El
gobierno K pegando a derecha e “izquierda”
El
pasado miércoles 24 el gobierno salió a jugar la carta de
la polarización con la oposición patronal que “lo
pretende destituir”… Esa carta terminó pegando en
sectores permeables al discurso de los derechos humanos.
Sobre esa base se anotó un triunfo político, si bien se
trata de uno no extendible al conjunto de la escena nacional
donde “la pelea por las masas” –por así decirlo– se
juega en el terreno de la economía y la inflación.
La
jornada del 24 no dejó de ser ejemplificadora: de alguna
manera fue una “radiografía” de todas las tendencias
que actúan en la palestra nacional –desde la derecha
hasta la izquierda– aunque vistas por el exclusivo lente
de la lucha “democrática”.
Lo
concreto es que el gobierno logró en parte su objetivo de
“monopolizar” la jornada copando el centro de la Plaza
de Mayo. Sin embargo, también hay que subrayar que esto no
impidió que desde los sectores y organismos independientes
de los K –agrupados en el EMVJ– lográramos ingresar a
la Plaza lo que no dejó de ser un gran resultado de los más
de 20.000 compañeros y compañeras que logró movilizar
este espacio.
Duhalde,
Noble y la “calesita” K
En
su puesta en escena del 24 el gobierno contó con varios
elementos a su favor. Por un lado estuvieron las
escandalosas declaraciones de Eduardo Duhalde. El mismo
acababa de manifestar –atención que habla para otro “público”–
que debería “plebiscitarse” en las elecciones
presidenciales del 2011 si la población “está favor o en
contra de que continúen los juicios a los genocidas”.
Luego de sus declaraciones se han podido ya escuchar
posiciones parecidas en varios medios de comunicación (por
ejemplo respecto del “vaciamiento de los juicios”, que
“a la gente no le interesan los mismos”, etcétera).
Está
clarísimo que lo que plantea Duhalde seguramente hace
sintonía con un sector de la patronal que siquiera quiere
que gerontes de 80 años deban seguir desfilando por los
tribunales. ¡Duhalde impulsa un liso y llano nuevo Punto
final!
Luego
está el caso emblemático de Ernestina de Noble, dueña del
diario Clarín. Lo que pasa es que además de la complicidad
de este diario con el golpe militar (lo mismo que el diario
La Nación y otros) está el hecho que desde años es un
“secreto a voces” que “sus hijos” son apropiaciones
de madres y padres desaparecidos. ¡Las chicanas judiciales
para que no se hagan un serio análisis de su ADN ya llevan
años y las pruebas acaban de ser suspendidas nuevamente!
Está
claro que, entonces, disparar contra la Noble es facilísimo
porque su caso es un escándalo: de ahí la justa consigna
que se cantaba entre las filas K: “Noble, Magneto [por el
gerente general del diario] devuelvan a los nietos”.
Sin
embargo, esto sólo sirve para “polarizar” y esconder la
verdad de las cosas: y la verdad es que el juzgamiento a los
militares sigue circunscripto –en la generalidad de los
casos– a personajes de elevadísima edad sin ningún peso
hoy en las FFAA, al tiempo que la lentitud de los pasos
procesales de la justicia (y la mecánica de los mismos) sólo
hacen más trabajoso todo el proceso de juzgamiento: una
verdadera calesita K.
Como
denuncia Adriana Calvo, sólo una ínfima minoría de los
genocidas ha sido juzgada desde el 2003 y una más ínfima aún
esta detrás de las rejas. El hecho es que las causas han
sido fragmentadas hasta el infinito. Se montan juicios donde
sólo se juzgan algunos personajes. “Evolutivamente” por
así decirlo, la cosa se puede extender hasta el infinito
dada esta fragmentación, al tiempo que a los compañeros
testigos que han vivido semejante barbarie se los hace ir
una y otra vez a declarar…
Julio
López y Carlos Fuentealba: de eso no se habla
Una
justicia que nunca llega, esta calesita de nunca acabar no
es entonces verdadera justicia. Y para colmo, como revelación
de su política y de su impotencia de confiar todo en la
susodicha “justicia”, ahora a Cristina no se le ha
ocurrido mejor idea que plantear llevar el caso de los hijos
de Noble a las instancias “internacionales”… Como si
el Estado argentino no pudiera hacer nada al respecto. ¡A
confesión de parte relevo de prueba! Se trata de un
verdadero escándalo que muestra toda la impotencia de los K
en la materia.
Para
colmo de colmos, el gobierno K se niega rotundamente a
hablar de los casos de desaparición o asesinatos de
luchadores que han ocurrido bajo su gobierno. Se trata de
los compañeros Julio López y Carlos Fuentealba. López está
desaparecido hace varios años ya y sobre el hecho de la
impunidad escandalosa que rodea su caso, se sigue montando
una acción de amedrentamiento y asesinato de otros
testigos. Es el caso de estos días de la compañera Silvia
Suppo asesinada en condiciones por demás sospechosas al
parecer por el sicariato que estaría haciendo su aparición
en nuestro país.
A
esto se le agrega el caso de nuestro compañero Carlos
Fuentealba, asesinado hace ya 3 años en Neuquén. Si es un
hecho que el autor material de su muerte está entre las
rejas, Jorge Sobisch, su autor intelectual (y demás cómplices)
gozan de “buena salud”: están en completa libertad y el
gobierno K jamás tomó cartas en el asunto.
El
silencio gubernamental frente a estos hechos, sumados a la
fragmentación extrema de las causas y en la insistencia en
la “vía de la justicia” para impulsar el juzgamiento
muestran los estrictos límites burgueses de su política de
derechos humanos en momentos que, a la vez, dado sus límites
e impotencia, está recibiendo ahora peligrosos
cuestionamientos por derecha.
La
izquierda sojera como coartada
Dadas
las señaladas circunstancias, está claro que el gobierno
logró un cierto triunfo político el 24. Como venimos señalando,
la jornada tuvo convenientes elementos de polarización
contra la oposición derechista… pero también contra la
izquierda presentada toda ella como “sojera”.
La
cuestión es que el gobierno K está haciendo el esfuerzo
por poner en pie –de manera ultra “light”– una
suerte de ala política “progresista” afín dentro del
peronismo. Ahí está el caso del programa televisivo “6,
7, 8” e iniciativas por el estilo. Así las cosas, fue a
la Plaza con consignas como “no venimos por el chori, no
venimos por el plan, venimos por un proyecto nacional y
popular” o el mismo “Ernestina, Magneto, devuelvan a los
hijos”.
Pero
no se ha tratado sólo de Duhalde, Noble o Magneto. Cuando
la columna de EMVJ entró a la Plaza hubo ciertas
chiflatinas y sectores que nos acusaron, en bloque, de
“sojeros”…
Aquí
hay un problema real: la hipoteca que pende sobre una parte
de la misma izquierda no K que en el conflicto del 2008
apoyaron a la Sociedad Rural: ¡este ha sido el caso,
fundamentalmente, del PCR, el MST y la IS que no tuvieron
empacho en mezclar sus banderas con las de la Sociedad Rural
en el recordado acto de Palermo!
Se
trata de un punto de quiebre real de la situación del país
desde aquel momento, que el gobierno K, obviamente, pretende
usar a su favor y que escandalosamente no ha merecido autocrítica
alguna de estos grupos cuando la realidad ha demostrado –a
los gritos– el desastre de esta posición.