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Haití: nuevo capítulo de un genocidio
Ahora, el cólera
Por Claudio Testa
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El
gobierno “progresista” de Cristina K
participa en una
ocupación colonial genocida
Fuera de Haití las tropas de
EEUU y la MINUSTAH
Exijamos el retiro inmediato de
las fuerzas
argentinas
Por Claudio Testa
La
epidemia de cólera ha expuesto otra vez al mundo la
tragedia de Haití y también las mentiras con que se
justifica la ocupación colonial.
La
situación del país y del pueblo haitiano está peor que
nunca bajo la bota de las tropas de la MINUSTAH, que además
aparecen como responsables directas del estallido de la
epidemia.
“De
eso no se habla...”
Pero
hay algo que se suele olvidar, o mejor dicho, algo de lo que
adrede “no se habla”, especialmente en nuestro país:
el papel fundamental que cumplen las tropas de Brasil
(que comanda la MINUSTAH), de Argentina, de Bolivia y otros
gobiernos “progresistas” latinoamericanos en esta infame
operación colonial.
Esto
es lo novedoso de la última ocupación colonial de Haití,
iniciada en el 2004. El trabajo sucio lo hicieron las tropas
de EEUU, que desembarcaron en Puerto Príncipe, detuvieron
al presidente Aristide y lo deportaron a Sudáfrica, donde aún
está virtualmente prisionero.
Pero,
en esos momentos, para el clima político de América Latina
era extremadamente irritante una ocupación directa de EEUU.
Además, Washington, enredado en guerras coloniales en Medio
Oriente, no quería distraer fuerzas. Los gobiernos
latinoamericanos, encabezados por el “progresista” Lula,
vinieron entonces en su auxilio. Con el manto de la ONU
–el mismo que se utilizó para legalizar la invasión a
Afganistán–, Brasil asumió el mando de los “Cascos
Azules” y envió el principal contingente. El gobierno
“progresista” de los Kirchner y también el del
“antiimperialista” Evo Morales aportan tropas.
Hay,
entonces, una responsabilidad directa de Brasil,
Argentina, Bolivia y de todos los estados que colaboran en
este genocidio del pueblo haitiano.
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¡Fuera de Haití la MINUSTAH y todas las tropas de ocupación!
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¡Exijamos el retiro inmediato de las tropas argentinas!
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El
genocidio contra el pueblo haitiano ha alcanzado un nuevo
nivel. Ahora está siendo diezmado por una epidemia de cólera,
cuyo origen y facilidad de propagación es directa
responsabilidad de los ocupantes coloniales.
Una
enfermedad desconocida en Haití
A
pesar de las miserables condiciones de vida de la mayoría
de la población, el cólera era una enfermedad desconocida
en Haití.
Toda
indica que la actual epidemia ha sido importada por uno de
los contingentes de las tropas de ocupación de la ONU,
concretamente el de Nepal. Los estudios demuestran que la
epidemia la inició una cepa única del microbio del cólera
procedente de Asia.[1] “El contingente llegó a Haití
pocos días antes de la aparición de la epidemia y luego de
un brote registrado en Nepal, donde la enfermedad es endémica”,
informa la agencia Reuters.[2] Además, esas tropas
arrojaban sus residuos sin tratar a un corriente de agua que
fue el primer foco de la epidemia.
Esto
detonó un estallido de furia de la población.
Manifestaciones de jóvenes contra las odiadas tropas de
ocupación se desarrollaron en varias poblaciones, al grito
de “¡Abá MINISTAH! (¡Abajo la MINUSTAH!). La respuesta
de esas tropas en “misión humanitaria” fue matar a
algunos manifestantes, herir a varios más y dispersar a
palos y gases lacrimógenos al resto.
Pero
la rabia no es sólo por el cólera. Para muchos la epidemia
es la gota que desbordó el vaso.
Antes
del terremoto
Ya
la situación de Haití era social y políticamente tensa
antes del terremoto de enero de este año.
En
el 2009, la situación había comenzado a calentarse con
importantes luchas obreras. Y, además, en este “cóctel
explosivo” se mezcló un elemento de suma importancia: un
movimiento estudiantil universitario radicalizado, que apoyó
las movilizaciones obreras y que además reclama el cese de
la ocupación colonial. Ya había sectores estudiantiles que
venían en conflictos desde abril.
En
mayo de 2009, comenzó una batalla obrera que tendría casi
inmediatamente consecuencias políticas, derivando en un
enfrentamiento directo al gobierno y las tropas de la
MINUSTAH, que se fue prologando, con intermitencias, casi
hasta fin de año. En la represión de estas luchas, las
tropas de ocupación, comandadas por los militares del
progresista Lula, asesinaron o hirieron a decenas de obreros
y estudiantes.
La
lucha se inició con la exigencia de un aumento del salario.
Al mismo tiempo que comenzaron paros totales y parciales que
duraron casi quince días, miles de trabajadores hacían
diariamente manifestaciones en las calles de Puesto Príncipe
junto con los estudiantes.
Todo
esto terminó de politizar la lucha, derivando en un
enfrentamiento directo a la ocupación colonial y su
gobierno títere, que se prolongó hasta agosto, donde se
desencadenó una brutal represión de la MINUSTAH, se
prohibieron las manifestaciones y fueron encarcelados
numerosos luchadores obreros y estudiantiles. También
muchos activistas fueron despedidos. Pero en noviembre, los
estudiantes volvieron a la lucha.
En
síntesis: la situación de Haití previa al terremoto no
era precisamente de “paz social”, ni de aceptación
resignada de la esclavitud colonial.
Después
del terremoto: promesas incumplidas y una monumental estafa
Lógicamente,
el sismo que mató instantáneamente a unos 300.000
haitianos, dejó sin viviendas a 1.500.000 y destruyó la
capital, puso también en estado de shock a las masas
trabajadoras y populares.
A
eso se agregó una operación de circo mediático sobre la
“ayuda humanitaria”, complementada por otra operación más
discreta pero efectiva de desembarco de 15.000 marines
para “guardar el orden”.
Con
bombos y platillos se habló de implementar una “ayuda”
internacional de miles de millones de dólares, que permitiría
la reconstrucción de Haití. Una nube de ONGs se precipitó
sobre el país, al tiempo que comenzaba a “pasar la
gorra” en todo el mundo. EEUU anunció, entre otras
medidas, la formación de un comité especial presidido por
Clinton y Bush. En marzo, bajo el auspicio de Obama, se
realizó una conferencia internacional de donaciones para la
reconstrucción de Haití. Luego, pasada la fiebre del
momento, se impuso el conveniente silencio mediático.., y
nadie volvió a hablar de Haití en la TV y la prensa.
Ahora,
a casi un año del terremoto, resulta que en Haití no se
ha reconstruido prácticamente nada.
De
las sumas prometidas por los gobiernos en esa conferencia
internacional de marzo, no ha llegado casi nada, sólo el
2%.[3] En cuanto a las donaciones recaudadas por las ONGs,
gran parte ha quedado en sus bolsillos.
Lo
que resta de eso, tampoco ha beneficiado mayormente a la
población. ¡Los corruptos políticos y empresarios
haitianos, en los que se apoyan los ocupantes, han sacado
también su tajada!
Veamos
algunos ejemplos: “Una de las mayores organizaciones no
gubernamentales, la Cruz Roja Americana, ha sido criticada
por su manejo de los fondos de ayuda por el terremoto. La
Cruz Roja consiguió 225 millones de dólares de donaciones
privadas, pero sólo asignó 106 millones para alivio de
Haití. Esto supuso que 149 millones fuesen dado por
‘desaparecidos’ respecto a Haití.”[4].
Acerca
de estos escándalos, una periodista estadounidense que
visitó Haití, informa que “los haitianos están
enfadados y se preguntan adónde fueron a parar los millones
de dólares donados inmediatamente después del terremoto.
La organización Disaster Accountability Project descubrió
que de las 197 organizaciones que pidieron dinero
luego del terremoto, sólo seis han puesto a disposición
informes públicos que detallan sus actividades” [5].
El
resultado de esta suma de ocupación imperialista +
promesas de fondos de los gobiernos que no se cumplen +
latrocinios de las ONGs + elite haitiana y gobierno títere
absolutamente corrupto, lo sintetizó hace poco el
corresponsal de un periódico de Euzkadi:
“Todo
son escombros, como antes y después del sismo. Cuando se
cumple medio año del terremoto en Haití, ocurrido el 12 de
enero, el proceso de reconstrucción está bloqueado. Miles
de personas se ven aún obligadas a vivir en refugios
improvisados... Tras estos largos seis meses todo sigue
igual. Las mejoras han sido pocas o cuando menos, lentas.
Toneladas de escombros siguen entorpeciendo el proceso de
reconstrucción y los afectados continúan intentando
subsistir como pueden. La gran mayoría de los
supervivientes se ven obligados aún a vivir sin un refugio
seguro, sin agua potable, sin electricidad ni cuidados médicos...”[6]
El cólera,
la cólera del pueblo y una farsa electoral
El
cólera aparece en medio de esta situación intolerable.
Suena por eso increíble que, en este cuadro, el gobierno títere
organice “elecciones presidenciales” para el domingo 28
de octubre.
La
ocupación militar extranjera basta y sobra para quitar
legitimidad a cualquier elección. Pero a esto, las
“autoridades” haitianas le han agregado las
proscripciones del ex presidente Aristide (que si se
presentase muy probablemente ganaría) y de otro candidato
también con demasiados votos, el cantor de hip-hop Wycleff
Jean.
En
las últimas elecciones realizadas en Haití bajo la ocupación,
la abstensión superó el 90%. En las del próximo domingo,
no sabemos si esta cifra volverá a repetirse.
Sea
como sea, lo más seguro es que el nuevo “gobierno” no
tenga mucho más respaldo popular ni legitimidad que el
“presidente” saliente, el corrupto René Preval.
Notas:
1.-
“Se confirma sospechas - La vibrio cholerae,
‘introducida en un solo episodio’”, La Jornada,
19/11/10.
2.-
“Ataques a tropas de la ONU acusadas de traer el cólera”,
Reuters, 18/11/10.
3.-
“No entregan dinero de ayuda prometido”, Democracy
now!, 15/07/10.
4.-
Kevin Edmonds, “Las ONGs y el negocio de la pobreza en
Haití”, North American Congress on Latin America (NACLA),
05/01/10.
5.-
Amy Goodman, “Haití, seis meses después del
terremoto”, Democracy now!, 15/07/10.
6.-
“Todo son escombros, como antes y después del sismo”, Gara,
13/07/10.
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