“La CGT y la CTA no son todo lo mismo,
podemos entrar por las grietas”
La propuesta del Ministerio creemos que es
un avance gigantesco, supera el fallo de la Corte que
salió en estos días, porque acá ni siquiera se reconoce
delegado a un gremio simplemente inscripto, acá se reconoce
delegados a gente que no está inscripta sin ningún tipo de
personería gremial ni política.
Hoy estamos llevando adelante la negociación por uno de
los puntos que hace muchos años están planteados y es el
de la bolsa de trabajo. Antes era la UTA y la empresa la que
metía gente, es
decir, carneros o cuadros lúmpenes, que son los cuadros de
la UTA, patota. Hoy se está discutiendo dos francos, es
decir, la reducción de la semana laboral a 30 horas
semanales, que nosotros lo venimos planteando hace un par de
años, aunque nunca habíamos ido al conflicto en forma
directa por ello y los temas relacionados a la jubilación
anticipada, hoy estamos discutiendo esos temas con la
empresa en forma directa sin la presencia de la UTA.
Creemos que es un avance muy importante, lo planteo desde
el ángulo más claramente sindical, porque para nosotros el
aspecto de conseguir
tiempo libre, no es una cuestión menor, lo vemos
fundamentalmente, porque nosotros ambicionamos que esos
trabajadores puedan formarse de una manera distinta, que no
estén enajenados por el trabajo, que tengan tiempo para
cultivarse, que tengan tiempo, precisamente, para aportar
como sujeto de la sociedad.
Por eso vemos en estas conquistas, en estos avances,
creemos que son
profundamente políticos más que económicos (…)
Muchas veces hemos escuchado críticas de compañeros que
nos han acompañado en muchos conflictos planteando que éramos
sindicalistas, cosa que nos pone muy feliz, porque lo somos.
Nos criticaban que no veíamos el aspecto político.
Nosotros aceptamos lo de sindicalista, felizmente, pero
creemos que al revés, que no, que
somos profundamente políticos en la forma en que actuamos.
Ver la lucha sindical, que tiene su propia lógica y no
mirarla desde el ángulo político, desde el ángulo que
implica eso políticamente hacia los compañeros, creemos
que es una mirada reduccionista, sectaria.(…)
Yo creo que hay un gran problema en la izquierda, yo después
de militar quince años en la izquierda, y me considero
militante de izquierda, no tengo otra alternativa que decir
eso, un gran problema. Por ejemplo, qué se hizo en la década
del 90. En el año 94 dijimos ante la crisis, ante el peor
de los derrumbes, dijimos vamos a repensarnos, vamos a
meternos y vamos a hacer trabajo, por eso nosotros salimos
del 2001 con un cuerpo de delegados que ya era mayoría,
nosotros en el 2000 teníamos mayoría en el cuerpo de
delegados en contra de la burocracia y esto no es una
casualidad, fue una política conciente que nos dimos un
grupo de compañeros (…)
Cuando la izquierda hacía
bing-bang, se dividía en
doscientos pedazos, nosotros actuamos en un frente único
dentro del Subte, sin entrar en las discusiones que sabíamos
que había diferencias que teníamos para actuar en común y
matar a la burocracia sindical.
Lo que habría que preguntarse por qué salimos tan mal de
los 90, porque la
realidad es que el 12% del proletariado argentino tiene
organizaciones en el lugar de trabajo, es la más baja de su
historia, y si no
vemos eso somos ciegos.
Aumentan en las empresas grandes, donde la burocracia,
inclusive elige delegados, en esas aumenta a un 40%, es la más
baja de la historia. La burguesía argentina, la oligarquía,
la Unión Industrial, discutió y discutía permanentemente que
el problema central era el poder en el lugar de trabajo,
y precisamente, lo que conquistó el proletariado argentino
en la época del peronismo fue
que consolidó su organización en el lugar de
trabajo y el
menemismo logró hacer desastres en el lugar de trabajo,
y la pregunta que tendríamos que hacernos y yo me la hago, por
qué nosotros no vimos eso y por qué todavía nos negamos a
verlo, porque esa es la realidad del movimiento obrero
argentino, más allá de que existan vanguardias en montón
de lugares. El
problema central es la desorganización (…)
Por eso es muy bueno, y a mi me parece un error de los
compañeros que hablaron antes, es el marcar que todo es
igual, por ejemplo el compañero planteó que son dos gotas
de agua la CGT y la CTA, ni siquiera dentro de la CGT
podemos decir que hay dos gotas de agua, porque hay
calidades distintas, no es lo mismo estar en el sindicato de
Camioneros, que estar en la Bancaria, porque el nivel de
organización de esos sindicatos son completamente distintos
y la batalla que tenés que dar ahí es completamente
distinta. Si no nos desarmamos, creemos que es chocolate
para todos y no es chocolate para todos, porque el
movimiento obrero de lo que no se puede privar es de
acuerdos, unidades de acciones, de buscar las
contradicciones entre las propias burocracias, porque si
fuera todo lo mismo, estamos jodidos, precisamente
como no son todo lo mismo y tienen peleas entre ellos
nosotros podemos entrar por las grietas, porque nosotros
somos una ínfima minoría y si no nos damos cuenta de eso
… (…)
Yo veo un gran problema, un gran problema de miopía, de
sectarismo, de no visión, sobre lo que en realidad sucede
en el movimiento obrero, porque es muy lindo ver el
conflicto de alguien que está organizado que puede ir para
adelante y va y sobre todo si damos consejos, es mejor todavía.
(…)
Yo estimo que se está elaborando una nueva teoría dentro
de la izquierda y le temo. Le temo porque se está
elaborando esa teoría dentro de las fuerzas que pueden ser
parte de transformar esta sociedad que
es que de las derrotas surge la nueva semilla que va a dar
el triunfo del movimiento obrero, de las derrotas surgen
derrotas, de las derrotas salen los compañeros derrotados. Entonces
hay que hacer balances sobre las derrotas, hay un tema que
nadie aquí tocó que fue el Casino,(…) ¿cómo terminó
el conflicto del Casino?, 1.000 despidos, (...) y ahí no
hay ninguna semilla, ahí hay derrota, no se aprende nada de
ahí, o mejor dicho tendríamos que aprender los que miramos
desde afuera y decir no hagamos lo mismo. Nos equivocamos,
cometimos tal o cual error, no supimos ver las
contradicciones.
Y el otro problema que cruza a la izquierda es algo, que
en realidad, en las filas trotskystas durante muchísimos años
hemos combatido que es la amalgama. Acá escuché tres
intervenciones que dicen que se firmó la paz social, tres,
y no los culpo a los compañeros, porque no dudo de su rol y
cómo juegan, no tengo ninguna duda de ellos, ahora voy a
leerlo, a ver donde dice paz social, dice: “cuarto: La
Asociación de Trabajadores del Subte y Premetro se
comprometen a no realizar medidas de acción directa que
afecten el normal funcionamiento del servicio subterráneo y
premetro por problemas intra e inter sindicales por el plazo
de un año”.
Bueno, mañana hay aumento de sueldo, por ejemplo en marzo
vamos a paritarias, ¿podemos parar, o no?, ¿se puede o no
se puede? En ningún momento se firma ningún acuerdo de que
no podemos paralizar el Subte, excepto por medidas intra
sindicales, excepto
para exigir que te dan ya el reconocimiento de la personería
jurídica. Pero aparte se dice que abandonamos el
proyecto de formación del nuevo sindicato, leo: “punto
quinto: en este estado de las partes manifiestas en el
presente acuerdo, no inhibe ni obstaculiza la continuidad de
los trámites administrativos donde se califica la instrucción
gremial de la Asociación de los Trabajadores del Subte”.
Bien ¿no era que por un año no podíamos pedir la asociación
sindical? Esto dice otra cosa (…)
Lo que no dicen los compañeros, la gran mayoría de las
organizaciones de izquierda, es decir, el Partido Obrero, el
propio MAS, el PTS, bueno el PTS fue el primero que se dio
cuenta y se dio vuelta, todos estaban en contra de romper
con la UTA, en contra, hay páginas escritas, si quieren
hagan el trabajo vayan a buscar los periódicos escritos.
El PO solamente lo dijo el día que nos cagaron a
trompadas, porque un día antes estaba en contra, hoy son
los abanderados del nuevo sindicato, esta es la verdad, es más,
no necesitan tener papeles, Internet, revisen los periódicos,
revisen lo que dicen, revisen lo que plantean y revisen lo
que dicen quince días después (…)