Y el apartheid
finalmente murió. Pero fue una muerte parcial y negociada. La década
del 80 sudafricana “desde abajo” estuvo signada por un ascenso
generalizado de las masas contra el régimen con un protagonismo central
de la clase obrera negra, ahora incluso ya organizada legalmente en el
Congreso de Sindicatos Sudafricanos (COSATU).
Y “desde arriba” por
la búsqueda de una “salida pactada”. En “el medio”, conteniendo
“abajo” y pactando “arriba”, el Congreso Nacional Africano, COSATU
y el Partido Comunista Sudafricano tuvieron un papel crucial. Renegando de
sus históricos programas que, expropiando a los blancos de sus fuentes de
poder, conducían objetivamente a una “República Negra”, pasaron a
defender un “gobierno que incluya a los negros”... pero que respete la
propiedad privada de los blancos y sus privilegios.
Uno de los grandes
responsables de esta traición es Nelson Mandela, dirigente negro, preso político,
primer Presidente de la nueva “una e indivisible” Sudáfrica y, desde
hace unos años, también celebridad. Pactó con los blancos manteniendo
la miseria de los negros. Luego de 16 años de gobierno de la “Alianza
Tripartita” (CNA/COSATU/PC Sudafricano) el 50% de los casi 50 millones
de habitantes (80% de raza negra) son pobres y más del 30% se encuentran
desempleados.
Si bien el apartheid ya no existe como “régimen legal” la desproporción que
persiste en el ingreso salarial, el nivel de vida, la calidad educativa,
sanitaria, etc., entre la población blanca y negra es tan grande que difícilmente
pueda sostenerse que la “separación” ha desaparecido. Ni la distracción
espectacular del Mundial de Fútbol[i]
ni la justificación del presente por el heroísmo del pasado que implica
transformar la fecha del inicio de la “Masacre de Soweto” en la
conmemoración oficial del “Día de la Juventud”[ii]
pueden ocultar la miserable realidad presente de la mayoría negra en Sudáfrica.
Mientras el capitalismo
no sea liquidado en el territorio sudafricano por la acción
revolucionaria de las masas obreras y populares que superen a sus
direcciones políticas tradicionales, la barbarie de la opresión racial y
la explotación social seguirá regando el suelo de sangre y lágrimas.
[i]
El “gran salto adelante” en infraestructura
que exigió la realización del Mundial fue posible sólo por
la superexplotación impuesta por los empresarios (blancos), y
tolerada por el Estado (ni negro ni blanco: capitalista), a los
trabajadores negros. 1 año antes de la inauguración del Mundial
70.000 trabajadores de la construcción tuvieron que convocar a una
huelga general indefinida para finalmente obtener 13% de aumento (¿!)
en sus salarios. Marius Bosch,
“Construction Strike in South Africa Could Affect World Cup”, 8 de
Julio 2009, reuters.com.
[ii]
Incluso el gobierno sudafricano ha decidido que Zakumi, la
“mascota” del Mundial, nació un 16 de junio, aniversario del
Levantamiento... ahora “amansado” como “Día de la Juventud”.