Sindicato de la Carne
Una para los trabajadores
Por Rodolfo Torres
Y llegó el día que la gente dijo basta, basta de tanto
manoseo, basta de tanta mentira, basta de despidos, basta de
reducción salarial, basta de las conciliaciones del
Ministerio de Trabajo que sólo las acata el trabajador y la
empresa se las pasa por… ahí. Basta de esperar que el
sindicato haga algo y no transe a espaldas de la base. Es
decir: basta de ser
siempre el trabajador que paga los platos rotos de una
crisis en la que no tiene ni arte ni parte. Encima lo
que se ve es que el patrón sigue facturando y ganando como
siempre o más y el único que pierde es el trabajador.
Como dice la canción: “las penas son de nosotros/ las
vaquitas son ajenas”. Pero esta vez las penas fueron del
patrón porque tuvo que acceder a las demandas de los
trabajadores, si bien no es todo lo que se pedía y por lo
que se peleaba, pero se
logró arrancar un triunfo parcial, que tiene que servir
para fortalecer la organización independiente de los trabajadores y en
primer lugar la asamblea de base.
La patronal y el gobierno contra los obreros
Los despidos y la reducción de salario en el frigorífico
Bancalari no fueron un “rayo en una noche despejada”.
Son parte de la crisis del sector agrícola-ganadero que
viene desde lejos y que se agudizó con la pelea por la 125.
Pero que haya crisis no quiere decir que la patronal esté
mal. Descargan su crisis sobre
los hombros de los trabajadores y hacen otros negocios
que les dejan millones.
El cierre de las exportaciones vía no entrega de ROES y
la baja del consumo de la población por el alza del precio
de la carne hace que el nivel de empleo y de actividad en
los frigoríficos se sigua deteriorando. Según los diarios
están en riesgo 11.000 puestos de trabajo en todo el país.
En el sindicato Capital El
Látigo cerró, el Marcelaruis
cerró, el JBS ex Consignaciones Rurales cerró, Procesadora
de Carne despidió. En el Rioplatense
desde principio de año hasta ahora despidieron a más de
200 compañeros, el Runfo
estuvo cerrado por más de un mes y ahora vuelve a estar en
problemas. No hay
frigorífico que no esté en problemas con despidos o con
horas perdidas, etc.
El control de los precios de la carne del gobierno fracasó.
Las ofertas de cortes baratos son difíciles de conseguir…
y de comer: el asado a $ 10.50 el kilo es carne de vaca
vieja. La política de cerrar las exportaciones para que
sobre carne en el mercado interno y obligar a las patronales para que vendan barato lo único que consiguió
fueron despidos y que peligren miles de puestos de trabajo.
Por su lado, la patronal ganadera dice que el precio subió
porque cayó el stock de cabezas de ganado…y ahora se está
cerca de $ 10 el kilo en pie. Además, lo que no dicen es
que vendieron jugosamente ese ganado y que esas tierras las
usan para sembrar soja. Es decir, que siempre ganan plata a
dos manos, sea por la vía que sea.
Hay una salida para la crisis de la carne
Un verdadero control de precios pasaría por establecer el
monopolio estatal del comercio de carnes: es decir,
formar una verdadera Junta Nacional de Carnes con control de
los trabajadores del sector y representantes de las
organizaciones populares en representación de los
consumidores, para garantizar el abastecimiento a precios
razonables, un saldo exportable donde parte de la renta cárnica
y las ganancias empresarias fueran re-direccionadas hacia
trabajadores y consumidores populares y la continuidad de
todas las fuentes de trabajo. Al mismo tiempo, hay que
imponer con la lucha la
nacionalización bajo control de los trabajadores de todo
frigorífico que cierre o despida. Este es él único
programa de clase e independiente que se puede levantar en
el sector dejando de ser vehículo de reclamos patronales.
Por una nueva dirección del gremio
Los compañeros del Bancalari demostraron que si se pelea
duro y con firmeza se le puede doblar el brazo a las
patronales. La toma
del frigorífico, al ser masiva y acompañada por la
familias de los compañeros, se convirtió en un arma
formidable y enseña el camino para imponer los reclamos
obreros. Ayudó el hecho que inteligentemente se hizo la
medida con los corrales llenos y con carne en las cámaras.
La patronal estaba muy apretada y aflojó. Pero la lucha
deja otras enseñanzas.
El miércoles 29 por la noche, mientras los trabajadores
tenían ocupado el frigorífico, el secretario general del
gremio llamó la policía para decir que los trabajadores
del Bancalari lo tenían secuestrado. El viernes llamó a
los delegados y fue con más de 70 trabajadores a las
puertas del frigorífico para intentar negociar él pero los
trabajadores óolo lo dejaron firmar lo que ellos
arreglaron. Ahora se dedica a lanzar amenazas a los
activistas de la lucha y a los delegados que apoyaron a los
compañeros.
Lo que Molina no le dijo a la policía es que
él tiene secuestrado el gremio hace años. Él y su
amigo Peretti y están en el sindicato están hace más de
20 años. Debemos
recuperar el sindicato para que deje de ser una sucursal de
las oficinas de personal y se ponga a la cabeza de las
luchas y parar la sangría de salario y puestos de trabajo
que estamos sufriendo.
El primer paso es apoyar a todo frigorífico que salga a
luchar, el segundo es recuperar las comisiones internas para
los trabajadores. El tercero es unirse por abajo e imponer
un plan de lucha por las bases del gremio para recuperar
salario y parar la sangría de puestos y horas de trabajo
que se pierden día a día.
• Basta de
despidos y horas caídas
• Garantía
horaria de 96 hs.
• Por un básico
que cubra la canasta familiar
• Por una nueva
dirección del gremio
• Por el monopolio
estatal del comercio de carnes con control de los
trabajadores
• Por la
nacionalización de todo frigorífico que cierre o despida
con control de los trabajadores
Reportaje a un activista de la toma
El Bancalari se la banca
SoB: ¿Por qué
empieza el conflicto?
Cro.: El conflicto
empezó porque nos sacaron 26 horas. Hasta hace unos 4
meses nos estaban pagando 96 horas de garantía horaria por
quincena y de repente la empresa nos dice que no las va a
pagar más y nos empiezan a pagar sólo 70 horas. Además
estaban despidiendo a muchos compañeros. En realidad los
apretaban para que firmen la renuncia. La patronal junto a
los delegados les decían a los compañeros que firmen, que
la empresa estaba mal, que estaba en quiebra, que tenían
que firmar, que era lo mejor, bueno así fue que despidieron
a 42 compañeros.
SoB: ¿Cómo deciden
la toma?
Cro.:
Bueno, nosotros venimos hace rato con estos
problemas e hicimos paros y nos declararon la conciliación
obligatoria varias veces, pero sólo la cumplíamos nosotros
porque la empresa seguía haciendo lo que quería. Nosotros
habíamos pensado y charlado con los compañeros que teníamos
que hacer el paro con
los corrales llenos, porque cuando hay 200 ó 300 vacas
no podés hacer nada, estábamos esperando que haya más de
500 y justo ese día entraron 600 animales y… ese día le
paramos. Así que bueno, ellos tenían que sacar las vacas sí
o sí, durante el fin de semana.[1] Así que el miércoles
29 nos cansamos e hicimos un paro y decidimos
quedarnos hasta que se solucione el problema.
SoB: ¿Que pasó
con el sindicato?
Cro.:
Llamamos al sindicato, en realidad hace dos años
que lo estamos llamando pero nunca viene. La cosa es que
viene Molina a la planta [Secretario general del Gremio]
para hablar con la empresa y nosotros
lo secuestramos, es decir, le dijimos que no salía
hasta que no se solucionaba el problema y lo dejamos
adentro. Bueno se empezó a poner nervioso, le agarraban
convulsiones, pidió un “puff”
y le conseguimos, después dijo que ese no le servía y pidió
un nebulizador y le conseguimos un nebulizador, bueno en
todo momento lo atendimos bien. Lo único que no se podía
ir hasta que se arregle el asunto. Lo otro importante es que
decidimos en asamblea una comisión de 11 compañeros para que sigan
todo el tiempo a Molina, cualquiera del sindicato o a
los delegados para que siempre estén acompañados por dos
compañeros, para que lo sigan hasta el baño, para que vean
y escuchen lo que hacen ellos,
para que entren a las reuniones con la empresa, nada
más, para que salgan y cuenten a todos los compañeros qué
se dijo. Es para vigilarlos y que no puedan hacer nada raro.
Finalmente vino la policía a buscar a Molina, porque éste
llamó y dijo que estaba secuestrado, bueno a eso de las 11
de la noche lo dejamos ir.
SoB: ¿Hubo
intentos de reprimir, de desalojar el frigorífico?
Cro.:
Toda esa noche y el jueves recibimos presiones de
todos lados. El comisario nos quiso sacar y lo terminamos
sacando a él porque no tenía nada que hacer en el frigorífico,
entonces empezaron los rumores que venía la Gendarmería.
Bueno, si venía la
represión ya estaba claro, que le íbamos a abrir los
carrales y le íbamos a soltar las vacas.
El jueves estuvo todo el día tomado, siempre tuvimos el
apoyo del barrio y de nuestras familias, después empezaron
a venir las distintas organizaciones a traer la solidaridad,
también vinieron delegados del gremio de la zona como el
compañero Walter de Cocarsa, los delegados de FATE, etc.
SoB: ¿Cómo se
solucionó el conflicto?
Cro.:
El día viernes viene el sindicato con 70 personas,
entre ellos delegados de otros frigoríficos de la zona sur
y oeste. La empresa nos llama a negociar los 5 puntos. Ahí
decidimos que Molina no entre a negociar y que negocien dos compañeros de la Comisión.
Así que dos compañeros negociaron con la empresa y se
le pidió a Molina que firme en el Ministerio lo que decidan
los trabajadores.
La empresa accedió a los 5 puntos que son: primero, que
se comprometa a no despedir a nadie más; que los $ 500 de
adelanto que nos habían dado anteriormente quedaban como
“un regalo de la empresa”; que nos daban $ 500 de
adelanto y que las 26 horas y la deuda iban a la vía
judicial. Nosotros nos comprometimos a matar los 600
animales, cosa que hicimos.
SoB: ¿Cómo sigue
ahora la lucha?
Cro.:
Ahora hay elecciones a delegados y sabemos que vamos
a ganar porque la gente está con nosotros y que los vamos a
sacar. A partir de ahora vamos a
ir de apoco, pero siempre con lo que piensa la gente.
Lo que se logró se
logró por la gente, no por el sindicato. Todas las
decisiones las tomó la gente, porque no se aguantaba más.
Nosotros pasamos de quincenas de $ 1.800 a quincenas de
$ 700-$ 800. Si no luchás te acuestan…
Notas:
1- La empresa tenía compromisos comerciales asumidos,
además cada día que pasa los animales van perdiendo peso,
aproximadamente 5 a 6 kilos por día por animal y eso es
mucha plata. Además hay disposiciones del SENASA que prohíbe
que los animales puedan estar mucho tiempo en los corrales
por problemas sanitarios. Por último, los animales en los
corrales no se pueden mover y con el correr de los días se
acalambran y se caen y después es un problema matar al
animal en el corral porque es imposible hacerlo caminar.
Todos estos factores presionaban a la empresa.
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