Socialismo o Barbarie, periódico Nº 187, 15/10/10
 

 

 

 

 

 

Los debates en el encuentro

La batalla roja en Paraná

Por Inés Xadun
Agrupación Las Rojas

El ENM de Paraná era una oportunidad para que el movimiento de mujeres se pusiera de pie con un plan de lucha por el derecho al aborto, porque este año la Iglesia venía golpeada luego de la derrota que sufrieron con la aprobación del matrimonio igualitario, y este mismo hecho había instalado en la sociedad y en los medios de comunicación el debate sobre el aborto.

Solapado por arriba y más abiertamente por abajo, en boca de sus militantes, el discurso del gobierno frente a esto es: vamos a dar el aborto legal, pero después de las elecciones de 2011. Con esto quieren convencer al movimiento de mujeres de dos cosas: la primera, que no hace falta luchar, sino sólo esperar; la segunda, que hay que votar a Cristina. ¿Cuál fue la excusa para no legalizarlo en estos siete años? La Iglesia. Y esa excusa les tambalea desde que la legalización del matrimonio gay probó que la Iglesia ya no decide sobre estas cosas. Por eso estamos en inmejorables condiciones para lograr la legalización del aborto ya.

Sin embargo, para este Encuentro se puso en marcha un acuerdo reaccionario entre la Comisión Organizadora (dirigida por el PCR) y la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, que consistió en separar las escuelas donde funcionan los talleres de “Anticoncepción y Aborto” y los de “Estrategias para la legalización” (ver artículo anterior), y abrirle las puertas de par en par a la Iglesia para copar la escuela donde se debatía aborto y que la discusión se transformara en una batalla para echar nuevamente a la Iglesia del Encuentro. En Tucumán habíamos dado ya este paso y este año podríamos haber partido de esa base superior, si la Comisión Organizadora hubiera garantizado Escuela de aborto libre de Iglesia. Pero no, prefirieron que la izquierda haga el trabajo sucio de echar a la Iglesia, mientras el resto del Encuentro transcurría como si nada ocurriera.

Las Rojas fuimos con una política muy clara: intentar que en la escuela de Aborto y en la de Estrategias se hiciera un plenario de todos los talleres, sin la Iglesia, para discutir cómo avanzamos las que estamos de acuerdo en luchar por conquistar la legalización y cómo construimos una agenda común para salir a las calles a exigir que se apruebe la ley.

La pelea en los talleres

En los talleres del día sábado dimos esa batalla y muchas compañeras independientes estuvieron de acuerdo en hacerlo. Las militantes de la Iglesia impedían el verdadero debate, llevándonos a discutir (en pleno siglo XXI) aborto sí, aborto no. La indignación crecía, pero era difícil porque la mayoría de las coordinadoras de los talleres y las militantes del PCR defendían que la Iglesia estuviera presente con el argumento de que “todas somos mujeres”.  A pesar de esto, de varios talleres salió la propuesta de que el domingo nos juntáramos en un plenario las que estamos a favor de pelear por el derecho al aborto (sin la Iglesia, por supuesto) para discutir entre todas qué pasos podíamos coordinar en común para volver a nuestros lugares con alguna propuesta unificada.

El domingo los ánimos estaban más caldeados: muchas compañeras que era la primera vez que iban al Encuentro habían salido muy calientes de los talleres, porque sentían que había sido estéril, que había sido como estar en una cápsula del tiempo discutiendo con la Inquisición. Pero esa mañana,  hubo que hacer lo que había que hacer, lo que la Comisión Organizadora se negó a garantizar: sacar a la Iglesia cuando los patoteros intentaron entrar a la Escuela, golpeando y tirando gas pimienta a las mujeres que estaban en la puerta. ¡Las mujeres no sólo resistimos sino que las sacamos a patadas! Mientras tanto los talleres ya no podían funcionar como si nada. Las compañeras de los talleres nos empezamos a organizar y fuimos sacando a la Iglesia de cada taller y de la Escuela, una por una. Y esto a pesar de que la Comisión Organizadora y las militantes del PCR las defendían.

Una vez que sacamos a la Iglesia, se podía hacer el plenario en la escuela. Pero otro hecho impidió que se hiciera. Las compañeras del Plenario de Trabajadoras (PO) tenían programada una actividad propia por el aborto legal en una plaza para el mediodía del domingo, y priorizaron la invitación a esa actividad en lugar de sumarse con todo a tratar de sacar asambleas en las escuelas. De más está decir que la diferencia no es de lugar, si en la plaza o en la escuela. Pasa que el lugar adonde realmente podía salir una asamblea donde participaran las mujeres independientes era la escuela, ya que lo de la plaza, aunque el PO lo llamaba “asamblea” era una actividad del PO a la que luego se sumó el PTS. Las compañeras del PO tuvieron la suficiente comprensión para darse cuenta que no era contradictorio hacer un plenario en las escuelas y luego ver de unificar en la plaza, pero el PTS y su agrupación Pan y Rosas se opuso tozudamente a la posición de Las Rojas de que se hicieran plenarios en las escuelas y que las decisiones salieran de la base que participó en los talleres. Y el domingo lo impidieron abiertamente, saliendo primeras y rapidito de la escuela hacia la plaza. El PO decidió seguirlas en vez de quedarse a pelear la asamblea en la escuela con nosotras, clausurando así la posibilidad de realizarla.

Hacer una asamblea en una plaza hubiera sido muy útil si la dirección de la FUBA hubiera tenido la política de unir allí a las cientos de compañeras de la Universidad, que habían llegado con la fuerza del estudiantazo, de las tomas y asambleas de colegios y facultades, a los talleres de aborto y estrategias. Pero La Mella se negó a impulsar ningún plan de lucha en el Encuentro, y el PO priorizó su acuerdo por arriba con La Mella. Entonces, cada corriente se dedicó a hacer su propio negocio de aparato: cada una llevaba a sus contactos a sus propias actividades paralelas, en lugar de ayudar a que se tendiera un puente entre las jóvenes luchadoras del estudiantazo y las miles de mujeres de todo el país para dar la batalla por el plan de lucha. Si a la asamblea la convocaba el movimiento estudiantil con  sus organismos en lugar de los partidos de izquierda, seguramente hubiera sido más fácil convocar a las demás participantes del Encuentro, en vez de hacerle el juego a la burocracia feminista en su esfuerzo por separar a su base de la izquierda.

Fuimos igual a la asamblea de la Plaza 1º de Mayo porque estamos convencidas de que toda confluencia es importante si sirve para impulsar acciones comunes para luchar por la legalización. Y a esa altura, cuando estaba clarísimo el acuerdo entre la comisión organizadora-PCR y la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto para que no saliera ningún plan de lucha unificado, era importante que en alguna instancia del Encuentro se sentara una posición: luchemos ahora, no nos comamos el verso de que en algún siglo venidero el kirchnerismo va a romper su pacto con El Vaticano y va a dar el derecho al aborto; que se vea el movimiento de mujeres en las calles, para que el aborto legal deje de ser una consigna y se transforme en realidad.

Propuestas para continuar la lucha

En esta asamblea se denunció la responsabilidad del gobierno de Cristina por las muertes por aborto clandestino, nos pronunciamos por la separación de la Iglesia y el Estado y se votaron dos propuestas muy importantes: impulsar movilizaciones en todos los centros políticos del país para el 20 de octubre para exigir la legalización. Y movilizarnos el día que se empiece a discutir en el Parlamento la ley de aborto, para que se apruebe. La Iglesia católica ya avisó: está conformando redes de militantes anti aborto, pro muerte de mujeres por aborto clandestino, y va a realizar movilizaciones contra la ley. El gobierno las va a usar de excusa para dilatar y dilatar y dilatar la cuestión. Las mujeres, jóvenes y trabajadoras tenemos que empezar a organizar la movilización del 20 y preparar en todas partes la movilización al Congreso el día que se debata la ley.

• Para que en todas partes se vea: por el derecho al aborto, libre, legal, seguro y gratuito

• 20 de octubre: todas a Congreso

• El día del debate en el parlamento: todas a Congreso