Socialismo o Barbarie, periódico Nº 187, 15/10/10
 

 

 

 

 

 

XXV Encuentro Nacional de Mujeres

Acuerdo entre los agentes del gobierno y la Iglesia
contra la movilización por el aborto legal

El PCR, agente de la Iglesia

Por Patricia López
Agrupación Las Rojas

Empecemos por el acto de apertura. Lo primero que dijeron las organizadoras después de la bienvenida ritual fue “El Encuentro somos todas” y “En el Encuentro no se vota”, lo que significa: llamamos a las asistentes a no participar de ninguna asamblea, plenario o mera instancia de coordinación. Luego vino el discurso, donde se reclamó al gobierno por diversas cosas, desde las redes de trata hasta los pesticidas… menos por el aborto legal. Las palabras textuales fueron: “Las mujeres vamos avanzando en el debate sobre el aborto, y muchas queremos anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir”. Traducimos al castellano este nuevo efluvio nauseabundo del repugnante pantano de diplomacia en las alturas que esta burocracia caradura llama consenso: “Vamos avanzando”… pero todavía no avanzamos lo suficiente; “muchas queremos”… pero no todas; así que no nos podemos pronunciar a favor de la legalización del aborto, y menos exigírselo al gobierno, porque “el Encuentro somos todas”, ¿entendés? “Todas”, por supuesto, incluye a la Iglesia.

Campaña Verde, agente del gobierno

Sigamos por los talleres. Después de Tucumán, no nos asombra ver actuar al PCR de la mano de la Iglesia. Lo nuevo de Paraná fue el acuerdo pampa del PCR con la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto. Recordemos que en Tucumán la Iglesia invadió los talleres de “Estrategias para la legalización del aborto”, templo feminista donde las católicas nunca entraban: la dirección de la Campaña quedó descolocada y su base se unió con nosotras para sacar a patadas a las católicas. ¿Qué acordó para este año la dirección de la Campaña con el PCR? Ubicar los talleres de “Estrategias” a veinte cuadras de los de “Aborto” aunque siempre están en la misma escuela; dejarle la escuela de “Aborto” a la Iglesia poniendo de coordinadoras a las católicas y dejando entrar a la patota de hombres, y llevar a toda la base de la Campaña a los talleres de “Estrategias” (en los de Aborto no había una sola verde).

¿Qué ganaba con esto la dirección de la Campaña? Acaparar los únicos talleres que se podrían realizar sobre el tema, porque los de “Aborto” los invadiría la Iglesia, obligando a la izquierda, incluso a las que estábamos en los talleres de “Estrategias”, a correr a la escuela donde nuestras compañeras enfrentaban a una patota que entró rompiendo ventanas, golpeando a los que estaban en la puerta y echando gas pimienta.

¿Qué ganaban ambos, el PCR y la dirección de la Campaña? Retomar el control del Encuentro que casi perdieron en Tucumán, evitando el desborde de la base feminista independiente, que quedó separada de la izquierda y de la escuela donde entró la patota.

¿Cuál es la conclusión a la que quieren volver? La que rompe los Encuentros es la izquierda, “evidencia” que había quedado muy cuestionada para toda la base feminista que participó de los hechos de Tucumán.

¿Quién es el máximo ganador en este acuerdo de ambas fracciones de la burocracia feminista? El gobierno, ya que estas maniobras obturaron la posibilidad de que la izquierda y la base feminista acordaran en el Encuentro una marcha nacional unitaria por el aborto legal.

La siguiente cuestión es: ¿existía esa posibilidad en el marco de un evento al que sabemos organizado para impedir la coordinación y las resoluciones colectivas? Creemos que sí. Ya en el Encuentro del Oeste, y también en los talleres de Paraná, nos encontramos con muchas compañeras convencidas de que hay que movilizarse, de que este año es la gran oportunidad para lograr la legalización si unificamos al movimiento en la calle, y hasta compañeras de la Campaña que acordaban con nuestra propuesta de juntar los talleres de cada escuela al mediodía para coordinar una movilización en fecha cercana. Además, había una buena presencia de estudiantes de las facultades tomadas, a quienes ninguna burócrata podría convencer de que hacer una asamblea es un crimen de lesa humanidad. Había gente con la cual podíamos pelear en conjunto, desde abajo, desde los talleres, más allá de la izquierda organizada. Por eso nuestra política fue la de asambleas en cada escuela, hasta que no quedó más remedio que juntarnos todas en la escuela donde atacó la patota para sacarla de allí.

En los talleres de “Estrategias”, las dirigentes de la Campaña hablaban de hacer una marcha para el día en que el proyecto de legalización empezara a tratarse en el Congreso, lo que dejaba sin fecha a la marcha porque no se sabe cuándo se empieza a tratar. No poner fecha les deja margen de maniobra para no coordinar nada con ninguna otra corriente y para “avisar” de la marcha de la Campaña uno o dos días antes. Cualquier hijo de vecino sabe que así es imposible organizar una marcha nacional adonde vaya alguien que tenga que planificar sus actividades porque no vive de subsidios de la Academia española, pero eso no es lo que prefieren: quieren volver a hacer su marcha de veinte señoras con tal de que no se escuche una palabra contra el gobierno de Cristina, como hicieron el 28/9 mientras mil quinientos estudiantes se movilizaban a Plaza de Mayo por el aborto legal.

Las dirigentes de la Campaña que oficiaban de coordinadoras querían impedir hacer plenario de los talleres en la escuela, pero el momento en que se sacaron la careta totalmente fue el domingo a la tarde, luego del ataque de la patota. Propusimos que los talleres repudiaran a la Comisión Organizadora por haber entregado la escuela de Aborto a la Iglesia y sus matones. Se negaron. “No vamos e escribir eso”, decían. “¿Aunque el taller esté de acuerdo?”, replicábamos. “No lo escribimos y listo”, contestaban. ¿Y la autonomía de los talleres? ¿Y la horizontalidad? Parece que para invocar al espíritu del Encuentro vamos a tener que hacer el juego de la copa…

Barulleras & Cía., agentes de la nada

En el taller de activismo lésbico, nuestras compañeras tuvieron que debatir, increíblemente, con la idea de que el derecho al aborto no es parte de la “agenda” lésbica. El argumento de estas agrupaciones era que las lesbianas “se ponen la camiseta de las mujeres” pero el movimiento de mujeres “no se pone la de las lesbianas”. ¿Pero cómo? ¿Las lesbianas no son mujeres? ¿El derecho a decidir que se nos niega con la prohibición del aborto no es el mismo derecho a decidir con quién queremos hacer pareja? Estas compañeras dicen que no. Las lesbianas no son mujeres, habría “camisetas” separadas para cada una.

No sabemos si el matrimonio gay está o no en la agenda lésbica que siguen estas compañeras, pero el hecho es que su discurso de que las minorías sexuales se sacrifican por los derechos de las mujeres y después éstas las dejan en banda se da de cabeza con la realidad, primero porque muchísimas mujeres y hombres de todas las inclinaciones sexuales e ideas políticas nos movilizamos e hicimos nuestra la lucha por el matrimonio. Segundo, porque el matrimonio gay se logró, y el aborto legal está por conquistarse aún.

La lucha por justicia para Natalia Gaitán siempre estuvo en nuestra agenda. Que la burocracia feminista institucional no les dé bola a las lesbianas no es excusa para “vengarse” en todas las mujeres dejando fuera de agenda la legalización del aborto. Nos sorprende el sectarismo ciego de estas agrupaciones, que toman las necesidades de vida o muerte de las mujeres como si fueran insignias de uno u otro movimiento, que habría que negociar en un “toma y daca”.

Conclusiones

Las dirigentes de la Campaña han decidido esperar a que los K les otorguen (a ellas, sin izquierda, sin estudiantes, sin movimiento de mujeres) la legalización del aborto después del 2011. Han decidido que es más confiable el acuerdo por arriba con el gobierno que la situación política favorable creada por la reciente derrota de la Iglesia y las ganas con que se quedó la mayoría de la gente de propinarle otro golpe a esa banda de pedófilos que todo el mundo odia (menos el PCR). Han decidido que es mejor postergar la legalización para un futuro incierto en bien de apropiarse ellas de la legalización, si es que ocurre. Y ya sabemos: para apropiarse de una conquista, como hizo el gobierno con el matrimonio gay, lo mejor es que nadie esté en la calle, sólo estas señoras charlando con los diputados. Esto a pesar de las miles más que van a morir en el camino.

Lo peor es que no se trata de esperar a que Cristina haga su negocio con los votos progre para luego otorgar la legalización. No sabemos qué va a pasar con el clima político de aquí al 2011. ¿Quién garantiza que las cosas van a ir a favor, que el gobierno va a seguir posando de progre, que la derecha no va a retomar el terreno perdido? ¿Dónde se creen que vivimos: en la Europa del estado de bienestar? En nuestros países es un triunfo enorme haber hecho retroceder a la Iglesia como lo hicimos acá, y eso no va a ser para siempre: ninguna situación política es estable, y si no avanzamos vamos a retroceder.

Desbordemos en las calles a la burocracia feminista

En la asamblea que realizamos varias organizaciones de izquierda en Paraná participó María Inés Jiménez, dirigente de la Asociación de Judiciales de Morón, opositora a la burocracia de la CTA. La compañera dijo: “El Encuentro de Mujeres nos cambia a todas las que participamos; y este año ese cambio tiene que ser la capacidad de coordinar un plan de lucha por el aborto legal”. Las palabras de María Inés sintetizan el sentimiento de muchas compañeras que vienen asistiendo a los Encuentros y los consideran muy valiosos, y que hoy concluyen en que hay que dar un paso más y unir al movimiento de mujeres para luchar en las calles. El balance de Paraná tiene una sola conclusión: la pelea por la legalización del aborto tiene que salir de abajo, de las estudiantes, las trabajadoras, las militantes políticas y sociales sin compromisos con el gobierno ni con la oposición de derecha. Las que quieren apropiarse de sus cuerpos, no de los triunfos populares. Las que quieren controlar su maternidad, no los Encuentros de Mujeres.

Contra el pacto del gobierno y la Iglesia para impedir el derecho al aborto en la Argentina, contra el pacto de sus agentes en el movimiento de mujeres:

• ¡Todas a la marcha del 20/10 al Congreso por el aborto legal!

• ¡Todas al Congreso el día que se trate en comisiones!

• ¡Basta de muertas por abortos clandestinos ya!