Las elecciones en la CTA desataron una serie de debates
políticos, ya que las mismas fueron cruzadas por la división
que se dio en la burocracia, que por primera vez fue
dividida en dos listas: una más ligada al gobierno nacional
y otra a la oposición sojera. Para la izquierda
revolucionaria se presentaba una oportunidad para intervenir
de manera unitaria, presentando un polo clasista alternativo
a las dos variantes burocráticas: esa fue la posición del
Nuevo MAS, el cual fue parte importante del Frente Clasista.
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Solanas, Stolbizer y Vilma Ripoll:
el MST junto a los
sojeros
“de izquierda”
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En este marco el MST, partido que hace rato ha abandonado
la vereda de la independencia política de los trabajadores,
se alineó con una de las fracciones burocráticas, la de
Micheli. En su último editorial lo grafican así: “A los
K se los puede derrotar si se construyen alternativas
amplias y unitarias superadoras. En este caso fue clave la
conformación de la Lista 1 entre distintos sectores que, más
allá de las diferencias existentes, supimos poner por
delante la necesidad de unirnos para enfrentar el intento de
cooptación de una organización de trabajadores por parte
del gobierno burgués kirchnerista” [1]. Esta definición
deja mucha tela para cortar, y no es otra cosa que sacar un
clavo poniendo otro no muy distinto, porque tanto Yasky como
Micheli en la mayoría de los aspectos son como dos gotas de
agua, tienen los mismos métodos, no dejan de ser dos burócratas.
Como bien graficaban los compañeros del SUTNA San Fernando
en su volante para las elecciones, quien firmó el convenio
que flexibilizaba a los trabajadores del Neumático fue
Wasiejko, pero quien lo acompañó en la asamblea que hizo
aprobar esta medida fue De Gennaro, uno de los dirigentes de
la Lista 1. También están muy frescos los recuerdos cuando
en plena lucha de los compañeros del Garrahan o el Hospital
Francés, Micheli no movió un dedo para ganar ningún
conflicto siendo el máximo dirigente de ATE. ¡Y ahora
vemos al MST festejando de la mano de Micheli su posible
victoria! ¡Quiere que los trabajadores duerman con su
enemigo!
Pero el desbarranque de Vilma Ripoll y compañía no
termina acá, sino que en el mismo editorial plantean dar un
paso más, avanzando en su ingreso a Proyecto Sur con Pino
Solanas: “Con los compañeros de Proyecto Sur no estamos
discutiendo simplemente la conformación de un frente
electoral, aunque tenemos una visión similar sobre la
importancia estratégica de las próximas elecciones.
Estamos trabajando para lograr bases políticas y
organizativas que nos permitan construir un movimiento en
común para antes, durante y después de las elecciones”
[2]. ¡Esto es un verdadero desastre! Lo que el MST quiere
embellecer es su entrada a un partido-movimiento cuyo
programa no es de independencia de clase, sino todo lo
contrario, una coalición con sectores patronales, porque
Pino Solanas no es otra cosa que una de las caras de la
oposición sojera y patronal, que coquetea en hacer alianzas
con Binner de Santa Fe. A su vez, esa “unidad
organizativa” incluye corrientes como Libres del Sur,
quien fue parte del gobierno de Kirchner durante buen
tiempo. ¡Esa es la unidad sin principios del MST, una bolsa
de gatos que nada tiene de izquierda ni clasista!
Desde el Nuevo MAS sostenemos que todas estas variantes
son un callejón sin salida para los trabajadores. No hay
que ir ni con el gobierno ni la oposición sojera, ni con
burócratas como Wasiejko ni con Micheli. Hay que
profundizar una perspectiva de clase,
la unidad de los trabajadores, que enfrente al
gobierno, las patronales y la burocracia sindical, y el
Frente Clasista que los enfrentó en estas elecciones es un
buen punto de partida.
Notas:
1.-
Editorial Alternativa Socialista 531, 27/09/10.
2.-
Ídem.