La
necesidad de avanzar para no retroceder
No es
muy difícil darse cuenta que la batalla de Grecia tiene y
tendrá consecuencias europeas y mundiales.
Esto ya
lo comprende toda la burguesía de la Unión Europea y sus
gobiernos, a los que se han sumado además Washington y el
FMI.
Han
cerrado filas para dar en Grecia la principal batalla por
los planes de ajuste salvajes y deflacionistas, que en estos
días se están generalizando en Europa, desde España
a Rumania, y desde el Reino Unido hasta Italia.
Saben
que si en Grecia este intento es derrotado, quedará
seriamente cuestionada su aplicación en el resto de Europa.
Y si esto sucede, la Unión Europea y el euro no serán más
estables que un castillo de naipes.
Para los
trabajadores de Europa, la apuesta no es menos alta. El
capitalismo europeo no tiene otra salida que barrer por
completo lo que resta (y aún queda mucho) de las
concesiones de posguerra. Tiene que sepultar lo que queda
del “estado de bienestar” para salir de esta crisis.
¡En la
crisis más profunda desde la Gran Depresión, esa es la
apuesta que está sobre el tapete! ¡Y la carta sobre la que
se juega, es la carta de Grecia!
Esta
situación tiene, entre otras, dos conclusiones
fundamentales:
En
Grecia, se vuelve imprescindible ir más allá de los
paros generales de 24 horas. Está planteada
objetivamente la necesidad de la huelga general por
tiempo indeterminado, con movilizaciones masivas.
En otras palabras, la “rebelión general” de que
hablaron a nuestra corresponsal.
Los
paros de 24 horas con movilizaciones fueron un inmenso paso
adelante en Grecia. En la Unión Europea, las burocracias
sindicales se habían juramentado no tomar medidas
semejantes. Y hasta ahora, en el resto de Europa, los burócratas
lograron impedir que se les impusieran.
Pero ya
los paros de 24 horas cada tres o cuatro semanas son insuficientes,
y pueden resultar un mecanismo de desgaste si se
suceden sin que se logre nada. Ya la huelga del jueves 20
muestra un rasgo no muy positivo: las movilizaciones fueron
sensiblemente menores a las del 5 de mayo (aunque
contradictoriamente, el paro fue más extendido).
Los burócratas
sindicales, tanto de la GSEE (Confederación General Griega
del Trabajo) como los ADEDY (los del sector público),
aunque tengan discursos con distintos matices, seguramente
van a jugarse a ese desgaste. Es que, al parecer, no están
todavía en condiciones de pisar el freno a fondo. Sus
discursos “combativos” van a ser la música con que van
disimular esa política traidora.
Pero la
segunda conclusión no es menos importante. La batalla de
Grecia también hay que darla en el resto de Europa,
con más razón aún porque casi todos los gobiernos han
anunciado ajustes. ¡Es un plan único del capitalismo
europeo!
Y
mientras los capitalistas y sus gobiernos se unen en ese
sentido, tratan de dividir a los trabajadores. ¡De allí la
abrumadora la campaña racista y patriotera de los medios
europeos contra los trabajadores griegos, para presentarlos
como “vagos y derrochadores que no quieren trabajar”!
Que quieren vivir a costa de los alemanes, los franceses y
otros “pueblos laboriosos y ahorrativos”.
Por el
lado de la izquierda y la extrema izquierda, hay muchas
declaraciones de solidaridad con los trabajadores griegos,
pero muy poca acción en ese sentido. Un ejemplo, es
la “Declaración de las organizaciones anticapitalistas
europeas” del 5 de mayo, que aparece como “firmada
por 40 organizaciones de 23 países, a iniciativa del NPA
(Francia) y el SWP (Gran Bretaña)”. Lamentablemente, que
sepamos, esas “40 organizaciones de 23 países” no han
impulsado ninguna movilización concreta, ni siquiera de
vanguardia. ¡Ha habido más manifestaciones de solidaridad
con Grecia en Buenos Aires, que en París o Londres!
Para dar
otro ejemplo, en Francia, en estos momentos, se desarrolla
la lucha contra los nuevos ataques a los trabajadores en
retiro (jubilados). ¡Es algo directamente conectado a los
ajustes de Grecia y el resto de Europa! ¡Entonces, no se
trata de un problema “francés” sino común a
todos los trabajadores europeos!
El
NPA y el resto de la extrema izquierda tendrían que ir a
esas luchas para combatir el interesado aislacionismo
provinciano de los burócratas sindicales traidores, para
convencer a los trabajadores que se trata del mismo combate
de los griegos. ¡Sería extraordinario que para esa
actividad de la lucha de clases, el NPA pusiera el mismo
empeño y activismo que derrocha en las campañas
electorales sin mayores resultados.
Para esa
agitación, sería un gran paso adelante que esas
“organizaciones anticapitalistas” junto con otras
fuerzas políticas y sindicales, se pusieran de acuerdo para
fijar una jornada de apoyo a los trabajadores griegos,
a realizar en Europa y en todo el mundo.