¡Apoyo
a las luchas del Subte, Kraft y Fate!
En
el momento que sale esta edición se cumple un nuevo
aniversario del 1º de Mayo, Día Internacional de los
Trabajadores. Mientras que la CGT lleva gente a Concordia
para el acto oficial de los K, la CTA no dijo esta boca es mía,
enfrascada en la lucha interna entre dos alas burocráticas
que podría terminar en su división. En ese contexto, entre
las organizaciones de izquierda más importantes del país
realizaremos un acto unitario en Plaza de Mayo bajo las
consignas de la crítica a ambos bandos patronales, por el
salario y el no pago de la deuda externa. En el acto tendrán
una participación destacada delegaciones de compañeros del
Subterráneo de Buenos Aires, Kraft y FATE que no
casualmente
vienen realizando en estos días medidas de lucha.
La insoportable pelea en
las alturas
La
jornada del 1º se llevará a cabo mientras que el mundo
sigue en medio de la más grave crisis del capitalismo en décadas
expresada ahora en el posible default –suspensión del
pago de la deuda externa– de Grecia (a la que podrían
seguirle Portugal y otros países de la Unión Europea),
hecho que acaba de hacer caer nuevamente las bolsas del
mundo. Mientras tanto, en la Argentina, la vida política
del país viene siendo monopolizada
por la insoportable pelea entre el gobierno K y oposición
patronal: una disputa donde los trabajadores no tenemos
nada que ganar.
Todos
los días hay un nuevo escandalete, nada que importe
verdaderamente a la clase obrera.
Es que en lo que hace a gobernar para los capitalistas,
tanto kirchneristas como opositores tienen un acuerdo
total. Sólo se
están pelando
por qué tipo de ajuste aplicar sobre nuestras cabezas:
si el inflacionario que están llevando adelante los K o el
clásico ajuste fiscal estilo Menem o De la Rúa que
sostienen Cobos, Macri y Carrió.
En
este contexto, no está demás recordar que desde la
experiencia de la Carpa Roja en el año 2008, el Nuevo MAS
ha venido siendo una de las organizaciones de la izquierda
argentina que de manera más consecuente sostiene las
banderas de la independencia de clase de todo sector
patronal y la necesidad de que los trabajadores impongan su
salida a la crisis nacional.
Paritarias
“de terror”
Mientras
tanto, detrás de la escena, por así decirlo, la
burocracia está firmando unas paritarias “de terror”.
Al tiempo que la inflación se come los salarios, los
“dirigentes” sindicales están sellando aumentos en
torno al 20% para todo el año, en cómodas cuotas, con paz
social y sin cláusula gatillo que enganche los salarios a
la inflación...
Contra
esta realidad de doble cerrojo al desencadenamiento de
grandes luchas obreras, hay que imponerle a la burocracia asambleas
de base para que se vote el pliego de reclamos
encabezado por la exigencia de aumento del 35% de una vez y
ajustable por inflación y paritarios
electos por las asambleas. Esto se hizo en FATE durante
2007. A pesar de que la patronal y la burocracia decían que
era “ilegal”, se consiguió que un grupo de compañeros
electos en asambleas presenciaran las negociaciones y
oficiaran como veedores de la transparencia del proceso.
Estos veedores eran los que informaban de las negociaciones
y jugaron un rol muy importante en el curso de la lucha.
Junto
con estas paritarias monopolizadas por la burocracia, siguen
como algo ya habitual las persecuciones a los delegados
independientes y los despidos a todo aquel compañero que se
anime a levantar la voz en la fábrica contra la miseria
salarial y la esclavitud laboral, las más de las veces
marcados por la burocracia.
Así,
se ha vuelto una “rutina” permanente el que los compañeros
dirigentes antiburocráticos se vean obligados a desfilar
frente a los juzgados. Por ejemplo, en el caso del SUTNA
San Fernando, casi no hay semana en que los compañeros no
se vean obligados a comparecer en los Tribunales de San
Isidro. También es el caso de Néstor Segovia en el Subte,
entre muchos otros.
Y
también está a la hora del día la pelea por la
reincorporación de compañeros luchadores injustamente
despedidos –un caso de persecución antisindical– frente
a los cuales se están logrando fallos por reinstalación
que podrían hacerse
efectivos si es que los compañeros desde adentro de las
plantas toman medidas para hacerlas valer.
El
Subte, Kraft y FATE en
lucha
Si bien las burocracias de la CGT y CTA se están
esforzando por poner dobles cadenas para que no salte
ninguna lucha obrera de importancia (la UOM amenazó con
realizar un “paro nacional” y terminó firmando la
paritaria con casi todas las cámaras empresarias del sector
con un porcentaje similar a los demás gremios), están
comenzando a abrirse paso, de a poco, algunas luchas de
importancia. A nivel de gremios nacionales, son los casos de
la Alimentación y la Carne. El primero, no casualmente
ligado a la percepción de la base obrera acerca de las
superganancias que están teniendo el agro y la
agroindustria por el alto precio de las commodities a nivel
internacional.
Pero
sobre todo los que comienzan a destacarse en la lucha son
precisamente las experiencias que tienen una dirección
obrera independiente. Es el caso de los compañeros del
Subterráneo de Buenos Aires por el salario y el
reconocimiento de su nuevo sindicato. En el ya señalado
caso de la Alimentación, la burocracia se ha visto obligada
a convocar a horas de paro por turno, en parte también bajo
la presión de la experiencia independiente de Kraft. Al
parecer, el foco más dinámico de la lucha estaría en
estos momentos en Córdoba (ver recuadro en esta misma edición).
Y en el caso del Neumático, los compañeros de FATE acaban
de votar la exigencia del adelantamiento de la paritaria
salarial, el reclamo de un 35% de aumento y medidas de lucha
–un quite de colaboración y una marcha al sindicato y al
Ministerio de Trabajo– que se están haciendo efectivas al
cierre de esta edición.
Esto
que señalamos no es casual: son precisamente las
experiencias del Subte, Kraft y FATE las más avanzadas que
ha venido dando la vanguardia obrera en los últimos años,
y las que pueden apuntar a quebrar el cerrojo impuesto por
las burocracias de la CGT y la CTA a las luchas obreras.
Hacia
un encuentro nacional de organizaciones obreras
independientes por una tercera lista
clasista en la CTA
La
jornada del 1º de mayo se da en el marco de un problema que
sigue sin estar resuelto: la necesidad de poner en pie un
Encuentro Obrero de frente único de todas las tendencias
independientes de ambas burocracias sindicales. Es un
hecho que, lamentablemente, los compañeros del cuerpo de
delegados del Subterráneo de Buenos Aires desperdiciaron
una oportunidad de oro a finales del año pasado para
arrancar el reconocimiento de su nuevo sindicato, ejemplo
que podría haber corrido como reguero de pólvora entre los
trabajadores de todo el país y ayudado a dar un salto en la
recomposición obrera de conjunto.
Pero
también perdieron otra oportunidad: convocar ellos –son
los únicos que pueden hacerlo realmente hoy por hoy– a un
gran Encuentro Nacional independiente de frente único de
experiencias y tendencias obreras.
Lamentablemente, algunos compañeros dirigentes del Subte
están cediendo a la presión de uno u otro sector de la
burocracia sindical,
varios de ellos “encandilándose”
por los cantos de sirena de la CTA. [3]
Increíblemente,
esto ocurre en momentos que la CTA parece estar sumergiéndose
en la crisis más grave de su historia. Hay elecciones para la central
en septiembre de este año y es público y notorio que su
dirección burocrática está dividida en dos: el
ala que apoya a los K (Hugo Yasky, acompañada por Pedro
Wasiejko del Neumático entre otros) y los “sojeros” de
De Gennaro y Lozano. “Sin
problemas para elogiar las medidas de los Kirchner que
considera positivas, Yasky ya lanzó la campaña por su
reelección. No tiene el camino allanado: el sector del histórico
líder De Gennaro amenaza con darle pelea con la candidatura
del estatal Pablo Micheli. Nadie se anima a arriesgar cuál
podría ser el resultado de un enfrentamiento así –se
habla de un virtual empate–, y muchos menos cuál podría
ser el futuro de la CTA luego de un choque semejante. ‘Una
elección así es sinónimo de fractura’, opina Edgardo
Depetri. Sin confirmar todavía públicamente su
candidatura, Micheli [afirma]: ‘Con Yasky como secretario
general no hay ninguna posibilidad de lograr unidad (…) yo
todavía no sé a quién votar en 2011, lo único seguro es
que al kirchnerismo no” (Clarín,
25-4).
Lo
que ninguno de estos dos sectores burocráticos hace es
sostener una perspectiva independiente.
Razón de más para, aprovechando la aguda división que se
está manifestando en esa misma central, poner
en pie una alternativa independiente.
Es decir, una tercera lista –consecuentemente
antiburocrática y clasista– que postule la independencia
de todo sector patronal, ganando para esa política incluso
a los compañeros que por falta de una alternativa así,
muchas veces se terminan deslizando al “apoyo crítico”
a uno u otro sector burocrático.
Las tareas del momento
En
la actual coyuntura, entonces, las tareas del momento son
tres: apoyar a los sectores obreros que salen a luchar
desbordado el corsé de la burocracia sindical. Junto
con lo anterior, dar pasos estratégicos en la pelea a la
burocracia de gremios nacionales como la Alimentación, el
Neumático y la Carne. Y, en ese marco anterior,
sabiendo que la pelea es tanto en la CGT como en la CTA, aprovechar
la aguda crisis abierta en el seno de esta última central
para poner en pie una lista clasista para las elecciones de
septiembre. Llamamos a la unidad de acción de la izquierda
independiente para llevar a cabo estas tareas.
[1]
Desde ya, no olvidamos otras experiencias de vanguardia
de importancia como los casos del Hospital Garrahan, los
ferroviarios del Sarmiento, Massuh, Pilkington, Zanón y
otras.
[2]
Al referirnos a este tipo de encuentro, o cuando se
habla de “coordinar” las luchas, se trata del frente único de experiencias obreras y tendencias políticas. Otra
cosa es la corriente propia en el seno de la vanguardia
obrera, que toda organización tiene derecho a
construir.
[3]
En la página de la burocracia del Suteba (www.suteba.org.ar)
se puede observar que al plenario de la Agrupación Germán
Abdala de la burocracia de Yasky y afín al gobierno K,
fueron además de burócratas como Depetri, Wasiejko,
Baradel, Stella Maldonado y Marín, dirigentes como Beto
Pianelli y Néstor Segovia del Subte.