La semana pasada estuvo en la
Argentina una
comisión de la OIT (Organización Internacional del
Trabajo) que se entrevistó con las patronales, con el
gobierno, con la burocracia (CGT y CTA), con diputados y
hasta con la Corte Suprema de Justicia. La comisión no hizo
ninguna declaración oficial sobre su visita. El objetivo
explícito era asesorar al gobierno sobre posibles
modificaciones a Ley de Asociaciones Profesionales 23.551
que contradice algunos principios de la OIT.
La Argentina firmó varios tratados
internacionales que consagran la “libertad” sindical,
entre ellos los convenios 87 y 98 de la OIT que van en el
sentido de la pluri-representación. La ley 23.551 no es
congruente con las normas internacionales sobre “libertad
y democracia” sindical. Los recientes fallos de la Corte
se ponen en “sintonía” con la legislación
internacional y declararon inconstitucional el art. 41
inciso “b” de la ley, por eso ya hay varios proyectos de
ley modificando parcialmente la 23.551.
La CTA y la libertad
sindical
Defendemos el derecho democrático de la CTA
de obtener su personería. Dicho esto, a continuación señalamos
con meridiana claridad que ninguno de los dos sectores en
los que está dividida hoy la CTA pretende utilizar ese
derecho al servicio realmente de las necesidades, luchas y
organización democrática de la base trabajadora.
La “libertad y democracia sindical” de la
CTA es un fraude escandaloso. Veamos sino el caso del SUTEBA
La Plata arrebatado a los sectores independientes mediante
una trampa vergonzosa. Es también la no proporcionalidad en
el SUTNA, que con más de 48% de los votos del gremio, la
Lista Marrón no obtuvo ni un cargo ejecutivo, por no hablar
de la patotas de su secretario general. La “libertad” y
la “democracia sindical” de la CTA la sufren los
docentes de todo el país cuando aíslan la lucha de los
docentes de cada provincia como es hoy la de los neuquinos.
Desde el Nuevo MAS estamos a favor de la más
amplia libertad sindical. Pero para nosotros
libertad quiere decir que los trabajadores se organicen como
ellos quieran: sin injerencia del Estado, los gobiernos
de turno, las patronales y la burocracia sindical.
Una primer cuestión práctica es terminar con
los descuentos compulsivos a los trabajadores para mantener
al sindicato, es decir a la burocracia. Que los aportes se
hagan en los lugares de trabajo y que sean absolutamente
voluntarios.
El acto de la CTA y el
Subte
En el contexto de la visita de la OIT, se
realizó un acto de la CTA el pasado jueves 6 de mayo. Este
fue en esencia un acto “político” y no de lucha. Por
esto, desde el Nuevo MAS, resolvimos que no era correcto
asistir al mismo. Es que se trató de una convocatoria para
engañar y apropiarse de las banderas de la libertad y la
democracia sindical que la burocracia mansilla
permanentemente.
Para
colmo, el acto no hubiese tenido mayor relevancia sino
hubiera estado cruzado por la lucha de los trabajadores del
Subte que terminó en el paro de 2 horas ese mismo día y
que fue lo que destacaron todos los medios. Obvio, se trata
de arrancar el reconocimiento del sindicato de los compañeros
del Subte mediante la lucha y no las dádivas y acuerdos por
arriba, cual es el método privilegiado de la CTA para
obtener la suya propia...
En el fondo, la CTA no ha movido un dedo por
su personería en el terreno mismo de la lucha. Viene
reclamando la misma desde hace más de 12 años. Pero si hoy
este reclamo está tomando otra dimensión es porque por
abajo hay un profundo proceso de recomposición del
movimiento obrero.
Hay toda una serie de internas, cuerpos de delegados,
seccionales y simples delegados que se abrieron paso
luchando contra la burocracia sindical de la CGT o de la
misma CTA, como es el ejemplo de los compañeros del Subte,
de FATE, de Kraft, de la EMFER, del Hospital Garrahan y un
largo etcétera.
Además, la lucha por el derecho de los
trabajadores a organizarse como ellos quieran, no puede ser
circunscripta al reclamo de libertad sindical solamente para
las organizaciones de tercer grado como pareció defender
Pedro Wasiejko en su alocución en el acto. Por el
contrario, debe ser dada a todos los niveles, en primer
lugar en los lugares de trabajo.
Hay
más todavía: se trata de cuestionar el conjunto de la Ley
de Asociaciones Profesionales que es justamente la que
consagra un modelo sindical de sometimiento a la tutela del
estado patronal. En el fondo, la pelea es porque los
trabajadores se organicen como ellos quieran y de manera
independiente tanto de los patrones como del Estado mismo (y
el Ministerio de Trabajo).
Hay que evitar que la CTA se “coma” la experiencia del Subterráneo de
Buenos Aires
En este contexto, lamentablemente, un sector
de los compañeros del cuerpo de delegados del Subte viene
dando pasos en integrarse a la CTA. Este es un gravísimo
error porque tiende a quitarle el carácter independiente y
radicalmente antiburocrático de la experiencia que vienen
protagonizando los trabajadores del Subte. La salida de la
CGT y el eventual ingreso en la CTA (un paso en todo caso
muy discutible) sin embargo no tendría porqué
significar el apoyo político a alguna de las alas en que
está dividida la burocracia de la Central.
Para colmo, entregarle todo el prestigio
–que muy justamente se ganaron los trabajadores del Subte
con su lucha– a Yasky, De Gennaro, Baradel y Wasiejko es
realmente un desastre que sólo puede servir para que estos
dirigentes burocráticos, responsables de una y mil
derrotas, se laven la cara y se justifiquen por
“izquierda”.
Por esto mismo, no fue casual que en la marcha
misma, la delegación del Subte (que no tendría porqué
haber asistido dado que la levantada de los molinetes y el
paro de dos horas había instalado su reclamo en todos los
medios) fuera la más “reivindicada” por los locutores
de la burocracia, lo mismo que se le diera la palabra (y
profusos abrazos) “desinteresadamente” al compañero Néstor
Segovia...
En el contexto de que la CTA pretende buscar
la forma de lograr su reconocimiento, coptar una parte del
proceso de recomposición obrera independiente y proyectarse
políticamente vinculada a uno u otro sector político
patronal, va hacia elecciones internas el próximo
septiembre. No es casual que “cruzada” por todas estas
“tensiones”, esté al rojo vivo la pelea entre Yasky y
De Genaro, que parece que incluso amenazaría con
“dividir” a la misma...
En el mismo acto del pasado jueves 6 se notó
claramente esta división. El “yasquismo” es el que tuvo
el monopolio del mismo y lo usó para defender su relación
con el gobierno K. Por otra parte, el sector de De Gennaro,
pretende aparecer “a la izquierda” y “más democrático”
que Yasky... Sin embargo, nadie se debería olvidar que además
de ser el responsable de una y mil entregadas casi a todo a
lo largo de la historia de la CTA, desde el año 2008 viene
–junto con el diputado Lozano– de la mano de la oposición
sojera.
El MST y el PO llaman a ir con De Gennaro
Por esto mismo, no deja de llamar la atención
(o quizás no debería serlo...) que el MST abiertamente,
pero también el PO más “elípticamente”, estén llamando a
integrar una lista “unitaria” de oposición a Yasky.
Esto es escandaloso: ¿cómo puede ser posible que desde la
izquierda se llame a alinearse con uno u otro sector burocrático?
Para colmo, esto se pretende hacer en las
condiciones donde el país sigue cruzado por las divisiones
en las alturas entre dos sectores patronales que pretenden
monopolizar la vida política del mismo buscando cerrar toda
posibilidad al desarrollo de luchas obreras y a la expresión
política y sindical independiente.
Sin embargo, y al mismo tiempo, es un hecho
que la misma división en la CTA está abriendo brechas
que podrían ser aprovechadas para poner en pie una
alternativa independiente ante ambos bandos burocráticos: una
lista clasista que ponga en alto las verdaderas banderas de
los trabajadores.
Está
claro que una campaña en la CTA va a ser –desde el punto
de vista electoral– muy difícil. Ambos sectores burocráticos
van a hacer uso del supuesto método “democrático” del
voto “universal y secreto” de los afiliados de la CTA
con los típicos métodos clientelares de los partidos
patronales.
Sin embargo, delimitar aguas de clase
dentro de la CTA tiene muchísima importancia, sobre
todo en momentos en que la misma viene buscando –por una u
otra vía– “chuparse” algunas de las experiencias y/o
dirigentes más importantes que surgieron en los últimos años.
Incluso “confusiones” en las filas de la
izquierda provocaron -en los últimos tiempos- el que se le
llevara agua al molino de la burocracia “ceteista”. No
nos referimos sólo al “tacticismo” de un sector del
cuerpo de delegados del Subte que está planteando el
ingreso a la CTA con las armas y el bagaje del “apoyo crítico”
a Yasky. También a organizaciones como el PTS que por un
tiempo, en el 2009, pareció estar impulsando el ingreso
de Zanón en esta Central...
En estas condiciones, desde el Nuevo MAS,
planteamos que las organizaciones de la izquierda
independiente –como nuestro partido, el PO y el PTS–
debemos plantarnos con una posición antiburocrática
intransigente, poniéndonos al servicio de las
experiencias que -como el SUTNA San Fernando o la interna
del Garrahan- hacen parte formal de la CTA para que se
pongan a la cabeza de una tercera lista clasista.
El propio Altamira acaba de firmar un artículo
indefendible en el que se llama a “defender la unidad
de la CTA” y donde aun con una formulación todavía
confusa parece estar llamando a formar una lista única
de oposición a Yasky...