Esta nueva Marcha del Orgullo LGBTTTI nos encuentra en
medio de una fuerte
crisis del capitalismo patriarcal a nivel mundial.
Crisis que viene teniendo sus expresiones políticas en la
región como el golpe de Estado en Honduras, heroicamente
resistido por el pueblo, y las peleas entre bandos
capitalistas como las de las patronales agrarias y el
gobierno K. También los trabajadores han salido a luchar
para defender sus puestos y condiciones de trabajo. En medio
de estas disputas, los Kirchner no dudaron en ponerse al
servicio de las patronales
capitalistas que pretenden que la crisis la paguen
los trabajadores (como lo demostraron reprimiendo en Kraft-Terrabusi
), ni tampoco en cerrar filas con la Iglesia oscurantista y
represora.
Esta Iglesia que viene sosteniendo una ofensiva en contra de los derechos de las mujeres y de las minorías
sexuales, con neofascistas como Monseñor Aguer a la
cabeza. Aunque algún sector clerical sobreactúe la
“preocupación por la creciente pobreza” del país,
sabemos que es sólo para presionar y garantizar sus propios
privilegios y subsidios millonarios del Estado. Son tan
repudiables las declaraciones de Aguer contra la supuesta
“enfermedad” de la homosexualidad” y en pro de la
“sacro-santa familia” heterosexual, como la ofensiva
organizada que acaban de intentar las “brigadas” de católicas
en el reciente Encuentro Nacional de Mujeres en los talleres
donde se discutía el derecho al aborto. Ofensiva que por
supuesto, se encontró con la dura resistencia de las
mujeres luchadoras que se organizaron para echar a la
Iglesia de los Encuentros.
Hoy en día vemos también como producto de la crisis del
capitalismo patriarcal, recrudecen los elementos
reaccionarios en la sociedad: pérdida de conquistas históricas
de las personas lgbt en EEUU; ataques neofascistas a la
comunidad en Italia y también en Argentina con las
agresiones sufridas por las travestis en situación de
prostitución en Villa Luro, a compañeros activistas en Córdoba
y a parejas de lesbianas y gays en sus barrios y lugares de
trabajo, por lo cual se impone nuestro repudio y movilización
en las calles.
En este marco la Federación Argentina LGBT que viene
trabajando con el INADI de la kirchnerista María José
Lubertino, ha salido a dar una pelea mediática por el
derecho al matrimonio de las personas no heterosexuales, al
tiempo que un sector del kirchnerismo y del progresismo
sojero (PS) empiezan a dar el debate parlamentario. Esto no
es coincidencia, ya que estos sectores (aunque no todos los
grupos de la FALGBT sean K) sirven a los fines políticos de
jugar de fachada “progre” del kirchnerismo, o coinciden
en defender un
modelo de capitalismo siempre reciclable con rostro “más
humano”. Mientras
se instala el “circo progre”, por otro lado la propia
Cristina K está contra
el derecho al aborto y contra las familias no
heterosexuales, el Estado reprime a las minorías sexuales y
a trabajadoras y luchadores populares, y condena a travestis
y mujeres a la situación de prostitución. Al mismo tiempo,
cientos de mujeres mueren por abortos clandestinos al año o
son víctimas de las redes de prostitución, y hasta las
propias juezas “feministas”
de la Corte Suprema(Argibay y Highton) fallan en contra de
Romina Tejerina.
Desde Carne Clasista y Las Rojas, aunque reivindicamos que
cualquiera se pueda casar si lo desea, ejerciendo un
elemental derecho democrático para acceder a beneficios
como la obra social, posibilidad de adoptar, etc , en modo
alguno creemos que éstas reivindicaciones solamente puedan
pelearse bajo la forma de asimilación almodelo de familia
burguesa monogámica y heteronormativa. La familia sigue
siendo tanto para heterosexuales como para las minorías
sexuales, el signo claro de la opresión sexual
y la esclavitud doméstica, sobre todo para las
mujeres , y la correa de transmisión de los valores
patriarcales más retrógrados que son la fuente de
sufrimientos e infelicidad para gays, lesbianas, travestis,
transexuales, bisexuales e intersex que deben esconderse,
vivir con culpas sus deseos y sentimientos o que se ven
expulsados tempranamente de sus hogares como la mayoría de
las niñas travestis.
Si en algún momento de la historia las minorías sexuales
tenían un contenido potencialmente revolucionario o al
menos contestatario, tenía que ver con que sus
orientaciones sexuales y sus identidades de género
diversas, abrían el campo para la experiencia de
distintos tipos de vínculos sexuales y afectivos más
libres y genuinos al estar desentendidos del lastre
familiar, la “propiedad privada” del otro/a, la
monogamia forzosa y la sexualidad sólo acotada a la
reproducción. Pero todo ese potencial
cuestionador fue entregado bajo la búsqueda de
aceptación y “normalización” por grupos de
sectores acomodados del movimiento, reproduciendo el viejo
modelo familiar (ya que de “nuevas familias” no tienen
nada) convalidando además, el reaccionario orden existente
como el único bajo el cual los seres humanos podemos
relacionarnos y nuclearnos. Creemos que hay muchas formas
(como las uniones libres) de pelear por el derecho a que
nuestras parejas puedan acceder a nuestra obra social o a
tantas otras justas reivindicaciones que hagan pleno
nuestros proyectos de vida, y que en todo caso, debiera
darse un debate hacia el conjunto de la comunidad lgbttti
.No como hacen las organizaciones reformistas e
inconsecuentes, como la FALGBT a través de los golpes mediáticos
y el “lobby” parlamentario apoyándose en
“figurones” de los partidos patronales que jamás llamarán
a movilizar.
Otro de los problemas es el legalismo de las
organizaciones como la FALGBT y la CHA (Comunidad Homosexual
Argentina) cuando por ejemplo, creen que la represión hacia
los lgbt se terminará con derogar los códigos
contravencionales o de faltas. Creen que la sociedad
puede cambiarse desde las leyes o que ingenuamente la opresión
hacia las minorías es una cuestión de “desconocimiento
que genera prejuicio; el prejuicio, discriminación y la
discriminación genera que el Estado legitime la
desigualdad”(María Rachid,FALGBT). Pero si algo es el
Estado burgués y patriarcal, es la expresión y la garantía
de esa desigualdad que son las clases sociales, y está para
asegurar los intereses de los patrones y los valores de la
familia burguesa. No hay tal opresión y discriminación
hacia las mujeres y minorías sexuales a causa del
“desconocimiento” sino que esta opresión es estructural
y necesaria para el funcionamiento del capitalismo, de eso
se encarga (y muy bien)el gobierno de Cristina K de la mano
de la Iglesia. (Siguiendo esta línea de pensamiento habría
que sospechar que el pensamiento reaccionario y patriarcal
de Monseñor Agüer se debe al “desconocimiento” de la
obra de la pensadora feminista Simone de Beauvoir!). A seis
años de gestión K y otros tantos del INADI y la FALGBT,
todos los sectores que miraban con esperanza el
“progresismo K” (el feminismo inclusive que esperó la
despenalización del aborto del ex ministro Ginés) ya pueden sacar conclusiones: propaganda “progre”, pero en
concreto…nada!!
Como los/as trabajadores/as de Terrabusi, como el pueblo
hondureño, las minorías sexuales y feministas debemos
tomar la lucha por el derecho a decidir sobre nuestra
sexualidad y nuestro cuerpo en nuestras manos, sin depositar
ninguna confianza en el parlamento burgués ni en los
autotitulados “representantes” de la comunidad y salir a
las calles por todo lo nuestro. Al mismo tiempo debemos
seguir construyendo las alianzas con el movimiento de
mujeres, estudiantes y trabajadores.
• Contra represión
policial, abajo los CODIGOS CONTRAVENCIONALES y de FALTAS
• Por la
equiparación de derechos, sin asimilación a la familia
burguesa
• Por trabajo
genuino para las compañeras travestis y mujeres en situación
de prostitución
• Por una educación
sexual científica, laica y feminista. Fuera la IGLESIA de
la Educación pública y de los Ecuentros Nac. De Mujeres
• Anticoncepción
para no abortar, Aborto libre, legal, seguro y gratuito para
no morir
• Por la libertad
a Romina Tejerina
• Contra el gobierno K y la
ofensiva clerical, como en Stonewall: Salir del closet y
tomar las calles para conquistar todos nuestros derechos