Socialismo o Barbarie, periódico Nº 168, 22/01/10
 

 

 

 

 

 

El nuevo MAS no marcha con la izquierda sojera

Ni gobierno K, ni oposición reaccionaria

Con ajuste o con reservas, todos quieren pagar la deuda externa

Pongamos en pie un polo de independencia de clase

El año comenzó con una crisis político-institucional en las alturas. El motivo: una disputa alrededor de con qué mecanismo afrontar los renovados pagos de la deuda externa (algo en lo que todos los sectores patronales están de acuerdo). Es un dispositivo que desde hace décadas tiene subordinado al país a los centros financieros del imperialismo.

El gobierno de Cristina Kirchner, dejando atrás las falsas veleidades de la “compra de soberanía”, ha decidido “volver a las fuentes”. Es decir, saldar la deuda con los llamados “fondos buitres” (aquellos sectores que no entraron en el famoso “canje” de Néstor K. en 2005). Esto alcanza una friolera de 20.000 millones de dólares. Al mismo tiempo, por esa vía, van a poder volver a tomar deuda en los mercados internacionales de crédito, redoblando con mil cadenas la subordinación del país al imperialismo.

Sin embargo, a pesar de esta medida al servicio de los “mercados”, la oposición patronal puso el grito en el cielo, desatando una crisis política e institucional.

Es obligación de la izquierda clarificar esta pelea

¿Cuál fue la razón de fondo de esto? Muy sencillo: no es que la oposición esté en contra de pagar la deuda. La diferencia estriba solamente en los mecanismos para afrontar esta “obligación”.

La oposición, que ya se está midiendo el traje para asumir el gobierno a más tardar en 2011, quiere que el gobierno le deje intactas todas las reservas internacionales, que rondan los 48.000 millones de dólares. Al mismo tiempo, exige que se pague la deuda externa con las entradas ordinarias del Estado. Como esto provocaría un importante déficit fiscal, sería obligatorio un brutal “ajuste” de los gastos del Estado, que recaería directamente sobre los trabajadores estatales y también del sector privado.

La naturaleza del enfrentamiento está en que el kirchnerismo quiere mostrar su vocación “pro-mercado” pagando la deuda externa (y sirviendo a sus grupos capitalistas amigos), pero no quiere afrontar los costos políticos de un super-ajuste, multiplicando por dos el que ya están descargando sobre los trabajadores.

La oposición patronal (desde Macri a la UCR y llegando incluso a sectores como el Partido “Socialista”) quiere que el gobierno deje de hacer clientelismo y haga el “trabajo sucio” antes del 2011. Al pedir que se pague la deuda con los ingresos corrientes del Estado, la oposición garantiza plenamente los intereses del amo al que sirven: el sector capitalista más concentrado de la banca internacional, los servicios y la industria.

Hay que construir un polo de clase e independiente

En estas condiciones, algo vergonzoso volvió a ocurrir en las filas de la izquierda. De la misma manera que en el conflicto campo-gobierno K, un sector de la izquierda salió inmediatamente a apoyar a uno de los sectores patronales en disputa. Se trata de organizaciones como el MST y la CCC-PCR1.

No solamente en las filas de la izquierda volvió a causar desconcierto ver a Marcelo Parrilli (integrante del MST y legislador de la Ciudad de Buenos Aires) encabezando un pequeño acto frente al Banco Central que terminó siendo en los hechos de apoyo al ultra-neoliberal Martín Redrado. Hasta el diario Clarín –muy satisfecho con el MST y Parrilli– llegó a titular un artículo al respecto, dónde destacaba el “inesperado” apoyo que Redrado había logrado de parte de una organización pretendidamente de “izquierda”…

Como si esto fuera poco, la CCC-PCR, el MST y otras organizaciones menores realizaron un acto frente al Congreso Nacional el pasado lunes 11 de enero, coincidiendo justamente con el momento en que Cobos había convocado una reunión parlamentaria con toda la oposición patronal, para imponerle al gobierno no tocar las reservas e impedir la salida de Redrado como presidente del Banco Central. Este increíble acto público fue difundido ampliamente por la televisión. Ayudó, una vez más, al desconcierto de los activistas obreros, estudiantiles y de izquierda, que no pueden creer lo que ven sus ojos: que organizaciones que se dicen de izquierda, vuelven a apoyar a uno de los sectores de los políticos patronales (que, además, es el más reaccionario y de derecha).

Ahora, estos mismos sectores de la “izquierda” –a los que se han sumado, lamentablemente, los compañeros del PO y otras organizaciones más pequeñas2– van a realizar una marcha “contra el pago de la deuda externa”, donde estas mismas organizaciones (MST y CCC-PCR) son las que monopolizan su convocatoria…

Para el Nuevo MAS, como decía Marx, son los hechos los que valen más que mil programas.

Formalmente, las consignas votadas para la marcha no dan un apoyo explicito a ningún sector patronal: sólo se habla de “no pagar la deuda”…

Sin embargo, aquí hay dos problemas. Por un lado, se ha difundido un documento para la marcha que, si bien no ha sido firmado por todos sus participantes, tiene la adhesión mayoritaria de los mismos, este texto no sostiene una posición independiente y de clase frente a ambos contendientes patronales, sino que apela al Congreso cómo supuesto ámbito donde se podría lograr el “no pago de la deuda”.

Pero el problema más importante es que se trata de una convocatoria monopolizada por aquellos sectores que, igual que en el conflicto por las retenciones agrarias, corrieron ahora a alinearse con Redrado y Cobos. La marcha del viernes próximo es la continuación del vergonzoso acto frente al Congreso. No se le puede “cambiar el contenido”, aunque formalmente las consignas acordadas llegaran a plantear “el gobierno de los trabajadores”…

Es en estas condiciones los hechos valen más que mil programas: muchísimos compañeros ya vieron esta política de subordinación a un sector patronal de parte organizaciones como el MST de Vilma Ripoll, antes con los “sojeros” y ahora con Redrado-Cobos & Cía. Por eso la marcha del viertes 22, lo menos que va a traer es clarificación política. Por el contrario, con una intencionada ambigüedad, se pretende eludir una definición tajante frente a esos sectores de la burguesía a los que se están subordinando.

Por el contrario, el Nuevo MAS tiene una posición muy clara: se trata de levantar, de una buena vez, un polo de independencia de clase frente a los sectores patronales. El merecido hundimiento del kirchnerismo de ninguna manera podrá beneficiar a los sectores obreros y populares si no logramos poner en pie, simultáneamente, un polo de clase, que se base socialmente en las luchas de los trabajadores como las de Kraft, subte o el neumático.

Al mismo tiempo, esto obliga a no dar pasos en falso: no se puede marchar en común con aquellas organizaciones que vienen hipotecando la independencia de clase, de la mano de los Biolcati, los De Angelis, los Cobos o los Redrado.

Por estas razones, el Nuevo MAS no marcha el viernes 22 con la izquierda sojera. Llama a las organizaciones independientes de la izquierda y a los sectores sindicales combativos a poner en pie lo que más hace falta: un polo de clase frente a la creciente crisis nacional.

Comité ejecutivo del nuevo MAS
Buenos aires, 21 de enero del 2010


Notas:

[1]. Desde la centroizquierda parlamentaria, está el caso del ex intendente de Morón, Sabattella, siempre presuroso a apoyar al gobierno, y el de Pino Solanas que se diferencia muy poco de la oposición reaccionaria, como ocurrió durante el conflicto con el campo, donde en los hechos apoyó a la Mesa de Enlace.

2. También el PTS será de la partida.