La lista clasista en la CTA
es una realidad
El jueves 5 a altas horas de la
noche venció el plazo de presentación de listas en la CTA.
Se confirmó que la burocracia que conduce la central corre
dividida. El hecho destacable es que desde una experiencia
obrera independiente como es la Ejecutiva y el Cuerpo de
Delegados del SUTNA San Fernando se presentó la Lista
Clasista como alternativa a las dos de la burocracia. Esta
iniciativa
fue votada en asamblea general de fábrica por
500 compañeros y constituye un paso político que tiene
pocos precedentes en la vanguardia obrera en los últimos años.
La coyuntura
Integrando la lista están también
los compañeros de la Junta Interna del Hospital Garraham,
otra de las experiencias independientes y clasistas de la
CTA que más ímpetu luchador ha tenido en la última década.
Y, además, cientos de candidatos de todo país: desde
trabajadores y trabajadoras docentes hasta judiciales,
pasando por estatales y de casi todos los gremios enrolados
en la CTA.
Por si lo anterior fuera poco, el
hecho contrasta en las circunstancias donde el cuerpo de
delegados del subterráneo de Buenos Aires acaba de votar el
ingreso a la CTA de la mano del oficialismo conducido por
Hugo Yasky, el que ya está haciendo gala de este
acontecimiento.
Las
trayectorias opuestas del subterráneo y los obreros de FATE son razón
de más para que los sectores más concientes y activos de
la CTA se inclinen al apoyo de la Lista Clasista como forma
no de obtener “muchos votos” sino de ir conformando un
imprescindible polo clasista en su interior.
El
marco en el que se darán las elecciones es uno de
recuperación del gobierno K. Sobre la base de un repunte
económico, y también de logros e iniciativas políticas,
el dato es la levantada en la imagen tanto de Cristina como
de Néstor. De ahí que Yasky corra con el “caballo del
comisario”. Es decir: es el que está cantado para ganar
esta elección que lejos de ser una experiencia realmente
“democrática” a lo más que se va a parecer es a una
fraudulenta interna burguesa. Asimismo, es evidente que el
sojero De Gennaro corre con desventaja en la medida que
expresa –dentro de la CTA– una oposición patronal que
viene debilitada.
Mientras
tanto, tanto las burocracias de la CGT, como la misma de la
CTA, se las han arreglado para evitar mayores desbordes en
materia salarial. Con una inflación estimada para este año
en el 27%, las negociaciones en paritarias han rondado esos
números (salvo en el caso de la alimentación que logró
perforar este techo). Esto no quiere decir que no estén en
curso conflictos de cierta importancia: por ejemplo, es el
caso de los propios compañeros de FATE que el martes 3
realizaron un corte de la Avenida 9 de julio y que requieren
todo el apoyo de la izquierda y los sectores independientes.
Dando
un paso hacia al clasismo
En
síntesis: a nivel de los trabajadores y del proceso de
recomposición, lo que se está observando es una
coyuntura más bien de lucha “política” donde lo que
está en juego es hacer todo lo que esté al alcance para
reafirmar la independencia política de las experiencias más
avanzadas poniendo en pié un polo de clase. Las
elecciones de la CTA deben tratar de ser utilizadas en este
sentido.
Es en estas condiciones que
resalta la presentación de la Lista Clasista encabezada por
el SUTNA San Fernando. No se trata de un paso meramente
“sindical”: se trata del paso político de
un sector de los trabajadores que tendiendo a expresar una
experiencia realmente clasista se planta desde una
posición de independencia de clase, consecuentemente anti-burocrática,
no dependiente de ningún sector patronal.
No hay muchos
antecedentes de esto en los últimos años. De ahí el
inmenso valor de la misma y el por qué desde el nuevo MAS
nos hemos puesto a disposición de esta experiencia.
Está claro, además, que lo
destacable de la presentación del SUTNA San Fernando, no es
el paso “sindical” en sí de presentar la lista sino su significado
político. Nos explicamos: las elecciones van a ser
fraudulentas, a todos los efectos prácticos será una
interna burguesa dónde no van a pesar los sectores de
trabajadores desde sus lugares de trabajo sino los padrones
inflados con compañeros de los movimientos de desocupados o
lisa y llanamente parte de los aparatos del PJ, la UCR o el
PS. La importancia de la lista no es los “votos” que la
misma podría o no sacar como oportunistamente se dice desde
determinados sectores de la izquierda...
Por el
contrario, el valor político
del paso dado tiene que ver con plantarse en la pelea por ir
creando un polo político de independencia de clase en la
CTA. Esto como parte de una lucha más de conjunto que
abarca tanto a los trabajadores encuadrados en esta central
como lo que hacen parte de la CGT -o no están
sindicalizados aun- en la perspectiva de una tendencia
clasista nacional al cual esta presentación es una
contribución concreta y un núcleo eventual de
reagrupamiento.
Haciéndole
el juego a la burocracia
Un hecho que no puede dejar de
destacarse es que el PO y el PTS presentaron listas propias
para las elecciones de la CTA.
Se trata de listas que van a competir -y atacar- a la
encabezada por los trabajadores del SUTNA San Fernando.
¿Cómo se explica esta aberración, este escándalo
divisionista, oportunista y anti-obrero? Hay tres problemas
generales.
Primero el problema político. Ni
el PO ni el PTS tuvieron una orientación claramente clasista
para enfrentar las elecciones de la CTA. El PO se la pasó
especulando con la idea, incluso, de presentarse con De
Gennaro, porque el eje era “luchar contra la destrucción
de la central”... Señaló abiertamente que nuestro
planteo de lista clasista era “ideológico” y luego
terminó llamando a un “plenario clasista” para
conformar su propia lista cuando se cansó de desojar la
margarita. Tuvo, en definitiva, el criterio sindicalista
de ver donde podía “meter más porotos” en vez de
ordenar su política alrededor del planteo político de
clase que correspondía... y terminó finalmente presentándose
solo.
En el caso del PTS, este no le
venía dando ninguna jerarquía a esta batalla política
contra la burocracia de la CTA.
Según ellos, esta pelea sería algo meramente
“rutinario”... Pero al parecer, nada “rutinario” fue
cuando sentaron a su delegado del subterráneo a lado de los
traidores Yasky, Baradel y Estela Maldonado para impulsar un
inexistente paro general que tuvo casi como único fin
comenzar a fagocitarse el subte. Tampoco sería
“rutinario” que en las filas de Zanon reine la máxima
confusión a la hora de comprender el carácter burocrático
de la dirección de la CTA.
No
señor, para este grupo es
“rutinario” dar la pelea para que un sector de la
vanguardia obrera se eleve al plano de la lucha política
intentando clarificar el carácter burocrático de la
dirección de la CTA y comenzar a construir un polo de clase
alternativo en su interior. ¡Parece ser que este grupo
no tiene muy claro que es rutinario o que no lo es. Peor
aun: muestra una creciente y peligrosa deriva oportunista!
En
contra de la independencia política de clase
El segundo problema está ligado
entonces a las justas relaciones que desde la izquierda
deben establecerse entre la lucha sindical y la lucha política.
Aunque parezca mentira, la burocracia tiene más
“reflejo” que cierta izquierda a la hora de la evaluación
de los procesos en curso a nivel del movimiento obrero.
En el caso de la CTA, lo que
discuten las dos fracciones de la burocracia... es ni más
ni menos que su
relación con el gobierno. Pero parece que a nivel de la
izquierda la palabra “política” estaría prohibida,
sería algo meramente “ideológico”; la izquierda
solamente estaría para “impulsar las luchas” como
tales… pero no para elevar las mismas –y a la propia
vanguardia y la base obrera– al terreno de la lucha política,
al terreno de la independencia política de clase. No
señor,
la política dejémosela a la burocracia, entreguémosle en
bandeja la lucha por la independencia política de los
trabajadores. Total, por ejemplo después de haber jugado
todo por el todo al apoyo de la experiencia del subterráneo
de Buenos Aires… que este caiga bajo el ala de la
fracción dirigente kirchnerista de la burocracia de la CTA
no sería ningún problema!
Hay que ser claros: este cretinismo
sindicalista de las corrientes de “izquierda” es
derechismo y nada más que derechismo, nada tiene que ver
con las enseñanzas de Lenin que dedicó sus máximos
esfuerzos justamente a la elevación política
revolucionaria de la clase obrera. Por el contrario, el
sindicalismo “izquierdista” solamente expresa una
adaptación al atraso de determinados sectores de la base
obrera, frente a los cuales, las corrientes auténticamente
socialistas revolucionarias, debemos ir no con la corriente
del solo interés reivindicativo... sino contra la corriente
acostumbrando a la clase obrera a los problemas políticos,
a elevarse a los problemas generales de la sociedad aunque
esto le caiga “antipático” a muchos compañeros.
De ahí también esté el caso de
pretender que en determinados “encuentros” los obreros
discutan solamente problemas “obreros”, que en las
luchas sean apoyados solamente por “otros obreros”, todo
esto en vez de buscar la solidaridad de otros sectores de
los explotados y oprimidos, en
vez de interesarlos por todos los problemas de la
sociedad.
Este sindicalismo rastrero es el
que les permite, también, de manera aparatista, quitarle
toda importancia a un paso de gigante como el que dio
FATE al convocar a la conformación de la lista
clasista. Para las sectas supuestamente “izquierdistas”
eso no vale nada porque solamente les interesa sus mezquinos
intereses de grupo.
Claro que lo anterior no debe
llevar a la conclusión atrasada opuesta. Para decirlo
redondamente, no hay obreros sin partidos, o son hoy lisa y
llanamente “despolitizados” (¡pero esto también es un
partido!) o son peronistas (en el caso de las generaciones más
grandes). Los que sostienen esta posiciones anti-partidos
invariablemente terminan en manos de la burocracia como ha
sido el caso de Beto Pianelli del subterráneo hoy candidato
“estrella” de Yasky.
La política
revolucionaria es imprescindible. Y la lucha de
tendencias políticas hace al carácter imprescindible de la
democracia de los trabajadores. En todo caso, lo que hay que
discriminar, obviamente, es qué política, qué corriente
partidaria sirve más a los intereses y necesidades de los
trabajadores para que estos se eleven de las tareas del
momento a las estratégicas de la revolución social.
Cuando los organismos de la clase
no valen nada
La tercera explicación del paso
dado por ambos grupos tiene que ver con un escandaloso
criterio en materia de relaciones entre partidos y
organizaciones obreras. Se trata de la pretensión
aparatista de reducir las relaciones que se producen a nivel
de la clase obrera, su vanguardia y sus instituciones a
meras relaciones de “partidos”.
El hecho es que dentro de la clase trabajadora hay un
conjunto de expresiones y / o “instituciones”. Está la
propia base obrera. Están sus sectores destacados o de
vanguardia. Están las “instituciones” correspondientes
como los sindicatos, asambleas, comisiones internas, cuerpo
de delegados, comités de lucha, etcétera. Está la
burocracia sindical, las direcciones independientes y también
las corrientes de izquierda.
Lógicamente, las distintas
tendencias burocráticas, de la izquierda e incluso las
burguesas, pugnan al interior de la clase obrera por llevar
adelante sus posiciones: esto es lo que corresponde.
Y esto mismo es lo que hace tan ridícula y reaccionaria la
concepción -expresada muchas veces por los sectores más
atrasados de la vanguardia- de que podría haber obreros
“sin partidos” o sin ideas políticas organizadas...
Pero corrientes como el PO y el
PTS –que, hay que decirlo, no han sacado ninguna lección
de las experiencias “socialistas” del siglo XX- tienden
generalmente a lo opuesto: a reducir todas las relaciones
al interior de la clase obrera a “relaciones de
partidos”. No existiría otra cosa, no importa si
determinado paso sindical o político es tomado por una
ejecutiva, un cuerpo de delegados, una comisión interna…
o una asamblea de 500 trabajadores, ¡si la posición lo que
ese organismo ha decidido, no coincide exactamente con lo que
pretendía su organización, entonces se avasalla la misma,
se pretende quitarle toda legitimidad y se reduce todo a la
pelea contra el otro partido que no es el propio! Este
comportamiento tiene nombre y apellido, ¡no es un
comportamiento leninista, se trata de una de secta
oportunista!
Por el contrario, desde el nuevo
MAS planteamos desde el comienzo que el SUTNA San Fernando
debía encabezar esta batalla por el clasismo en la CTA.
Esta batalla se ganó a nivel de FATE. Y el compañero
votado por la asamblea de base de la fábrica es de nuestro
partido. Pero claro, esta batalla lícitamente ganada en la
base obrera... no es del agrado de estos grupos. Entonces,
estos señores, contra viento y marea, en una pelea
meramente de aparatos, terminan presentado sendas listas que
solo servirán para competirle -desde la derecha- a la
experiencia representada por el paso dado por el SUTNA
llevando agua al molino de Yasky o De Gennaro.
Un
paso hacia un polo de reagrupamiento clasista
En
fin, la realidad es que la
lista más representativa del clasismo en la elección de la
CTA es la encabezada por los compañeros de FATE. La
realidad también es que el paso dado por los trabajadores
hace parte de la acumulación de experiencias que viene de
haber echado a las trompadas a Pedro Wasiejko en asamblea,
de haber votado en su momento paritarios por la base, de
haber logrado imponer un cuerpo de delegados y una ejecutiva
independientes, de haber desarrollado sendos conflictos en
el 2007 y 2008, de haberse mantenido contra viento y
marea de la provocación patronal y burocrática, y de
disputarle día a día la conducción nacional del gremio,
nada más y nada menos que al segundo de la CTA.
Estos datos
objetivos de una de las experiencias más avanzadas del
proletariado del país es lo que los ha puesto a la cabeza
de la lista clasista y razón de más por la que llamamos a
apoyarlos con todas nuestras fuerzas en estas elecciones
para que se logren transformar en un polo de aglutinación
clasista en esta central y más allá de la misma.
El PCR-MST siquiera requiere de la polémica: son
corrientes que ni enunciativamente defienden la
independencia política de clase de los trabajadores y
que siempre están a la búsqueda del acuerdo con algún
ala de la burocracia. Si no pudieron cerrar –como
sojeros que son- con la lista de De Gennaro y debieron
presentarse de manera “separada”, es simplemente
porque este los pateó!
Otro “argumento” del PO fue el mayor “tamaño”
de su partido y que entonces iría “a sacar más
votos” en las elecciones de la CTA. ¿Qué valor tiene
esto como criterio? Ninguno. Porque lo que los compañeros
están desconociendo es que el que se “tiró a la
pileta” para dar una batalla política ha sido un
organismo de masas como el SUTNA San Fernando y eso
tiene un valor objetivo que coloca la batalla y la
discusión por la conformación de la lista en un
terreno completamente distinto a que si fuera una mera
discusión de partidos. Además, las cuestiones de tamaño
partidario -y de “votos”...- son relativas:
no se trata solamente del número de militantes que
supuestamente cada grupo tiene, sino de la inserción y
representación de cada corriente en las experiencias más
importantes del proletariado: y en este sentido, el PO,
tiene poco y nada que aportar…
Este grupo no tuvo una posición
coherente a lo largo de todo el debate por la conformación
de la lista clasista: nunca colocaron la construcción
de la misma como un problema político de importancia.
Lo suyo más bien parece ser “el jugar de callados”
dentro de la CTA como si los burócratas fueran idiotas.
Luego, cuando desde el nuevo MAS colocamos esta tarea
como una de primer orden y se la planteamos al SUTNA, no
movieron un dedo al respecto. Cuando esto fue un hecho,
hicieron todo lo posible para que el compañero que fue
designado por la ejecutiva no fuera votado en la
asamblea: mocionaron en contra y sacaron, sobre 500
compañeros,... un solo voto! A partir de ahí, ya
comenzaron a desautorizar a FATE. Propusieron para
encabezar la lista a un ignoto compañero de LAN y se
retiraron de la reunión que se estaba haciendo en San
Fernando. Finalmente, en el “desencuentro” del 31 de
julio pasado, directamente le negaron la palabra a los
compañeros del SUTNA...
Por eso, como el compañero votado por la asamblea de
FATE para encabezar la lista clasista, Jorge Ayala, es
un compañero obrero del nuevo MAS, la lista sería lisa y llanamente “del MAS”...