Presentamos un
extracto de la intervención de Patricia, que fue una
introducción basada en el análisis del desarrollo histórico
de las relaciones de producción y la propiedad privada, que
van provocando transformaciones en las relaciones familiares
y los sexos, sentando la base para el inicio de la opresión
de la mujer.
“Nos parece importante develar algunos problemas que
tiene la cuestión de la opresión de las mujeres y la lucha
por su liberación. Todos tenemos una idea de por qué se
sucede la opresión de la mujer pero no todos tenemos la
misma idea, ya que en general la gente piensa que siempre ha
sido así y se atribuye a una cuestión de naturaleza. Se
cree que por su condición de madre las mujeres son más
propensas a pacificar las cosas, a ceder en función de que
no haya conflictos. Entonces terminamos siendo más sumisas.
Hay otra cosa que nos dice el sentido común un poco más
moderno: que la opresión de la mujer no es algo bueno ni
tiene que ver con la naturaleza, que es cultural y se
mantiene en las sociedades atrasadas. Pero mientras la
sociedad vaya evolucionando y avanzando esto se va a
terminar porque las mujeres trabajan, son profesionales,
etc. Parece que la opresión de las mujeres es una cuestión
de conflicto entre los sexos y nada más, una cuestión
privada al interior de la familia. Las manifestaciones de la
opresión de las mujeres tienen un carácter social, pero
cuando hay violencia o matan a una mujer se ve sólo como
excesos, lo normal es considerar el conflicto y la relación
entre los sexos como parte del ámbito privado de las
relaciones de pareja y la familia.
Desde el socialismo revolucionario, como nuestra idea y
nuestra lucha es emancipar a la sociedad de toda forma de
opresión, queremos acabar con todo tipo de opresión
racial, sexual, étnica, nacional, del tipo que fuese.
Existe la preocupación por ver si es un conflicto entre
sexos el motivo de la opresión de la mujer, si es realmente
un asunto privado, cultural. Por eso los socialistas
utilizando como herramienta teórica el materialismo histórico,
empezaron a dilucidar el origen de la opresión de la mujer
desarrollando una teoría sobre la opresión de la mujer y
una política para su emancipación.
Los marxistas consideramos que la relación social
fundamental sobre la que se estructura toda la sociedad,
todas las demás relaciones sociales, son las relaciones de
producción. ¿A que llamamos relaciones de producción
capitalistas? Al hecho de que una clase social posee el
conjunto de los medios de producción y otra clase está
totalmente desposeída de éstos y tiene que trabajar por un
salario. La relación capital-trabajo es la relación
capitalista. En otras sociedades hubo otras relaciones de
producción muy diferentes. Hubo una sociedad feudal donde
los señores feudales poseían las tierras y los siervos las
trabajaban en usufructo, con relaciones sociales, de
producción e instituciones muy diferentes. A medida que la
humanidad fue modificando su modo de producción también se
fueron modificando las instituciones sociales, entre ellas,
la familia. Pero la familia no es una cosa más, es el otro
pilar de relaciones sociales en donde se basa la sociedad,
es la institución donde se realiza la reproducción. Aquí
hablamos de varias cosas, en primer lugar hablamos de
procrear y criar niños y también hablamos de reproducción
de la vida inmediata, al satisfacer nuestras necesidades básicas
de alimentación, descanso, etc.: reproducimos nuestra
posibilidad de ser un ser social. Cuando hablamos de trabajo
doméstico hablamos de todo el trabajo que se realiza en el
seno de la familia, incluyendo la procreación, la crianza y
la socialización de los niños, su primera educación, la
maternidad.
(…) A partir del estudio de la historia humana hasta el
día de hoy, observamos que cuando menos desarrollados han
estado los métodos de trabajo, cuando menos productivo ha
sido el trabajo, más importancia han tenido los lazos
familiares porque no había mucha diferencia entre la
producción social y el trabajo doméstico. En las
sociedades que nosotros llamamos economías de subsistencia,
que vivían de la caza y la recolección, había una división
del trabajo por sexo que era poco intercambiable, los
hombres se dedicaban a la caza y a la guerra y las mujeres
se quedaban en el campamento construyendo viviendas, criando
a los hijos, preparando la comida, fabricando los utensilios
domésticos. Pero lo que los hombres producían en su
trabajo de caza y de guerra era tan poco que todo el trabajo
de procesamiento que se hacía dentro de la familia era tan
importante como lo que se obtenía afuera. Y además al ser
de subsistencia no había posibilidades de acumular para
unos y sacar a otros porque significaba que el otro se moría.
Esta diferenciación en el tipo de trabajo no provocaba una
diferenciación social, no había ninguna posibilidad
material de que alguien pudiese vivir sin trabajar. Cuando
avanzan las sociedades humanas y aparecen la agricultura y
la ganadería, con esta gran revolución de las fuerzas
productivas, un hombre tiene la posibilidad de producir para
muchos. Los socialistas le llamamos a esto la aparición del
excedente, esto permite que por primera vez en la historia
de la humanidad una parte de la misma se libere del trabajo,
viva sin trabajar. La guerra se transforma en la fuerza
productiva fundamental porque empieza a producir
trabajadores, la victoria en un conflicto le permitía a los
vencedores no sólo conquistar un territorio sino también
poder apropiarse de los vencidos y utilizarlos como mano de
obra esclava. Esta es la primera vez que aparecen en la
sociedad clases sociales, unos no trabajan y se apropian del
trabajo de otros que lo hacen para mantener a sus amos: los
amos y los esclavos fueron las primeras clases sociales.
¿Cómo repercute esto en las relaciones familiares y
entre los sexos? Cuando aparece el excedente las mujeres
tienen un problema porque la riqueza surge del trabajo que
hacen los hombres, la guerra y la cacería, cobrando éste
un status superior al de la mujer, sobre todo en la clase de
los amos, que es la que acapara y acumula el excedente. El
hombre pasa a ser dueño de las cosas, también de la mujer,
y necesita dejar sus propiedades a sus hijos porque la
riqueza se acumula en generaciones. El varón empieza a
necesitar saber de quiénes son los hijos, y para lograrlo
se apropian del cuerpo de las mujeres, de su sexualidad, e
instalan la monogamia obligatoria para las mujeres, lo cual
implica reprimir la sexualidad de las mujeres, sus cuerpos y
sus conciencias. La mujer pasó de ser un miembro más de la
tribu, a ser un objeto, una cosa, propiedad de su marido.
Esto no se produjo individualmente sino que aparece
regimentado desde el Estado que interviene para reglamentar
las relaciones sociales y garantizar la desigualdad entre
hombres y mujeres y entre las clases sociales. La idea
fundamental es que cuando la propiedad era comunal había
una división del trabajo entre sexos, cuando aparece la
propiedad privada esa división del trabajo se convierte en
opresión de un sexo sobre otro.”