El 19 de abril se cumplió el bicentenario de la
independencia de Venezuela. Los festejos del mismo
congregaron a presidentes de otros países como Cuba,
Ecuador, Bolivia, República Dominicana, Nicaragua y
Argentina. Luego
del desfile militar, la conmemoración se trasladó a la
Asamblea Legislativa venezolana en donde más de un centenar
de diputados, funcionarios e invitados escucharon las
palabras de Cristina Fernández de Kirchner. La presidenta
argentina fue elegida por Hugo Chávez para ser la oradora
de honor del evento histórico-político. Cristina K, que en
esto de hablar, nos tiene más que acostumbrados, y como un
ensayo de lo que será en el bicentenario de nuestro país
el próximo mes de mayo, no escatimó palabras ante tan
“ilustre” auditorio.
Luego de agradecer el privilegio que se le concedió de
hacer uso de la palabra, la Presidenta comenzó refiriéndose
a la etapa que hoy están transitando los países
latinoamericanos: “los pueblos de América del Sur se
encuentran en este bicentenario ante una nueva etapa que yo
denomino una Segunda Independencia” (La Nación, 20/4/10).
Extraño concepto éste de la independencia de los pueblos
de la región, en momentos en que, por ejemplo, el gobierno
K echa mano a las reservas nacionales para seguir pagando a
los usureros internacionales… para volver a endeudar a
nuestro país, o acepta que las petroleras extranjeras sigan
aumentando sus ganancias mediante el saqueo de los recursos
naturales y la superexplotación de los trabajadores del
sector. En su entusiasmo, la verborragia de la oradora del
bicentenario venezolano apeló a las figuras históricas de
San Martín y Simón Bolivar para explicar que “en un
mundo que se volvió a derrumbar en valores, nos encuentra a
todos nosotros no solamente responsables de gobernar
nuestros Estados, si no de formular, como aquellos hombres,
categorías de pensamiento que nos sean propias en materia
económica, política”. Por cierto que el mundo se
derrumba en valores. Según un informe del Banco Mundial en
2009, como
resabio de la crisis financiera mundial, al menos14 millones
de latinoamericanos cayeron en la pobreza, siendo los países
caribeños los más afectados. De acuerdo a estas cifras América
Latina retrocedió a los niveles del 2007, “lo que supone
que se borren los avances al respecto de dos años, entre
otras cosas por la imposibilidad de generar nuevos empleos e
incluso en algunos casos por el aumento del paro, como
efecto de la crisis”, afirmó Felipe Jaramillo, director
del organismo para la región (1). Es el derrumbe del mundo
capitalista el que arrastra cada vez más a los pueblos
latinoamericanos a la miseria y el hambre. Lo que no dice
esta aprendiz de lenguaraz es que las causas son la
voracidad capitalista y la infamia de sus gobiernos, que en
este caso como el de Cristina, Chávez o
Evo Morales, no tienen nada que ver con San Martín o
Bolívar, bajo el ropaje progresista ocultan su raíz
burguesa reaccionaria.
La tercera posición peronista
Cristina K recordó en su discurso, que la unidad
latinoamericana había sido uno de los objetivos
fundamentales de “aquellos hombres de 1810”, para
agregar a renglón seguido: “Pertenezco a un partido que
hizo punta, en 1945, en crear la Tercera Posición, un
principio latinoamericano desde el que recreamos una forma
de ver el mundo, de conducirnos, de revolucionarnos.” La
Tercera Posición del General Perón fue tan reaccionaria
como la política de los K. Por aquel entonces la existencia
del imperialismo yanqui, por un lado, y la de la Unión Soviética
por el otro, como bloques hegemónicos en el mundo, dio
lugar al surgimiento de una ideología supuestamente
independiente de uno y otro. Esta Tercera Posición alentaba
ilusiones en los trabajadores sobre la posibilidad de lograr
la liberación nacional y social en los marcos nacionales
bajo la tutela de políticos burgueses, como el general Perón.
Cuando el imperialismo yanqui impulsó el derrocamiento del
peronismo en 1955, Perón con la excusa de no derramar
sangre dejó librado a su suerte al movimiento obrero para
exilarse en las tierras del dictador Francisco Franco. En
los inicios de los 70, en su tercer gobierno, la tercera
posición se expresó en la consigna “Ni yanquis, ni
marxistas: peronistas” que agitaba la derecha facistoide
contra el activismo que pugnaba por una salida obrera
independiente y clasista. Mientras Perón condenaba al
gobierno de Salvador Allende y estrechaba luego la mano del
“chacal” Pinochet.
También el agradecimiento a la comunidad regional por el
apoyo al reclamo de las islas Malvinas estuvo presente en el
mensaje de la Presidenta. Un apoyo que, como siempre, no va
más allá de declaraciones rimbombantes, que en los foros y
estrados jurídicos internacionales no tienen más destino
que el depósito de deshechos.
Por una revolución obrera y socialista
Ante las palabras de Cristina K, un verdadero canto de
sirena supuestamente progresista, los trabajadores
latinoamericanos y en particular de nuestro país, no pueden
más que hacer oídos sordos y avanzar en construir una
verdadera alternativa política independiente. La unidad
latinoamericana para
la liberación de los pueblos debe ser entendida como la
unidad de los explotados, los desposeídos y los oprimidos
que a lo largo y ancho del continente transitan día a día
bajo el yugo imperialista y sus socios nacionales. Estos
“liberadores” como los K, Evo, Chávez y compañía solo
buscan mantener anclados a los trabajadores y los sectores
populares al
muelle del capitalismo. La clase obrera, a partir de su
recomposición política y sindical, debe ser la punta de
lanza que corte las amarras, echando al basurero de la
historia el lastre “progre”, liberando sus fuerzas hacia
un proyecto revolucionario. No se trata de lograr una
Segunda Independencia, si no de llevar adelante una revolución
obrera y socialista que termine con las fronteras políticas,
económicas y sociales impuestas por el capitalismo.
Expropiando al imperialismo en todo el continente,
terminando con los patrones, poniendo los recursos naturales
y la producción en manos de los trabajadores, para comenzar
el camino hacia el socialismo.
1- DERF Agencia Federal de Noticias.