A principio de marzo Guillermo Moreno volvió a retomar la
dirección de la fábrica, su objetivo: reprivatizarla,
haciendo suya la receta de la oposición patronal de
derecha: no a la
intervención estatal en el mercado capitalista.
Los trabajadores vienen de lograr la semi-estatización de
la empresa luego de la dura, extensa y heroica lucha contra
el vaciamiento de mediados del 2008. El gobierno intentó
utilizar este proceso para ganar votos para las elecciones
nacionales que se avecinaban, ahora con ninguna elección a
la vista el gobierno
muestra su verdadera cara antiobrera.
El plan Moreno
En un primer momento Moreno intentó convencer a los
trabajadores de que se hagan cargo de la empresa formando
una cooperativa, esta era la “zanahoria” que les ofrecía
a los trabajadores. El “garrote”, que lo dijo en voz
baja, era que los trabajadores también se tenían que hacer
cargo de la deuda de la quiebra, que es varias veces
millonaria en dólares. Al ser rechazado el intento de la
cooperativa (que contaba con el aval de la interna de los
quincenales) comenzó a ponerse en funcionamiento el plan
central: reprivatizar. Pero para reprivatizarla hay que
“racionalizar” la empresa en términos capitalistas, es
decir, despedir, cerrar secciones y ajustar a los
trabajadores.
El primer paso fue el ofrecimiento de jubilaciones
anticipadas (de $ 900) y de retiros voluntarios (las
indemnizaciones son equivalentes a sólo 2 meses de
sueldos), como era de esperar no se anotó nadie. Entonces
se pasó al plan de despedir entre 100 y 150 trabajadores.
La complicidad de la Federación del Papel y la interna de los quincenales
La política del gobierno K es compartida por la Federación
del Papel y la interna de los quincenales. Éstos estarían
a favor de reprivatizar, aun a costa de los más de 150
despidos. Blas Alari (Secretario General de la Federación del Papel)
lo dice con absoluta claridad: “recién ahora el gobierno
se da cuenta que hay casi un `jefe´ por cada operario, para
que la fábrica resulte viable, que despidan a ellos porque
cobran mucho….”. Estas declaraciones tienen varias cosas
terribles, en primer lugar quiere hacer aparecer a todos los
mensuales como “jefes” y no como lo que la mayoría son:
trabajadores, algunos especializados que tienen un salario
mayor por su capacitación (sin mencionar que algunos de
ellos tienen salarios menores que algunos quincenales). Los
jefes de los que habla la burocracia son los empleados, los
mensualizados y el personal técnico. En segundo lugar la
burocracia dice “que
ganan mucho”, cuando por el contrario la Federación tendría
que hacer un plan de lucha para que sus afiliados ganen más.
Esta posibilidad estuvo con las paritarias, pero los burócratas
decidieron firmar por un 24% y en cuotas cuando la inflación
ronda el 35%.
La política de la burocracia es dividir a los
trabajadores entre quincenales y mensuales, para llevar al debilitamiento la necesaria pelea contra despidos,
las bajas de salario o intentos de cambiar el contrato ya
firmado. Es decir, Blas Alari es totalmente funcional al
objetivo de reprivatizar la empresa y derrotar a los
trabajadores.
¿Qué hacer?
En estos momentos los trabajadores, a pesar de que no han
cobrado los salarios y la segunda quincena, no han tomado
ninguna medida de lucha. Se hace imprescindible hacer rápidamente
una asamblea general con todos los trabajadores (quincenales
y mensuales) y
discutir los pasos inmediatos a seguir.
Resulta obvio que el cobro completo del salario es lo
primero a exigir, junto con que no se va a aceptar que se
quiera cambiar el contrato ya firmado hasta el 2011 (se
rumorea un intento de Moreno y el fideicomiso de hacer un
nuevo contrato, que sería peor al firmado). Los
trabajadores papeleros del Nuevo MAS, queremos volver a
plantearles a los compañeros de Massuh, que hay que pelear
por una salida de fondo a este conflicto. Mientras que
Moreno, la Federación del Papel, la interna de los
quincenales y algunos “oportunistas y arribistas” de los
mensuales ya hacen cosas para que la empresa se reprivatice
(con despidos y rebajas de salario) hay que contraponer una
salida que defienda los intereses del conjunto de los
trabajadores. Venimos planteando desde hace mucho tiempo que
esa salida es la
estatización completa de Massuh bajo el control de sus
trabajadores. Esta estatización se puede materializar
hoy en el plan que un sector de trabajadores mensuales le
acercó hace un tiempo al “Barba” Gutiérrez: que
la empresa pase a depender del Ministerio de Educación y
pueda confeccionar libros a un bajísimo precio con un 20%
de ganancia, pudiendo incluir a esto el ser el único
proveedor de papel de todas las dependencias del Estado
nacional o como mínimo, de la Provincia de Bs. As.
Estamos en momentos definitorios ya que el gobierno
nacional va a intentar resolverlo inmediatamente, no quiere
que se vuelva a repetir el escenario del 2008, y es por esto
que la pelea se presenta muy dura.
Pero hay que sacar las conclusiones del
balance de la pelea de aquel año. Si se impidió el
cierre y el consecuente despido de todo el personal, fue por
la lucha consecuente e independiente de los trabajadores.
Hoy hay que volver
a la carga e imponerle con la lucha al gobierno la
estatización completa bajo control de los trabajadores y de
esa forma resguardar el trabajo de todos los compañeros de
Massuh.
• Asamblea general
ya de quincenales y mensuales
• Cobro inmediato
de todo el salario
• No a la firma de
un nuevo contrato basura
• Ni despidos
ni cierre.
Estatización bajo control de los trabajadores de la fábrica