La importancia del 24 de
febrero griego excede los límites del país. Grecia
es simplemente uno de los estados en que (por ahora) ha
pegado más duro la crisis. Está en bancarrota. Pero lo
realmente serio, es que Grecia no es una excepción. Las
cuentas públicas y los números de la economía no son cualitativamente
distintos en el resto de la Unión Europea. Grecia es hoy el
eslabón más débil de un desastre general.
Lógicamente, las burguesías
europeas vienen haciendo todo lo posible para cargar los
costos de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores y
los sectores populares. Pero, en una situación en que la
crisis es generalizada en Europa, tanto en los países de la
UE y la “zona euro” como fuera de ellas, también podrían
generalizarle las protestas y las luchas.
Este es un peligro potencialmente
muy serio, porque las burguesías europeas nunca
pudieron imponer un grado de derrota del movimiento obrero
como la lograda por sus primos, los capitalistas de EEUU. A
pesar de los serios aunque desiguales retrocesos del
movimiento obrero europeo en las últimas décadas del siglo
pasado, de la monumental confusión ideológica que significó
el derrumbe del falso “socialismo” burocrático en la
Unión Soviética, del control y las traiciones de las
burocracias sindicales y de los socialdemócratas,
estalinistas y laboristas, y del veneno racista, islamófobo
y antiinmigrante que han inyectado en las masas
“blancas”, la burguesía teme con toda razón que
se pueda llegar a estallidos sociales generalizados.
Por eso, la preocupación Nº
1 es mantener fragmentadas todas las luchas y
protestas de los trabajadores. Por intermedio de las
burocracias sindicales, se hace todo lo posible para aislar
y compartimentar los conflictos, no sea que la cosa derive
en luchas y huelgas generales. Los burócratas, después de
establecer “cordones sanitarios” alrededor de cada
conflicto, terminan negociando su entrega y derrota.
Cuando el descontento
general se hace ya insostenible, entonces las burocracias
convocan a una “jornada” de marchas aunque sin paros,
para que la gente “descargue la bronca”. Pero estas
“movilizaciones” no tienen continuidad alguna,
nunca son parte de un plan de lucha que vaya en ascenso...
Pero como el límite de las burocracias es no hacer
bajo ningún concepto un paro general, ni siquiera de 24
horas. ¡De allí la inmensa importancia de que las
masas trabajadoras griegas hayan traspasado esa
“frontera”!
La burocracia francesa es la
maestra europea de este tipo de maniobras. Pero quizás el
ejemplo más escandaloso lo dieron recientemente los burócratas
de Irlanda. En febrero del 2009 convocaron a las
manifestaciones “de protesta” más grandes de la
historia de ese país. “No estamos dispuestos a vivir en
una sociedad así", vociferaban los burócratas
irlandeses.1 Al poco tiempo, una vez
“descomprimida” la situación, la burocracia firmó
aceptando el plan de ajuste más salvaje, que incluye
rebajas de salarios del 20%!
Es por eso que otra de las
consignas más coreadas en las movilizaciones de la huelga
general griega fue: “¡No somos Irlanda!”
Grecia tampoco es España.
En la misma semana de la huelga general de Grecia, la
burocracia sindical del Estado Español hacía la misma
maniobra de sus “compañeros” irlandeses, llamando a un
día de manifestaciones sin continuidad. Al mismo tiempo,
los burócratas “socialistas” de la UGT y los
“comunistas” de Comisiones Obreras juraban que jamás
cometerían el pecado de convocar a un paro general,2
ni siquiera por 24 horas!
Notas:
1.- “Masivas marchas de
trabajadores en Irlanda”, en www.socialismo-o-barbarie.org,
edición del 01/03/09.
2.- “Los sindicatos
anuncian que la huelga general no está en sus
previsiones”, en www.socialismo-o-barbarie.org, edición
del 28/02/10.