués.
El
Partido Unificación Democrática (izquierda), surgido tras
la firma de los tratados de paz de Esquipulas y la derrota
del proceso revolucionario centroamericano, luego de avanzar
hacia posiciones de izquierda en el proceso electoral del
2005 –al calor de las luchas populares– ha caído en un
profundo oportunismo y adaptación al sistema bipartidista
que provocó su crisis interna y división, provocando una
importante ruptura con la vanguardia del movimiento obrero y
popular hondureño.
En
este contexto, y desde el interior de la Coordinadora
Nacional de Resistencia Popular, instancia nacional que
aglutina a centenares de organizaciones obreras, campesinas,
magisteriales, indígenas, populares y partidos de izquierda
(en particular el Partido Socialista de los Trabajadores)
surgió la propuesta de avanzar de la lucha reivindicativa a
la lucha política presentando Candidaturas Independientes
para unificar la vanguardia luchadora y la izquierda de cara
al proceso electoral del presente año.
La
CNRP se ha convertido, desde su fundación
en el año 2003, y al calor de la movilización, la
organización y la democracia directa, en la principal
organización de masas de Honduras logrando ser la
convocante de multitudinarias movilizaciones nacionales
(toma de la capital Tegucigalpa el 26 de agosto del 2003 y
los paros cívicos nacionales del 2008). Ha logrado avanzar
en un programa unitario nacional (los 12 puntos)
con el cual ha unificado incluso a las tres centrales
obreras y tres centrales campesinas de Honduras.
Inicialmente
la CNRP había divido su apoyo entre la Candidatura
Independiente y una posible alianza del PINU con la UD, en
vista de la importante presencia de miembros de este último
partido en la Coordinadora. Sin embargo, la realidad demostró
que la alianza era una ilusión sobre todo por la crisis y
división de la UD, provocando que varios de sus miembros más
reconocidos lanzaran candidaturas independientes a las
Alcaldías y Diputaciones. Por tal razón la CNRP, en sus
dos últimos Conversatorios (asambleas nacionales democráticas)
acordó respaldar la Candidatura Independiente Popular y
llamar al pueblo a apoyarla.
La Candidatura Independiente Popular
La
Ley Electoral de Honduras permite la presentación de
candidaturas independientes de los partidos legalmente
inscritos, pero establece una serie de requisitos,
profundamente antidemocráticos, que han impedido hasta el día
de hoy poder hacer uso de este derecho electoral. Entre
ellos, presentar un 2% de firmas en base a los votos válidos
de la última elección general, para respaldar la inscripción
de dichas candidaturas. Tomando en cuenta que los pequeños
partidos que participan de las elecciones no han logrado una
votación del 2% en las candidaturas presidenciales, salta a
la vista el enorme obstáculo para conseguir dichas firmas.
Ello
llevó a que algunos sectores políticos de izquierda y
populares vieran como incorrecto haber lanzado la
candidatura porque pronosticaban que no se iban a reunir las
40 mil firmas y que el fracaso iba a conducir a la
desmoralización, pronunciándose algunos por lanzar
candidaturas a las Diputaciones y Alcaldías y otros señalando
que había que esperar cuatro años más.
Sin
embargo, la realidad demostró la justeza y oportunidad del
lanzamiento lográndose en menos de un mes la cantidad de
60,112 firmas entregadas al Tribunal Supremo Electoral.
Quedando unas dos mil firmas sin poder entregarse debido a
que llegaron a la capital provenientes de remotos municipios
fuera de tiempo.
La
sorpresa fue tan grande que varios medios trataron de
ignorarla hasta tanto los candidatos se presentaron al TSE
acompañados de un nutrido grupo de activistas que al mejor
estilo de las luchas populares agitaron consignas y cantaron
puño en alto las estrofas de La Internacional.
Ahora el Tribunal Supremo Electoral tiene 30 días
para inscribir o rechazar la candidatura. Siendo un
organismo controlado por los dos partidos tradicionales que
desde hace años se oponen a ampliar el espectro político
hondureño rechazando cualquier candidatura independiente;
el cumplimiento de los requisitos no garantiza la inscripción
de Carlos H. Reyes y sus designados, razón por la cual en
los próximos días se definirán las estrategias de
movilización y presión popular para obligar al TSE a
inscribir la misma.
Consolidar el carácter de clase de la candidatura
Por
su origen, por su programa y por sus candidatos, la
Candidatura Independiente Popular, tiene un marcado carácter
de clase. Carlos H. Reyes, presidente del STIBYS, Bertha Cáceres,
dirigente indígena, Lidia Hernández, dirigente magisterial
y Carlos Amaya, miembro del PST y de la Conducción Nacional
de la CNRP, representan la continuación de las grandes
luchas de la Coordinadora y el movimiento popular de
Honduras en el terreno electoral.
Apoyada
en el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Bebida
y Similares (STIBYS) que agrupa a los trabajadores de las
transnacionales de refrescos en botella y de cervezas, con
el aporte político del Partido Socialista de los
Trabajadores, y el movimiento indígena combativo de
Honduras más la presencia de dirigentes magisteriales, el
principal desafío es consolidar de manera absolutamente
clara el perfil obrero y popular, independiente de cualquier
corriente o dirigente de la burguesía, en particular el
presidente de la República Manuel Zelaya Rosales.
También
es necesario tomar distancia de las prácticas electorales
oportunistas de la UD y los pequeños partidos burgueses,
ratificando el carácter obrero popular de su programa,
discurso, métodos y campaña electoral.
La
experiencia de la Candidatura Independiente Popular en
Honduras es única en el continente y en particular en esta
etapa de crisis del sistema capitalista mundial y se
diferencia de otros procesos políticos de la región por su
carácter de clase, su origen y sus candidatos.
Sobre
esta base se hace necesario el más amplio llamado a todas
las fuerzas que se reivindican de la clase obrera y sectores
populares explotados a sumarse activamente en apoyo a la
Candidatura Independiente Popular.
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