Seis
meses de Obama
Una catástrofe social sin precedentes desde
los años
‘30
Por Claudio Testa
Si
hemos de creer a los cuenteros de la CNN y demás medios, la
crisis en EEUU está pasando, “cada día estamos mejor”.
Por esas cadenas se emite diariamente la telenovela de los “brotes
verdes”: la economía de EEUU (y del resto del mundo)
estaría “rebrotando”, como los arbolitos en las películas
de Disney cuando llega la primavera.
Por
supuesto, la realidad tiene poco que ver con esta ficción
mediática. Para hacerla creíble se basan en un hecho
cierto (pero cuyo verdadero contenido y probables
consecuencias son las opuestas a una salida mágica y
a corto a plazo de la crisis): Wall Steet sube desde hace
unos meses.
Claro
que el resto de los números de la economía –producción,
capacidad ocupada de la industria, quiebras y ejecuciones
hipotecarias, comercio exterior, consumo y sobre todo,
desempleo– siguen siendo una catástrofe.
¿Por
qué esta divergencia? Esencialmente porque los billonarios
paquetes de “estímulo” de Bush, primero, y de Obama,
después, no fueron destinados principalmente a relanzar la
demanda y la producción, y sostener el empleo, sino a
cubrir los números en rojo de los bandidos de los bancos y
financieras. Ahora, con los bolsillos otra vez repletos,
vuelve la especulación y en Wall Street se infla una nueva
burbuja.
Pero
mientras en Wall Street vuelve a descorcharse el champagne,
EEUU bajo Obama se hunde en una catástrofe social sin
precedentes desde los años ‘30. El único indicador
de la economía que realmente importa a la mayoría de los
norteamericanos –el empleo– se derrumba cada vez más.
La
cifra oficial de desempleo para todo EEUU es del 9,5%. Pero
en la mayoría de los estados donde está el centro
productivo, social y cultural de EEUU –como por ejemplo
California–, el desempleo “oficial” ya supera de
lejos los dos dígitos. En Michigan, donde cuya capital
es Detroit, centro histórico de la industria del automóvil,
llega casi al 15%.
Pero
como sucede en todo los países, también en EEUU las estadísticas
de empleo son un fraude: están hechas para subestimar
la desocupación. No incluyen a los parcialmente
desempleados ni a los que se han cansado de buscar trabajo
inútilmente. Teniendo en cuanta eso, el economista
estadounidense Nouriel Roubini calcula que la verdadera
cifra de desempleo nacional llega casi al 17%1,
lo que significaría para estados como California, Michigan,
etc. cifras completamente “tercermundistas” de alrededor
del 25%. A este desastre hay que sumarle los millones que
han perdido sus casas hipotecadas, los sectores medios con
sus pequeñas empresas en bancarrota, etc. Así, EEUU ha
comenzado a transitar una catástrofe social de colosales
dimensiones.
Obama
y los gobiernos estaduales: la hora del ajuste salvaje
Los
billones de los paquetes de “estímulo” se han agotado.
Como ya explicamos, Bush y Obama –empleando un
“keynesianismo” sui generis (que por supuesto no tiene
nada que ver con Keynes)– los gastaron para
“estimular” los bolsillos de los financieros. Obama dijo
que con esos paquetes se iban a crear 500.000 empleos. En
verdad, desde que comenzó la crisis se han perdido casi 4
millones y medio, y la cosa va cada vez peor.
Ahora,
cuando se les piden fondos para paliar la crisis, tanto
Obama como los gobernadores contestan que ya no es posible
hacer más gastos ni endeudarse más. Llegó entonces, la
hora del ajuste salvaje. El ejemplo lo ha dado el
gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, que quiere
volver a representar a su personaje de Terminator, pero en
la vida real. Esgrimiendo una tijera gigantesca, apareció
por TV para anunciar el recorte de la mayor parte de los
gastos sociales del estado. Esto implicó, por ejemplo, el
despido de miles y miles de maestros primarios. De qué van
a vivir los maestros despedidos y cómo van educarse los
chicos cuyas familias no tienen dinero para pagar un colegio
privado, son problemas menores y que no se deben solucionar,
por ejemplo, aumentando los impuestos a los más ricos.
El
gran ajuste de California –que se presenta como modelo
para todo el país– implica cosas aúna más dramáticas:
en momentos en que el desempleo y la pérdida de las
viviendas multiplica los hambrientos y sin-hogar, se trata
simplemente de recortar los ya escasos recursos que se les
tiraba desde el estado.
Así,
entre los recortes previstos por el "ajuste
salvaje" se destacan unos US$ 1.300 millones menos para
el programa de salud para las familias pobres, así como
unos US$ 124 millones menos para el seguro de salud de más
de 900.000 niños de hogares con bajos ingresos.
Esto
se hace en medio de una situación social más dramática
que nunca. El director del Bakersfield Homeless Center
(Centro para Gente sin Hogar) de California cuenta que “se
registró un aumento de familias sin techo que llegan a
golpear nuestras puertas debido a la crisis. El año pasado
tuvimos un 34% de incremento en el número de familias sin
techo y un 24% de alza de niños en la calle".
California
es el estado de la Unión que era presentado mundialmente
como modelo de progreso capitalista neoliberal. Hoy compite
con nuestro “tercer mundo” en trabajadores sin empleo,
gente sin-techo, chicos en la calle y muertos de hambre.
Hay
que constatar que frente a este desastre, tanto Obama como
los gobernadores de los estados, ni siquiera apelan al
“asistencialismo de la miseria” que se practica en
nuestros países.
1.-
Nouriel Roubini, “La amenaza del desempleo”, en
www.socialismo-o-barbarie.org, edición del 26/07/09.
|