Socialismo o Barbarie, periódico Nº 156, 30/07/09
 

 

 

 

 

 

Carta a los compañeros de IS y PTS

¡Más que nunca Frente de Izquierda!

Compañeros:

Entre nuestras organizaciones hemos comenzado un intercambio de ideas acerca del balance de las recientes elecciones y las tareas que se desprenden para la izquierda independiente en la coyuntura del país. A ese debate queremos contribuir fraternalmente con este texto.

La importancia de continuar la lucha por la independencia política de clase de los trabajadores

Como marco general de nuestro intercambio de ideas, debemos decir que dos son las coordenadas generales que marcan el momento político no sólo nacional sino regionalmente (como se puede ver ahora con el golpe de Estado en Honduras).

Por un lado y como telón de fondo (aunque todavía con una aplicación desigual al país y la región como un todo), está la crisis económica mundial cuyas consecuencias sociales en materia de empleo y ataque a las conquistas obreras –en esto coinciden todos los analistas– están llamadas a profundizarse en los próximos meses.

En nuestro país, y pasadas las elecciones, este es el telón de fondo de la aguda pugna por los recursos que se ha desatado entre los de arriba y, fundamentalmente, de todos ellos con la clase trabajadora, y que tendría un encaminamiento “institucional” próximamente en el Consejo Económico y Social, el que terminaría implementando algún tipo de ajuste económico sobre la clase obrera.

Sin embargo, hay que señalar que en Latinoamérica y la Argentina como parte de ella, esta crisis económica de carácter histórica está impactando sobre un “ambiente” político preexistente que continúa hasta el actual momento. Se trata de los procesos de división en las alturas de las clases dominantes acerca tanto de cómo distribuirse el trabajo no pagado de las clases obreras urbanas y rurales, así como los mejores mecanismos para garantizar la gobernabilidad de las sociedades.

En la Argentina, como todos sabemos, esto se viene expresando desde la famosa pelea de la 125 del año pasado, pugna que ahora amenaza con tener nuevos capítulos dada la ofensiva de las patronales rurales en materia de quitarse de encima impuestos y obtener más subsidios de parte del Estado transfiriendo esa carga a los explotados y oprimidos (lo propio también está planteando la UIA y el conjunto de las patronales).

El trasfondo de la crisis mundial y la asfixiante pelea entre los de arriba buscando polarizar cada una de las fracciones patronales a sectores de las masas obreras y populares, ha colocado en un lugar no sólo histórico sino de enorme importancia actual la pelea por la independencia política de clase de los trabajadores de todo sector patronal.

Por esto pensamos que la primera discusión que tenemos planteada a nivel del Frente es cómo continuar con esta batalla política que dimos juntos en oportunidad de las recientes elecciones que no fue meramente electoral.

En este sentido, nos parece obvio que lo primero para extender los alcances de esta batalla común pasa por reafirmar el propio Frente de Izquierda que logró resultados minoritarios pero no marginales en dos de los tres principales distritos electorales del país.

Esta necesidad se agiganta más cuando al actual gobierno de Cristina Kirchner le quedan aún dos años y medio de gestión y creemos que sería ridículo poner las manos en el fuego de que pueda lograr realmente cumplirlos.

El proceso de recomposición de los trabajadores

En segundo lugar, está el proceso de recomposición de la vanguardia obrera en curso. Se trata de un proceso riquísimo cuya base material se apoya en que en los últimos años una nueva generación obrera entró a trabajar y bajo el influjo creado por el proceso del Argentinazo, entre lo más concentrado de la clase obrera, comenzó un proceso de recomposición-reorganización que todavía está en curso e, incluso, tiene perspectivas de seguir ampliándose.

Mojones de esta experiencia –quizás histórica– se pueden ver con claridad en la experiencia que está en curso desde el SUTNA San Fernando, donde los compañeros llegaron a pelear la dirección del gremio del Neumático en su conjunto en oportunidad del conflicto del 2008, una pelea que estratégicamente continúa abierta.

También está la actual pelea de los compañeros del Cuerpo de Delegados del Subte por el reconocimiento de su nuevo sindicato, la experiencia de Zanón en Neuquén, la de los ferroviarios de Haedo y un sinnúmero de experiencias de luchas antiburocráticas que está desarrollándose en vastos sectores de la vanguardia obrera y de trabajadores y que –como hemos señalado– está llamada a seguir profundizándose y exige de las corrientes revolucionarias que concentremos nuestros mejores esfuerzos en ella.

Pero este mismo proceso ha desatado un debate entre algunas corrientes de la izquierda al que sólo nos referiremos aquí tangencialmente porque ya sentamos posición.

Es que no sólo en la Argentina, sino internacionalmente, al compás de la crisis económica mundial, se está desarrollando un proceso potencialmente revolucionario de sindicalización de los sectores de trabajadores desorganizados.

En nuestro país, esta promisoria tendencia también está presente aunque todavía de manera muy incipiente y fragmentaria. Pero nuestro punto hoy es que pretender circunscribir este proceso a una expresión digamos “superestructural” como es la CTA como tal (cuyo rol en la lucha de clases, además, no se diferencia de contenido en nada de la de la CGT) sería un grave error.

Es que no hay que olvidar que la CTA es, efectivamente, en parte “sindicato”, pero también corriente político-sindical, amén de ser todavía una expresión minoritaria respecto de la CGT, a la vez que mucho más minoritaria todavía entre los batallones estratégicos de la clase obrera como el proletariado industrial.

En este sentido, desde ya que esto configura un debate que podemos dar al interior del Frente, pero necesariamente también mucho más allá del mismo, en el sentido que lo que está planteado es conformar una Tendencia Clasista “transversal”, es decir, tanto entre la vanguardia obrera que emerge en la CGT como en la CTA, planteo que venimos levantando desde el nuevo MAS desde hace varios años y que estamos dispuestos a discutir cómo implementarlo, pero repetimos, no sólo al interior de los componentes del Frente (porque los excede ampliamente), sino con interlocutores que van más allá del mismo.

Frente de izquierda y tareas planteadas

Es en el contexto anterior que debemos hacer una evaluación de los resultados del Frente de Izquierda. Aquí queremos resaltar lo siguiente: que en una coyuntura política y electoral tan desfavorable para los trabajadores y su vanguardia como la de las recientes elecciones del 28 de junio, el Frente haya logrado ser la quinta fuerza en dos de los principales distritos electorales del país –con dos de las tres principales concentraciones obreras– no puede dejar de ser un dato de importancia que va más allá de las elecciones mismas.

Creemos que –sobre todo– en el Gran Buenos Aires y Córdoba es un hecho que el Frente cosechó el voto de una franja de la nueva vanguardia obrera y juvenil que está emergiendo y también del votante de la izquierda independiente que tomó posición política respecto de los alineamientos políticos de la izquierda alrededor del lock out de las patronales agrarias del año pasado. Esta franja de votantes está esperando nuestros próximos pasos.

Lo anterior no se trata de una cuestión “meramente electoral”: se trata de que el Frente fue la única expresión de la izquierda que supo levantar –de manera consecuente– una campaña de independencia de clase frente a los bandos patronales en pugna, así como también supo expresar en sus listas parte fundamental del proceso de recomposición de la vanguardia obrera.

Este lugar político logrado por el Frente creemos que es una conquista y sería un gravísimo error no apoyarse en ella para proyectar las tareas que están planteadas hacia delante, incluso si en un sentido las mismas exceden el mismo Frente.

Es decir, moverse con la composición de lugar de que “como las elecciones ya pasaron” el Frente “ya terminó”, sería un desastre que perdería de vista completamente el significado político de nuestra elección y flaco favor le haría a cualquier planteamiento de tareas comunes hacia delante cuando sencillamente se pasa a liquidar el punto de apoyo que el mismo Frente constituye.

Desde el nuevo MAS tenemos la posición contraria: partiendo de reafirmar con claridad el Frente, creemos que básicamente hay dos tareas que están planteadas:

1- Por un lado, la cuestión es efectivamente ampliar a nuevos sectores de la izquierda y los luchadores obreros la pelea por la independencia de clase. Es decir, lanzar una campaña por la independencia de clase a partir de poner a disposición una discusión respecto de la ampliación del mismo Frente, de la integración de fuerzas de importancia en la izquierda como el PO, pero no sólo de esto, sino del sinnúmero de compañeros sin partido, de independientes, de sectores que pelean en distintos ámbitos y que no les caben perspectivas de centroizquierda como está montando la CTA alrededor de las figuras de Solanas y Sabatella. Creemos que efectivamente hay mucho “espacio” para dar esta pelea, pero si se da en común a partir de la conquista objetiva que el mismo Frente ha sido, arrancando por reafirmar claramente el mismo.

2- Por el otro lado, está una cuestión que excede el mismo Frente y no es exactamente el mismo plano –aunque el Frente podría ser una plataforma para dar pasos en este sentido– de cómo hacer para lograr un avance en el proceso de la recomposición y confluencia de la vanguardia obrera construyendo un punto de referencia nacional, clasista y antiburocrático, al interior de las organizaciones obreras de la CGT y la CTA. A disposición de esta tarea colocamos nuestro planteo de Tendencia Clasista así como también la experiencia que venimos desarrollando de manera más avanzada en el gremio del Neumático.

Los saludamos fraternalmente, Héctor “Chino” Heberling y Ernesto Aldana por el Comité Ejecutivo del nuevo MAS