Socialismo o Barbarie, periódico Nº 183, 20/08/10
 

 

 

 

 

 

Cumbre de Santa Marta: todos se corren al centro

El abrazo Santos-Chávez

Por Claudio Testa

Derecha yanqui aplaude acuerdos

Una de las expresiones más cavernícolas de la derecha yanqui es la Heritage Foundation. Es de la especie que considera a Caperucita Roja como una peligrosa agitadora marxista. Son entonces significativos sus aplausos a la cumbre de Santa Marta:

“La cumbre entre el nuevo presidente Juan Manuel Santos y Chávez es potencialmente un paso positivo para las Américas [o sea, también para EEUU]. La reunión bajó las tensiones que habían crecido recientemente...

“La cumbre subrayó la esperanza de relaciones bilaterales más estables y productivas. Santos habló de abrir una nueva página en las relaciones de Colombia-Venezuela. Y Chávez asintió.

“Las partes se comprometieron a reestablecer relaciones diplomáticas... También acordaron establecer varias comisiones comunes para dar nuevo impulso a los lazos comerciales de infraestructura y seguridad. La prometida creación de una comisión común de seguridad, es fundamental para reestablecer la confianza.

“Chávez aseguró que su gobierno no apoya a las FARC... Categóricamente prometió que «no permitirá la presencia de guerrillas o de terroristas en suelo venezolano».”[1]

La recomendación final de estos gorilas es respaldar la movida Santos-Chávez “con una activa diplomacia de EEUU”.


Nota:

1.- Ray Walser, “Santos–Chávez Santa Marta Summit: A Moment of Promise”, The Heritage Foundation, August 13, 2010.

La provocación lanzada contra Venezuela por el ex presidente colombiano Álvaro Uribe días antes de terminar su mandato –que llevó a la ruptura de relaciones diplomáticas y hasta a la posibilidad de incidentes armados– no pasó finalmente a mayores. Pero el problema se “solucionó” corriéndose todos hacia el centro del espectro político. En relación a Chávez, esto incluyó desde un duro ataque a la guerrilla colombiana hasta importantes acuerdos económicos y políticos con el régimen de Bogotá. Tácitamente, el paquete también incluye el no cuestionamiento de las bases militares yanquis que desde allí amenazan al resto de América Latina.

Como decíamos en la anterior edición de Socialismo o Barbarie, con esa provocación Uribe intentó “«marcar la cancha» de las futuras relaciones colombo-venezolanas. Hay que tener en cuenta que tanto desde Caracas como también desde Bogotá se viene alentando un mejoramiento de las relaciones. En función de eso, estaba programado que Chávez asistiera a la asunción de Santos. Ya se hablaba del «abrazo Santos-Chávez» que simbolizaría la «reconciliación» colombo-venezolana”.[1]

Finalmente, el “abrazo Santos-Chávez” sólo se postergó unos días. En la ciudad de Santa Marta, Colombia, en la quinta San Pedro Alejandrino donde Bolívar falleció en 1830, Santos y Chávez no sólo anduvieron de abrazo en abrazo, sino que anunciaron amplios acuerdos. Las dimensiones de esos acuerdos –tanto por sus puntos explícitos como por los temas que implican tácitamente– indican que las cosas ya estaban cocinadas desde antes que Uribe lanzara su petardo póstumo. O sea, no fue la “magia negociadora” de Néstor Kirchner la que habría calmado a las fieras.

Estos acuerdos básicos van a ser implementados por cinco comisiones colombo-venezolanas, encargadas de los siguientes temas: 1) Reimpulso del comercio y plan de pago de las deudas venezolanas. 2) Acuerdo de complementación económica, con baja de aranceles para distintos productos. 3) Inversiones en las zonas de frontera. 4) Desarrollo de obras de infraestructura (en especial de transporte de petróleo y minerales venezolanos para exportarlos a Asia por los puertos colombianos del Pacífico). 5) Seguridad (en este punto “el gobierno colombiano logró hacer que Chávez se comprometiera a rechazar la lucha armada y a retirar cualquier apoyo a las FARC, así sólo sea moral”.[2] ¡Pero de los paramilitares que operan a ambos lados de la frontera nadie habló una palabra!

Por supuesto, como dice el refrán, “del dicho al hecho, hay un largo trecho”. Pero no hay ninguna duda sobre la dirección en que se están moviendo las cosas entre Chávez y el nuevo presidente de la patronal colombiana. Su acercamiento significa que ambos se desplazan políticamente hacia posiciones de “centro”.

En nuestro artículo anterior, ya explicamos qué significa eso en relación a Santos. Esa movida es apoyada por la mayoría de la burguesía colombiana, aunque sectores de extrema derecha no parecen estar muy conformes. El estallido el jueves 12 de un coche-bomba frente a la principal radio de Bogotá –que causó siete heridos y daños en más de 1.000 apartamentos– fue una advertencia de eso.

En el caso de Chávez, se trata claramente de un curso a la derecha. Es muy significativo que, en la cumbre de Santa Marta, fuese Chávez y no el presidente colombiano el encargado de lanzar rayos y centellas contra las guerrillas, mientras Santos se daba el lujo de no tocar el punto.

Pero no se trata sólo de este curioso y significativo cambio de roles. Mientras tronaba contra las guerrillas, Chávez fue asombrosamente mudo en un tema mucho más importante: las siete bases militares cedidas por Uribe a EEUU, y que apuntan a América Latina y, en primer lugar, a Venezuela.

Y el asombro es doble, porque fue la concesión de esas bases el año pasado (después del ataque a Ecuador en el 2008) el punto fundamental de fricción con Bogotá. Aunque sin llegar en ese momento a la ruptura de relaciones diplomáticas, Chávez dispuso en represalia el “congelamiento” de las relaciones comerciales. Esto hizo caer en picada las ventas colombianas a Venezuela, que es su mercado más importante después de EEUU.[3] Además, se suspendieron pagos de bienes ya exportados por Colombia.

Ahora lo de las bases yanquis fue completamente olvidado en Santa Marta. Chávez calló... y el que calla, otorga.

Esto es tanto más notable, porque en la misma Colombia siguen los cuestionamientos a las bases. Así, la Corte Constitucional colombiana acaba de resolver esta semana que el convenio firmado por Uribe con EEUU es inválido porque no fue ratificado por el Congreso. De todos modos, la pelea no está decidida porque el Congreso podría ahora sancionar el acuerdo.[4] Lo que interesa subrayar aquí, es que Chávez se ha retirado ostensiblemente de esa pelea.


Notas:

1.- “Relaciones colombo-venezolanas – Un provocación que puede tener graves consecuencias”, SoB, periódico Nº 182, 05/08/10.

2.- “El lanzamiento de una nueva relación”, revista Semana, Bogotá, 11/08/10.

3.- “Exportaciones de Colombia a Venezuela cayeron un 28,8 por ciento”, Informe21.com, 03/09/09.

4.- “Corte tumba tratado militar con EEUU, pero Congreso lo puede revivir”, El Tiempo, Bogotá, 18/08/10.


Según Chávez:

“Las guerrillas colombianas se han convertido en
una excusa del imperio”

Por Claudio Testa

“Hoy –señaló Chávez– la guerrilla colombiana no ve la realidad de América Latina, donde en Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Uruguay los gobernantes fueron guerrilleros, abandonaron las armas y ganaron el poder por las urnas... Hoy la cosa es con el voto...”[1]

“Así como uno le propone al gobierno de Colombia buscar el camino a la paz, a la guerrilla también. La guerrilla colombiana de verdad no tiene futuro por la vía de las armas, no hay futuro, es absolutamente falso que vayan a derrotar al Estado colombiano... y luego además se han convertido en una excusa del imperio para intervenir en Colombia y amenazar desde allí a Venezuela.”[2]

Antes, las condenas a las FARC y al ELN corrían a cargo del gobierno de Colombia, mientras que Chávez –sin haber hecho jamás una defensa política de las guerrillas– pedía que se las reconociera como “fuerzas beligerantes” y se entablaran así negociaciones de paz de igual a igual.

Ahora, en cambio, las considera “una excusa” de los yanquis... una fórmula similar a la que usaban los partidos comunistas, que tachaban de “agentes del imperialismo” a las corrientes de izquierda que no compartiesen sus políticas capituladoras.

Pero lo más importante es el camino que les marca Chávez: hacer como los ex guerrilleros de “Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Uruguay”, que “abandonaron las armas y ganaron el poder por las urnas...”

Pero estos señores no sólo “abandonaron las armas”, sino también cualquier pretensión de transformación de la sociedad. Hoy son simples administradores “progres” del capitalismo neoliberal. Aquí cerca tenemos el gran ejemplo del ex tupamaro Mujica, ensalzado por las corporaciones y por la prensa más conservadora, como La Nación, que lo pone de modelo de presidente “serio” y “amigo de los empresarios”.

Los ex guerrilleros que hoy gobiernan Nicaragua, El Salvador y Guatemala no la hacen mejor. En esos países, todo sigue igual que antes; en primer lugar, la miseria de las masas populares, hoy agravada por la crisis y la dependencia colonial de un imperialismo en bancarrota. Recientemente, una de las proezas de los gobiernos de estos “ex guerrilleros” ha sido reconocer al gobierno ilegítimo de “Pepe” Lobo en Honduras, continuador del golpe de Estado de Micheletti y encubridor de asesinatos diarios de activistas sindicales y de la resistencia. El escandaloso reconocimiento del régimen golpista y asesino de Honduras es línea bajada por el Departamento de Estado. Los “ex guerrilleros” la han acatado sin chistar.

Siempre hemos tenido diferencias políticas y programáticas fundamentales con las FARC y el ELN.[3] Pero esas profundas desavenencias son opuestas a las que ahora expresa Chávez, que exhorta a las guerrillas colombianas a dejar las armas para irse a la derecha, a postularse como buenos administradores del capitalismo.


Notas:

1.- Constanza Vieira, “Reunión Chávez-Santos - Brisa recompone relaciones Colombia-Venezuela”, Inter Press Service (IPS), 10/08/10.

2.- “Chávez dice que guerrilla no tiene futuro”, Deutsche Presse Agentur (DPA), 08/08/10.

3.- Sobre nuestras críticas a la guerrilla colombiana ver en www.socialismo-o-barbarie.org: “Las FARC en una encrucijada” (en edición del 08/06/08), “Repudiamos la cobarde masacre perpetrada por Uribe” (en edición del 09/03/08) y “Que las FARC y el ELN sean reconocidos como beligerantes” (en edición del 27/01/08).