Carta
a los compañeros de IS y PTS
¡Más
que nunca Frente de Izquierda!
Compañeros:
Entre nuestras organizaciones
hemos comenzado un intercambio de ideas acerca del balance
de las recientes elecciones y las tareas que se desprenden
para la izquierda independiente en la coyuntura del país. A
ese debate queremos contribuir fraternalmente con este
texto.
La importancia de
continuar la lucha por la independencia política de clase
de los trabajadores
Como marco general de nuestro intercambio de ideas, debemos
decir que dos son las coordenadas generales que
marcan el momento político no sólo nacional sino
regionalmente (como se puede ver ahora con el golpe de
Estado en Honduras).
Por un lado y como telón de fondo (aunque todavía con una
aplicación desigual al país y la región como un todo),
está la crisis económica mundial cuyas consecuencias
sociales en materia de empleo y ataque a las conquistas
obreras –en esto coinciden todos los analistas– están
llamadas a profundizarse en los próximos meses.
En nuestro país, y pasadas las elecciones, este es el telón
de fondo de la aguda pugna por los recursos que se ha
desatado entre los de arriba y, fundamentalmente, de todos
ellos con la clase trabajadora, y que tendría un
encaminamiento “institucional” próximamente en el
Consejo Económico y Social, el que terminaría
implementando algún tipo de ajuste económico sobre la
clase obrera.
Sin embargo, hay que señalar que en Latinoamérica y la
Argentina como parte de ella, esta crisis económica de carácter
histórica está impactando sobre un “ambiente” político
preexistente que continúa hasta el actual momento. Se
trata de los procesos de división en las alturas de las
clases dominantes acerca tanto de cómo distribuirse el
trabajo no pagado de las clases obreras urbanas y rurales,
así como los mejores mecanismos para garantizar la
gobernabilidad de las sociedades.
En la Argentina, como todos sabemos, esto se viene
expresando desde la famosa pelea de la 125 del año pasado,
pugna que ahora amenaza con tener nuevos capítulos
dada la ofensiva de las patronales rurales en materia de
quitarse de encima impuestos y obtener más subsidios de
parte del Estado transfiriendo esa carga a los explotados y
oprimidos (lo propio también está planteando la UIA y el
conjunto de las patronales).
El trasfondo de la crisis mundial y la asfixiante pelea
entre los de arriba buscando polarizar cada una de
las fracciones patronales a sectores de las masas obreras y
populares, ha colocado en un lugar no sólo histórico sino
de enorme importancia actual la pelea por la
independencia política de clase de los trabajadores de todo
sector patronal.
Por esto pensamos que la primera discusión que tenemos
planteada a nivel del Frente es cómo continuar con esta
batalla política que dimos juntos en oportunidad de las
recientes elecciones que no fue meramente electoral.
En este sentido, nos parece obvio que lo primero para
extender los alcances de esta batalla común pasa por reafirmar
el propio Frente de Izquierda que logró resultados
minoritarios pero no marginales en dos de los tres
principales distritos electorales del país.
Esta necesidad
se agiganta más
cuando al actual gobierno de Cristina Kirchner le quedan aún
dos años y medio de gestión y creemos que sería ridículo
poner las manos en el fuego de que pueda lograr realmente
cumplirlos.
El proceso de recomposición
de los trabajadores
En segundo lugar, está el proceso de recomposición de la
vanguardia obrera en curso. Se trata de un proceso riquísimo
cuya base material se apoya en que en los últimos años una
nueva generación obrera entró a trabajar y bajo el
influjo creado por el proceso del Argentinazo, entre lo más
concentrado de la clase obrera, comenzó un proceso de
recomposición-reorganización que todavía está en curso
e, incluso, tiene perspectivas de seguir ampliándose.
Mojones de esta experiencia –quizás histórica– se
pueden ver con claridad en la experiencia que está en curso
desde el SUTNA San Fernando, donde los compañeros llegaron
a pelear la dirección del gremio del Neumático en su
conjunto en oportunidad del conflicto del 2008, una pelea
que estratégicamente continúa abierta.
También está la actual pelea de los compañeros del
Cuerpo de Delegados del Subte por el reconocimiento de su
nuevo sindicato, la experiencia de Zanón en Neuquén, la de
los ferroviarios de Haedo y un sinnúmero de experiencias de
luchas antiburocráticas que está desarrollándose en
vastos sectores de la vanguardia obrera y de trabajadores y
que –como hemos señalado– está llamada a seguir
profundizándose y exige de las corrientes revolucionarias
que concentremos nuestros mejores esfuerzos en ella.
Pero este mismo proceso ha desatado un debate entre
algunas corrientes de la izquierda al que sólo nos
referiremos aquí tangencialmente porque ya sentamos posición.
Es que no sólo en la Argentina, sino internacionalmente,
al compás de la crisis económica mundial, se está
desarrollando un proceso potencialmente revolucionario de
sindicalización de los sectores de trabajadores
desorganizados.
En nuestro país, esta promisoria tendencia también está
presente aunque todavía de manera muy incipiente y
fragmentaria. Pero nuestro punto hoy es que pretender
circunscribir este proceso a una expresión digamos
“superestructural” como es la CTA como tal (cuyo rol en
la lucha de clases, además, no se diferencia de contenido
en nada de la de la CGT) sería un grave error.
Es que no hay que olvidar que la CTA es, efectivamente, en
parte “sindicato”, pero también corriente político-sindical,
amén de ser todavía una expresión minoritaria respecto de
la CGT, a la vez que mucho más minoritaria todavía entre
los batallones estratégicos de la clase obrera como el
proletariado industrial.
En este sentido, desde ya que esto configura un debate que
podemos dar al interior del Frente, pero necesariamente
también mucho más allá del mismo, en el sentido que lo
que está planteado es conformar una Tendencia Clasista
“transversal”, es decir, tanto entre la vanguardia
obrera que emerge en la CGT como en la CTA, planteo que
venimos levantando desde el nuevo MAS desde hace varios años
y que estamos dispuestos a discutir cómo implementarlo,
pero repetimos, no sólo al interior de los componentes del
Frente (porque los excede ampliamente), sino con
interlocutores que van más allá del mismo.
Frente de izquierda y
tareas planteadas
Es en el contexto anterior que debemos hacer una evaluación
de los resultados del Frente de Izquierda. Aquí queremos
resaltar lo siguiente: que en una coyuntura política y
electoral tan desfavorable para los trabajadores y su
vanguardia como la de las recientes elecciones del 28 de
junio, el Frente haya logrado ser la quinta fuerza en
dos de los principales distritos electorales del país
–con dos de las tres principales concentraciones
obreras– no puede dejar de ser un dato de importancia
que va más allá de las elecciones mismas.
Creemos que –sobre todo– en el Gran Buenos Aires y Córdoba
es un hecho que el Frente cosechó el voto de una franja
de la nueva vanguardia obrera y juvenil que está emergiendo
y también del votante de la izquierda independiente que tomó
posición política respecto de los alineamientos políticos
de la izquierda alrededor del lock out de las patronales
agrarias del año pasado. Esta franja de votantes está
esperando nuestros próximos pasos.
Lo anterior no se trata de una cuestión “meramente
electoral”: se trata de que el Frente fue la única
expresión de la izquierda que supo levantar –de manera
consecuente– una campaña de independencia de clase
frente a los bandos patronales en pugna, así como también
supo expresar en sus listas parte fundamental del proceso de
recomposición de la vanguardia obrera.
Este lugar político logrado por el Frente creemos que es
una conquista y sería un gravísimo error no apoyarse en
ella para proyectar las tareas que están planteadas hacia
delante, incluso si en un sentido las mismas exceden el
mismo Frente.
Es decir, moverse con la composición de lugar de que
“como las elecciones ya pasaron” el Frente “ya terminó”,
sería un desastre que perdería de vista completamente el
significado político de nuestra elección y flaco favor
le haría a cualquier planteamiento de tareas comunes hacia
delante cuando sencillamente se pasa a liquidar el punto de
apoyo que el mismo Frente constituye.
Desde el nuevo MAS tenemos la posición contraria:
partiendo de reafirmar con claridad el Frente, creemos que básicamente
hay dos tareas que están planteadas:
1- Por un lado, la cuestión es efectivamente ampliar
a nuevos sectores de la izquierda y los luchadores obreros
la pelea por la independencia de clase. Es decir, lanzar una
campaña por la independencia de clase a partir de poner a
disposición una discusión respecto de la ampliación del
mismo Frente, de la integración de fuerzas de importancia
en la izquierda como el PO, pero no sólo de esto, sino del
sinnúmero de compañeros sin partido, de independientes, de
sectores que pelean en distintos ámbitos y que no les caben
perspectivas de centroizquierda como está montando la CTA
alrededor de las figuras de Solanas y Sabatella. Creemos que
efectivamente hay mucho “espacio” para dar esta pelea,
pero si se da en común a partir de la conquista objetiva
que el mismo Frente ha sido, arrancando por reafirmar
claramente el mismo.
2- Por el otro lado, está una cuestión que excede el
mismo Frente y no es exactamente el mismo plano –aunque el
Frente podría ser una plataforma para dar pasos en este
sentido– de cómo hacer para lograr un avance en el
proceso de la recomposición y confluencia de la vanguardia
obrera construyendo un punto de referencia nacional,
clasista y antiburocrático, al interior de las
organizaciones obreras de la CGT y la CTA. A disposición de
esta tarea colocamos nuestro planteo de Tendencia
Clasista así como también la experiencia que venimos
desarrollando de manera más avanzada en el gremio del Neumático.
Los saludamos
fraternalmente, Héctor “Chino” Heberling y Ernesto
Aldana por el Comité Ejecutivo del nuevo MAS
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