Nuestro
homenaje a Mariano
No
queremos dejar pasar esta edición sin realizar nuestro
sentido homenaje a Mariano Ferreyra. Si bien los autores de
estas líneas no lo conocían, los hechos hablan por sí
mismos. Mariano tenía sólo 23 años cuando fue
asesinado… pero ya largos nueve años de militancia
partidaria. Esto quiere decir que –tal como comentan los
compañeros del PO– comenzó a militar a sus jóvenes 14 años,
justo en momentos del estallido de la rebelión popular del
Argentinazo. Se trata, ni más ni menos, que de un integrante de la generación
militante hija de esos acontecimientos revolucionarios.
Todo
lo que rodea a partir de ahí la vida de Mariano es
representativo de la nueva generación estudiantil, popular
y trabajadora que comenzó a militar en esos años, y que
caracteriza a la militancia de las organizaciones de la
izquierda. Mariano fue militante secundario y universitario,
también probó suerte como trabajador. Mariano era un joven
comprometido con la revolución socialista, que por lo tanto
había hecho de la
militancia el objetivo de su vida.
Pero
además, su valor “simbólico” tiene otros
desdoblamientos. Porque como joven estudiante asistió
desinteresadamente a apoyar una lucha de los tercerizados
del Roca. Desde ese punto de vista, también ha sido ejemplo
vivo del apoyo del estudiantado al movimiento obrero. No se
trata solamente de eso. Es el primer compañero joven
asesinado por la represión patronal-burocrática en años: una honorable lista que incluye a los veintitantos compañeros del 19 y
20 de diciembre, a Kosteky y Santillán, a Carlos
Fuentealba, a Jorge Julio López.
Pero
su especificidad tiene que ver con que se trata de un joven
proveniente de la militancia de izquierda. Esta es también
una lección para las jóvenes generaciones: no para
“asustarse”, sino para comprender los alcances universales
del compromiso de la lucha por el socialismo. La militancia es el proyecto más apasionante que se puede tener en la
vida, es lo más trascendente y realizador que hay pero,
claro, es algo serio y comprometido.
Que
la vida de Mariano sirva entonces para la forja de toda la
joven generación militante, estudiantil y obrera; una nueva
generación que debe sacar de este trágico acontecimiento
una lección positiva: la lucha por la transformación
socialista de nuestra sociedad es de enorme actualidad en
este siglo XXI que comienza. Y para esta apasionante tarea,
la más apasionante que se puede concebir, hay que
prepararse seriamente cada día en materia de politización,
formación y organización. Esto de
la mano de la clase obrera y sus métodos de lucha de masas
buscando alcanzar cada vez más amplios sectores de los
trabajadores.
En
fin: aprovechamos estas líneas para reiterar nuestra más
profunda solidaridad, humana y socialista, con todos los
compañeros y compañeras del Partido Obrero.