¡Por López,
por Fuentealba, por el salario y
contra el imperialismo en Haití!
Aunque todavía falta un
mes para la movilización del 24 de marzo, ya se han comenzado a
desarrollar las reuniones a tal efecto. El hecho es que la marcha del 24
se ha convertido en una de las principales jornadas de movilización
popular que se realizan año a año desbordando, por su contenido, el mero
repudio al golpe militar.
Para quitarle este carácter,
y en una medida de demagogia K, años atrás Néstor Kirchner declaró
“feriado” ese día, como si de esta forma pudiera avanzar un paso la
lucha contra la impunidad.
En todo caso, lo que sí
se logró mediante la “institucionalización” de la fecha es quitarle
en algo el impacto movilizador de la jornada, el que es mayor durante un día
habitual que en un feriado.
Sin embargo, esta
maniobra no logró quitarle su contenido de lucha a la jornada. Este año,
la misma estará teñida por una serie de puntos en su agenda. Son estos
puntos de la agenda los que ya están suscitando vivas discusiones en las
reuniones de la Comisión Memoria, Verdad, Justicia, encargada de
organizar el acto y la movilización.
Más allá de los puntos
“democráticos” específicos que tienen que ver con la percepción de
que en los últimos meses se han “empantanado” aún más los
procesamientos a los genocidas (la confianza en una “justicia” que de
tan lenta deja que los asesinos mueran de muerte natural...), y también
de la pelea contra la impunidad en los casos de López y Fuentealba, se
vienen desarrollando una serie de discusiones políticas acerca de las
consignas más “políticas” de la jornada.
Por una parte, una
discusión de importancia se ha colocado con corrientes como el PCR y el
MST que han planteado que “el eje debería ser el No pago de la deuda
externa”. Desde el Nuevo MAS consideramos que con ser el No pago una
consigna de importancia, no es esa la que preocupa hoy a la mayoría
social explotada y oprimida del país. Lo que está en primer lugar en la
agenda es el intento mancomunado del gobierno, la patronal (del campo y la
ciudad) y la burocracia sindical, por ponerle un “techo de
racionalidad” a los reclamos obreros de manera tal de que los salarios
queden por detrás de la escalada inflacionaria.
En estas condiciones, no
poner el centro en lo que es una reivindicación sentida por la abrumadora
mayoría de los trabajadores en estos momentos nos parece un grave error.
Junto con lo anterior,
este 24 se realizará en las condiciones en que con la excusa de “ayuda
humanitaria” el imperialismo yanqui ha concretado una escandalosa invasión
imperialista en Haití. ¿Qué nombre se le puede poner a esta realidad
que no sea la de “invasión” cuando con la excusa del tremendo
terremoto sufrido por el pueblo haitiano se desembarcan prácticamente
20.000 marines en su territorio? ¿Qué tipo de “ayuda humanitaria” es
ésta?
Porque en definitiva, y a
pesar de que los medios han quitado cínicamente de su agenda el tema y no
llaman a la invasión imperialista por su nombre, la lucha contra la
intervención imperialista y por verdadera ayuda humanitaria al pueblo
haitiano es una pelea democrática y antiimperialista de primer orden a
estas horas en Latinoamérica y debe tener el lugar de preponderancia que
le corresponde en la movilización del 24.