Por una campaña de solidaridad activa con el
pueblo haitiano
Fuera las tropas yanquis de Haití
De a poco, los medios de comunicación van sacando
de la agenda a Haití, a la vez que naturalizan la invasión
yanqui. Con un racismo sin límites muestran a los haitianos
como bárbaros incapaces de gobernarse por sí mismo.
Ocultan la historia de un pueblo que tempranamente en 1804
se independizó con
una verdadera revolución, no sólo política contra el
colonialismo, sino social de los esclavos negros. En el
mismo operativo de desinformación, ocultan las crecientes
luchas –previas al terremoto– contra la ocupación de la
MINUSTAH, liderada por el gobierno de Lula y secundada por
los gobiernos progres de Bolivia, Ecuador, Argentina y
Paraguay.
Luchas que tuvieron como protagonistas a los
obreros de las modernas maquilas en el que el imperialismo
superexplota mano de obra en las peores condiciones
laborales y salariales. Y también a un combativo movimiento
estudiantil, solidario con los reclamos obreros y que levantó
bien alto la bandera de la pelea contra la ocupación
colonial.
Esta operación xenófoba intenta mostrar como
salvadores de Haití a los yanquis, verdaderos responsables
del desastre social en el país caribeño, al que ocupó
durante dos décadas entre 1915 y 1934; donde sostuvo
dictaduras sangrientas y al que nuevamente ocupó ya en el
94 y una década después en el 2004.
El 5 de febrero dimos un paso en poner en pie una
campaña solidaria con el pueblo haitiano contra la ocupación
yanqui, en una movilización de fuerzas de izquierda a la
Embajada de EEUU.
Creemos que la campaña debe echar raíces en la
juventud. Llamamos a las federaciones y centros de
estudiantes universitarios, profesorados y secundarios y a
las agrupaciones combativas a organizar juntos todo tipo de
iniciativas: charlas, jornadas artísticas, festivales,
movilizaciones...
Desde el ¡Ya Basta! llamamos a impulsar
iniciativas unitarias porque los trabajadores y el pueblo de
Haití reclaman nuestro brazo solidario para evitar que
sobre el castigo natural provocado por el terremoto se
redoble el desastre que significa el colonialismo
imperialista.
Desde principios de siglo, Latinoamérica se puso
de pie con las rebeliones populares, lo que significó un
duro golpe a la hegemonía yanqui. El cuestionamiento a los
planes imperialistas se profundizó con la crisis
capitalista que estalló en el propio EEUU, pero la
respuesta del Obama no se hizo esperar: el apoyo al golpismo
hondureño y su “salida” electoral, el relanzamiento de
la IV Flota para patrullar la región, las bases militares
en Colombia... El imperialismo y sus socios locales buscan
que la invasión yanqui sea tan “natural” como el
terremoto. No lo podemos permitir. Es momento de impulsar
una gran campaña.