¡Triunfamos los
estudiantes!
Los estudiantes de la Facultad de
Ciencias Sociales de la UBA arrancamos este miércoles
pasado un triunfo político
contra el gobierno nacional, las autoridades de la
Universidad y la gestión de la Facultad. Después de 44 días
de toma de las tres sedes, arrinconamos al gobierno nacional
con la toma por más de 10 horas del Ministerio de Educación.
Le doblegamos el brazo a Cristina y apareció un compromiso
por escrito de que se licitará en enero la tercera y última
etapa de la construcción del edificio único en la sede de
Constitución. El
gobierno y el rectorado garantizan para este año una
partida presupuestaria no menor a los 20 millones de pesos
para tal fin.
El triunfo que alcanzamos los
estudiantes de Sociales se explica en el marco de la gran
rebelión estudiantil que iniciaron nuestros compañeros
secundarios, a la cual se plegaron los terciarios, otras
facultades de la UBA y la escuela de Artes IUNA. Su
precedente más inmediato es el triunfo que se acababa de
lograr en la Facultad de Filosofía y Letras, con el
compromiso firmado por Trinchero.
Esta misma rebelión estudiantil
es la que en estos momentos está viviendo una importante
“réplica” en los secundarios y universitarios de Córdoba.
Fue este enorme proceso de lucha el que evidenció
frente al conjunto de la sociedad, las paupérrimas
condiciones en que los gobiernos de la Ciudad de Buenos
Aires y el de la Nación arrojaban a la educación pública.
Y fue también esta experiencia la
que legitimó la
medida que fue su “marca registrada”:
la toma de los colegios y facultades. Una medida radical
que grita: “no va más, así no se puede seguir”. La
lucha de los estudiantes de Sociales aportó a este gran
movimiento y se nutrió de él. Políticamente
fue este movimiento el que marcó la cancha al denunciar que
tanto Macri como Cristina destruían la educación pública.
Pero además hubo una
confraternización “física” entre los estudiantes.
Ese fue el caso de la enorme conciencia de unidad
estudiantil que demostraron los compañeros cuando se
movilizaron solidariamente en apoyo a los estudiantes del
Normal Nº 3 que estaban siendo agredidos, trasladando su
asamblea con más de 800 compañeros a la puerta de la
escuela. O, a la inversa, cuando este miércoles entraron al
Ministerio de Educación compañeros del IUNA (que están
tomando 4 sedes y su rectorado) y corrieron la misma suerte
que los cientos de estudiantes de Sociales que fueron
reprimidos y hostigados durante las 10 horas que duró la
toma del Ministerio. O el apoyo afuera de varios centros de
estudiantes de escuelas secundarias que se movilizaron a la
puerta de Pizzurno exigiendo la libertad de los detenidos y
el triunfo para Sociales.
Fue este enorme movimiento
el
que se ganó la simpatía de la población y volcó la
correlación de fuerzas del lado de los estudiantes, el que
impidió que Macri concretara las listas negras, y el que
impidió a Cristina desalojar por la fuerza el Ministerio, y
una vez expuesta en “su propia casa”, tener que hincar
la rodilla y firmar los 20 millones.
Ahora habrá que seguir alertas
por el cumplimiento de los compromisos y en la pelea por el
desprocesamiento de los 11 compañeros que fueron presos.
Pero el sabor de este triunfo nos ha tonificado, y no nos
los quita nadie: hemos
hecho la experiencia de lucha más importante de Sociales en
años.