Socialismo o Barbarie, periódico Nº 177, 27/05/10
 

 

 

 

 

 

Preparar la huelga general indefinida e impulsar la solidaridad europea y mundial

La necesidad de avanzar para no retroceder

No es muy difícil darse cuenta que la batalla de Grecia tiene y tendrá consecuencias europeas y mundiales.

Esto ya lo comprende toda la burguesía de la Unión Europea y sus gobiernos, a los que se han sumado además Washington y el FMI.

Han cerrado filas para dar en Grecia la principal batalla por los planes de ajuste salvajes y deflacionistas, que en estos días se están generalizando en Europa, desde España a Rumania, y desde el Reino Unido hasta Italia.

Saben que si en Grecia este intento es derrotado, quedará seriamente cuestionada su aplicación en el resto de Europa. Y si esto sucede, la Unión Europea y el euro no serán más estables que un castillo de naipes.

Para los trabajadores de Europa, la apuesta no es menos alta. El capitalismo europeo no tiene otra salida que barrer por completo lo que resta (y aún queda mucho) de las concesiones de posguerra. Tiene que sepultar lo que queda del “estado de bienestar” para salir de esta crisis.

¡En la crisis más profunda desde la Gran Depresión, esa es la apuesta que está sobre el tapete! ¡Y la carta sobre la que se juega, es la carta de Grecia!

Esta situación tiene, entre otras, dos conclusiones fundamentales:

En Grecia, se vuelve imprescindible ir más allá de los paros generales de 24 horas. Está planteada objetivamente la necesidad de la huelga general por tiempo indeterminado, con movilizaciones masivas. En otras palabras, la “rebelión general” de que hablaron a nuestra corresponsal.

Los paros de 24 horas con movilizaciones fueron un inmenso paso adelante en Grecia. En la Unión Europea, las burocracias sindicales se habían juramentado no tomar medidas semejantes. Y hasta ahora, en el resto de Europa, los burócratas lograron impedir que se les impusieran.

Pero ya los paros de 24 horas cada tres o cuatro semanas son insuficientes, y pueden resultar un mecanismo de desgaste si se suceden sin que se logre nada. Ya la huelga del jueves 20 muestra un rasgo no muy positivo: las movilizaciones fueron sensiblemente menores a las del 5 de mayo (aunque contradictoriamente, el paro fue más extendido).

Los burócratas sindicales, tanto de la GSEE (Confederación General Griega del Trabajo) como los ADEDY (los del sector público), aunque tengan discursos con distintos matices, seguramente van a jugarse a ese desgaste. Es que, al parecer, no están todavía en condiciones de pisar el freno a fondo. Sus discursos “combativos” van a ser la música con que van disimular esa política traidora.

Pero la segunda conclusión no es menos importante. La batalla de Grecia también hay que darla en el resto de Europa, con más razón aún porque casi todos los gobiernos han anunciado ajustes. ¡Es un plan único del capitalismo europeo!

Y mientras los capitalistas y sus gobiernos se unen en ese sentido, tratan de dividir a los trabajadores. ¡De allí la abrumadora la campaña racista y patriotera de los medios europeos contra los trabajadores griegos, para presentarlos como “vagos y derrochadores que no quieren trabajar”! Que quieren vivir a costa de los alemanes, los franceses y otros “pueblos laboriosos y ahorrativos”.

Por el lado de la izquierda y la extrema izquierda, hay muchas declaraciones de solidaridad con los trabajadores griegos, pero muy poca acción en ese sentido. Un ejemplo, es la “Declaración de las organizaciones anticapitalistas europeas” del 5 de mayo, que aparece como “firmada por 40 organizaciones de 23 países, a iniciativa del NPA (Francia) y el SWP (Gran Bretaña)”. Lamentablemente, que sepamos, esas “40 organizaciones de 23 países” no han impulsado ninguna movilización concreta, ni siquiera de vanguardia. ¡Ha habido más manifestaciones de solidaridad con Grecia en Buenos Aires, que en París o Londres!

Para dar otro ejemplo, en Francia, en estos momentos, se desarrolla la lucha contra los nuevos ataques a los trabajadores en retiro (jubilados). ¡Es algo directamente conectado a los ajustes de Grecia y el resto de Europa! ¡Entonces, no se trata de un problema “francés” sino común a todos los trabajadores europeos!

El NPA y el resto de la extrema izquierda tendrían que ir a esas luchas para combatir el interesado aislacionismo provinciano de los burócratas sindicales traidores, para convencer a los trabajadores que se trata del mismo combate de los griegos. ¡Sería extraordinario que para esa actividad de la lucha de clases, el NPA pusiera el mismo empeño y activismo que derrocha en las campañas electorales sin mayores resultados.

Para esa agitación, sería un gran paso adelante que esas “organizaciones anticapitalistas” junto con otras fuerzas políticas y sindicales, se pusieran de acuerdo para fijar una jornada de apoyo a los trabajadores griegos, a realizar en Europa y en todo el mundo.