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Festival de “diálogos”
Hablando en plata:
3.000.000.000 U$S
Cristina:
“Podemos bajar las retenciones, pero oficialismo y oposición
tienen que asegurar la financiación”
Macri: “A la oposición le sobra racionalidad para
discutir este tema” (reproducido por M. Bonelli en Clarín,
24-7).
Gorilas a caballo, al galope tendido
El
ballet de diálogos varios ya está dejando frutos
interesantes, en la medida en que los protagonistas dejan
los aspectos más etéreos de la discusión para mejor
oportunidad y van derecho a lo que más importa: la platita.
Los
gorilazos del campo
son a la vez los más consecuentes y los que todavía
insisten en darle expresión política al reclamo. Quedaron tan eufóricos con el
traspié del gobierno que se autoproclaman los mariscales de
la victoria. Hasta tienen el descaro de criticar a la
oposición de derecha por “no darse cuenta de que
ganaron”. Claro, para ellos “darse cuenta” significaría
forzar una votación en el Parlamento eliminando las
retenciones.
El
acto de la Rural, con los monstruos de la Mesa de Enlace
como oradores y una barra de 1.000 productores que pedían
nada metafóricamente la cabeza de los Kirchner, exhibió en
todo su dudoso esplendor a los pichones de Micheletti criollos. El nivel de insolencia y el tono provocador
en los discursos, en la asistencia y en el ambiente general
del acto asustó
hasta a los más acérrimos defensores del “campo”.[i]
Sus organizadores lo llamaron el “primer acto de la
era post kirchnerista”. Como lo definió agudamente A.
Zaiat en Página 12,
fue mas bien “el
grito de Figueroa Alcorta”.[ii]
Biolcati, de la SRA, se envalentonó: “La primera batalla
a los Kirchner se la ganamos en la calle, después en el
Congreso y ahora en las urnas”. Y cuando uno de los tantos
asistentes enardecidos gritó: “No se preocupen que los
Kirchner ya se van”, Buzzi le contestó, cómplice: “Hay
que ayudar a que haya gobernabilidad hasta 2011”. Es
decir, que los K
hagan el trabajo más sucio de todos antes de irse del todo
con pena y sin gloria.
Exultante
por poder sacarse la careta –ya no hay riesgo de perder
votos– Llambías, de CRA, reivindicó
a José Martínez de Hoz (bisabuelo del ministro de
Economía de Videla, fundador de la SRA y figura señera de
la oligarquía argentina). Es el tipo de declaraciones que
cuando las hacían dirigentes de la segunda línea ruralista,
los garcas mayores trataban de minimizar. Claro, esas cosas
se piensan pero no se dicen... al menos, hasta pasadas las
elecciones. Por eso ahora los gorilas salieron de la niebla, y King Kong se subió al Empire
State a gritar: “¡Viva Martínez de Hoz, mueran las
retenciones!”
Pero
no todo fue histeria anti K. Al fin de cuentas, eso es la
puesta en escena para imponer
lo que pide la Mesa de Enlace: una transferencia de recursos
del Estado a los “productores” del orden de los 3.000
millones de dólares. El proyecto parte de eliminar
retenciones al trigo y maíz (U$S 350
millones), al girasol (U$S 400 millones) y bajar 10
puntos las retenciones a la soja y derivados (U$S 2.400
millones).[iii]
Además, propone distinguir entre productores de hasta 700,
1.500 y más de 1.500 toneladas. Las dos primeras categorías
podrían canjear retenciones por otros impuestos, de manera
que la tributación real sea casi cero.
Por
supuesto, lo del 22-25% de retenciones a la soja es sólo
“temporario”, como se apresuró a aclarar Buzzi a los
productores que bramaron de bronca en el acto de la Rural.
“El objetivo final es llegar a cero”, pero por una
cuestión de “responsabilidad” y para “no
desfinanciar” al fisco, aceptan graciosamente ceder en ese
punto. Unos verdaderos estadistas...
Por
otra parte, si bien toda la patronal respalda el reclamo de
los sojeros y les reconoce el derecho de ser los
primeros en pasar por ventanilla[iv],
por su consecuencia anti K, no faltan quienes hacen números
y descubren que semejante
dádiva es realmente peligrosa. Es el caso de algunos
radicales, que se han desayunado que el horno fiscal no está para esos bollos.
En
efecto, las cuentas
fiscales siguen en requeterojo y manoteando hasta del
cajón de la abuela. Provincias y municipios reducen extras,
congelan vacantes y se preguntan cómo van a hacer para
pagar los sueldos. Buenos Aires es probablemente la
provincia más complicada, con 5.500 millones de déficit
(lo que explica las acrobacias políticas de Scioli).
La “racionalidad” según
los Kirchner
El
“diálogo” también dejó otras muestras del strip-tease
de la clase política. Ya nadie se acuerda de que el “diálogo”
empezó con algo tan insustancial como la reforma política;
enseguida empezó el cambio de ideas sobre temas más
concretitos. Veamos si no:
“(Cristina
y Macri) hablaron de dónde tenían que salir los fondos
para aliviar al campo y comenzar a cerrar el conflicto político
(...) Ambos rechazaron nuevos impuestos, pero avanzaron
en una idea conflictiva: reducir los subsidios al transporte
y los servicios para (...) financiar una rebaja en las
retenciones al campo. En otras palabras: bajar fuerte
los gastos por 40.000 millones de pesos en subsidios, a
cambio de aumentos en las tarifas públicas. La Presidenta
insistió: ‘Podemos discutirlo, pero no
vamos a hacer cosas irracionales’” (M. Bonelli en Clarín,
24-7).
Pues
bien, veamos dos ejemplos de cómo funciona la
“racionalidad” oficialista.
Por
un lado, sigue
pisando las importaciones, buscando resguardar una de
las pocas patas del “modelo” que sigue en pie: el superávit
comercial. Como los importadores se quejaron, la ministra de
Producción, Débora Giorgi, convocó a su corta lista de
aliados. El resultado: solicitada conjunta de la CGT, la
CAME (patronales medianas y chicas), la UOM, la AOT
(textiles) y el sindicato del Calzado defendiendo el “proteccionismo industrial”.
Ese
es un costado; el que los K venían mostrando. Pero ahora
aparece otro, el que reclaman la patronal, la oposición y
las circunstancias adversas, y al que los Kirchner acceden.
Un caso testigo es el acuerdo entre la Nación y ocho
provincias productoras de gas (cuyos gobernadores actúan
como meros lobbistas de las petroleras). El precio del gas
en boca de pozo –el que cobran las compañías– pasará
de U$S 1,60 el millón de BTU a U$S 1,90 ya mismo, y a U$S
2,60 de aquí a un año. Supuestamente, esto destrabaría
inversiones por 650 millones de dólares para aumentar la
producción, pero la verdad es que no hay garantías ni
compromisos escritos.
Lo
importante, como dijo el gobernador neuquino Sapag, es que
“no va más un gas que estuvo congelado 8 años a precios
nominales; el gas es un commodity caro”.
Cristina Kirchner fue todavía más explícita: defendió lo hecho hasta ahora con los precios subsidiados pero afirmó
que las tarifas
estaban “absolutamente desacopladas” en comparación
con otros países. Y se aprestan a cerrar un acuerdo similar
al del gas respecto del petróleo (Clarín, 29-7).
¿Hace
falta traducción? Los aumentos escandalosos de la tarifa
del gas no vendrán solos. Porque la energía eléctrica se
genera también con gas, y los derivados del petróleo son
insumos tanto de las compañías eléctricas como de la
nafta y gas oil. Un
tarifazo brutal en luz, gas, combustible y transporte es lo
que asoma en el horizonte.
Lo
que dice Sapag es lo que reclama toda la patronal, y lo que
los Kirchner están empezando a asumir: no
van más tarifas de servicios casi congeladas. Esta
supervivencia económica del Argentinazo (recordar que
las empresas de servicios fueron el primer blanco de la
furia popular), a estas alturas y después del triunfo de la
oposición de derecha, para el conjunto de la patronal y de
la oposición, ya no
se justifica.
Y
no es el único plano en el que los Kirchner se avienen a
ser más “racionales”. Como anticipamos en el número
anterior, el “mercado” espera que el gobierno anuncie el
canje de bonos de
la deuda. Por eso los precios de los bonos viejos suben. Así,
los Kirchner, aunque siguen sin arreglar el INDEC, salvan el
negocio financiero, al desligar el rendimiento de los bonos
nuevos de un índice de precios manipulado e insostenible.
Además,
crecen los rumores sobre una oferta
al Club de París, mientras se reconfirma que el
gobierno pagará sin chistar el mayor vencimiento de deuda
del año (los Boden 2012, en agosto). Y, como era de esperar
(ver editorial anterior), las veleidades anti FMI del nuevo
ministro de Economía duraron un suspiro. Ante la sugerencia
del economista Roberto Frenkel (ex funcionario de Alfonsín
y de Duhalde) de volver al FMI[v],
el bueno de Boudou mostró su total acuerdo. Es que la
necesidad tiene cara de hereje, y plata no hay.
Así
y todo, es muy posible que todo esto siga resultando todavía demasiado “irracional” para el sofisticado paladar de
la oposición de derecha, y ni hablar de esos baluartes de
la racionalidad, verdaderos René Descartes de la política
y la economía que son la Mesa de Enlace, la AEA y demás
entidades patronales.
Lecciones del paro de la
UOM
Mientras
por arriba las patronales, el gobierno y la oposición le
sacan filo a la guadaña, por abajo hay mas bien una
desconfianza expectante, antes que grandes luchas. Pasa que,
por un lado, el verdadero ajuste todavía no empezó del todo; no se puede
anticipar la reacción al mazazo antes de que llegue. Por el
otro, la burocracia sigue haciendo los mayores esfuerzos
para que la situación social no se le desmadre al gobierno.
Pero
hubo una importante excepción
a este cuadro: el primer
paro de la UOM en 15 años. Si bien tanto la
convocatoria como la medida fueron controladas por la
burocracia, lo ocurrido en Córdoba
puede dar una pauta de lo que está por venir. Allí, el burócrata
local Varas no tuvo mejor idea que negociar
una miseria y salir a presentarla como un triunfo. La
reacción espontánea de la base fue ejemplar: lo
molieron a palos, escracharon la cámara patronal y faltó
poco para que prendieran fuego a la sede de la UOM
cordobesa. Todo esto, en el marco de que, insistimos, era la
primera vez en años que se hacía un paro, y que la UOM no
es precisamente un gremio caracterizado por tener una
oposición organizada en su seno.
Los burócratas de todos los gremios pueden ir recordando
aquello de que cuando
las barbas de tu vecino veas afeitar...
Cabe
recordar que la burocracia se vio empujada al paro, sobre
todo, por la verdaderamente roñosa
propuesta salarial de los empresarios. Si se tiene en
cuenta que la patronal metalúrgica está acostumbrada a
transar con “su” burocracia de modo que la sangre no
llegue al río, lo que queda a la vista es que el
conjunto de la clase capitalista está decidida a forzar a
la clase trabajadora a pagar los platos rotos de la crisis.
Y
ese panorama puede dejar a la burocracia –hoy, pieza
fundamental de la precaria estabilidad del régimen K– en
una situación muy
incómoda. Es decir,
entre la intransigencia patronal y la bronca de las bases
obreras, a medida
que empiecen a llegar las plagas del ajuste: tarifazos,
inflación, flexibilización, despidos y carestía de la
vida en general. La reacción de los metalúrgicos
cordobeses –puramente explosiva, sin oposición
organizada– puede preanunciar otros estallidos. Es
responsabilidad de la vanguardia, el activismo y la
izquierda revolucionaria en preparar y prepararse para ese
escenario, que puede sobrevenir antes de lo que muchos
piensan.
[i]
Hasta el grupo Clarín, fiel sostenedor del gusanerío
local, empieza a notar con preocupación que “las
entidades rurales han asumido el papel (...) de fiscales
de oficialistas y opositores (...) las reivindicaciones
sectoriales ya se han transformado en planteos políticos”
(R. Kirschbaum, 29-7).
[ii]
El “grito de Alcorta” de 1912 fue una rebelión
chacarera contra los abusos de los terratenientes, que
derivó en la formación de la Federación Agraria
Argentina. La ironía hace referencia a que el predio de
La Rural, donde se hace la exposición anual, está
sobre la avenida Figueroa Alcorta, en Palermo, arteria
donde viven tradicionalmente ricachos y oligarcas
varios.
[iii]
Cálculo
de Clarín sobre previsiones de cosecha de la consultora
Agritrend.
[iv]
El documento de ese verdadero club de la gran patronal
argentina que es la AEA no deja dudas al respecto: junto
con la furibunda defensa de la propiedad y la
rentabilidad empresaria, el texto es contundente en su
respaldo a la baja de retenciones sin mayor consideración
por la salud del fisco.
[v]
El mecanismo técnico consiste en solicitar el artículo
IV, por el cual el país accede a un monitoreo de las
cuentas (incluidas las estadísticas) como paso previo
indispensable para pedir préstamos de emergencia o
comunes. Esa revisión no se hace en el país desde
2005.
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