La
lucha de los tercerizados del Ferrocarril: Triunfalismo,
comportamiento
instrumental y sindicalismo
Por
una gran marcha unificada por el pase a planta
La
lucha de los tercerizados del ferrocarril ha tenido
distintos momentos; tuvo un evidente pico luego del
asesinato de Mariano Ferreyra. Este hecho obligó al
gobierno a hacer el “compromiso” de pase a planta
permanente de todos los tercerizados. Pero a partir de ahí se
han sucedido una serie de graves problemas que amenazan con
hacer retroceder esta importantísima lucha.
En
primer lugar, está el problema de haber salido a anunciar
con bombos y platillos el “triunfo histórico” de la
lucha antes que el mismo se consumara. Esto es lo que ha
ocurrido con algunas de las corrientes de izquierda siempre
más confiadas en sus abogados que en la lucha misma (es el
caso del PTS). Esto es un problema grave porque es evidente
que se trata de un proceso bien complejo, con muchos
trabajadores involucrados, con diversos intereses cruzados
–entre ellos los de la burocracia de la UF y la
Fraternidad– y donde el gobierno que actuó en un primer
momento bajo la presión de la muerte de Mariano, ahora
aprovecha cualquier circunstancia para desdecirse.
Haber
“vendido” antes de tiempo el acta firmada por el
Ministerio como un “triunfo histórico” parece
haber desarmado a todo un sector que ahora va a ser más difícil
que vuelva a salir a luchar.
La criminal división de la asamblea conjunta de los
tercerizados
Junto
con lo anterior, ha habido un segundo y si se quiere más
grave error aún: la criminal división de la asamblea unificada de los tercerizados
Esto es un desastre,
como denunciamos oportunamente desde estas mismas páginas.
La responsabilidad es de otra corriente de izquierda
presente en la lucha (caso del PO). Así las cosas, la
realidad es que desde hace largas semanas el frente único
de lucha –y de negociación– de los tercerizados del
Roca se rompió, cuestión de la cual el gobierno no dejó de tomar nota y aprovechar.
No
hay asambleas conjuntas. Tampoco
hay una comisión negociadora conjunta. Y mucho menos un
plan de lucha de conjunto. Cada núcleo de trabajadores,
expresión de una u otra empresa tercerizada, o de uno u
otro obrador, van a negociar por
separado –eventualmente ligados a algún
“referente” o a alguno de los partidos de la izquierda y
sus abogados– mientras
desde el Ministerio de Trabajo se hacen una “fiesta”.
Repetimos.
Era obvio que Tomada iba a tomar nota de lo anterior e iba a
explotar esta división
tratando de favorecer
a aquellos “referentes” que por no ser independientes
y no estar vinculados con ninguna de las organizaciones de
la izquierda, iban a terminar “orbitando” alrededor del
gobierno o de la propia burocracia ferroviaria.
Así
las cosas, tan fragmentado está el frente de lucha y de la
negociación, que en estos momentos nadie sabe a ciencia
cierta en qué punto se está de la misma, con algunos
anunciando “nuevos triunfos”
y otros cayendo en acciones minoritarias con la
caracterización de que “todo está perdido”.
El estrecho margen de la lucha corporativa
Esta
fragmentación ha dejado sin “cobertura” a los compañeros
en lucha de otras líneas. Por ejemplo, la
ascendente experiencia del Belgrano Norte, la que
encuentra que por parte de los compañeros del Roca no hay
ninguna “sintonía” con su reclamo.
Toda
esta situación complica mucho más lo que ha venido siendo
la gran limitación de la lucha:
la enorme dificultad en sumar a los trabajadores
ferroviarios efectivos a la pelea; no solamente en el
caso de las ejecutivas, donde dirige la siniestra burocracia
de la UF, sino
incluso en aquellos cuerpos de delegados donde la mayoría
es de la Bordó. En estos casos, no se ha logrado mover a un
sector de los efectivos en apoyo a la lucha de los
tercerizados enfrentando los equivocados prejuicios que
anidan entre los propios ocupados del ferrocarril (a
este respecto, IS, con peso en el Sarmiento, no ha mostrado
sensibilidad alguna en su cerrado sindicalismo habitual).
En
fin: parecería obvio pero muchos no lo entienden. En una
coyuntura política como la que estamos describiendo –con
elementos de giro reaccionario en las alturas, al tiempo de
desborde por izquierda y una lucha de clases que tiende a
polarizarse–, la herramienta del frente único de lucha es de suma importancia.
Sin embargo, de esto es lo que está careciendo en la
actualidad la lucha de los tercerizados del Roca y de las
demás líneas del ferrocarril.
Hay
todavía un problema más general en la política de la
izquierda hacia la lucha de los tercerizados. Parte
importantísima de la legitimidad de la misma ha venido del
significado que tuvo la muerte de Mariano: su
asesinato mostró y puso en evidencia la lacra de una
burocracia sindical que monopoliza la representación de la
base obrera y hace negocios a costa de ella.
El
hecho que toda la pelea se haya terminado llevando por un
canal exclusivamente reivindicativo, dejando prácticamente de lado la lucha por el
esclarecimiento de los acontecimientos del 20 de octubre, peligra quitarle la profunda legitimidad que tiene la lucha de los
tercerizados, verdaderos “parias” del movimiento obrero.
Sorprendentemente,
esta misma unilateralidad se expresó en el acto del 20 de
diciembre. El hecho es que tanto el PO como el PTS dejaron
completamente de lado en dicho acto la lucha de los
tercerizados. No tuvo ninguna jerarquía en el mismo. Su
palco no fue el último sino el primero. Los compañeros no
cerraron el acto. Está claro que acababan de ocurrir los
acontecimientos del Parque Indoamericano y que los problemas
democráticos debían tener un gran peso en el mismo. Pero se llegó a la ridiculez de quitarle todo peso a la pelea de los
tercerizados (posición que desde el Nuevo MAS habíamos
batallado para que no ocurriera) incluso desjerarquizando la
pelea por el castigo a los asesinos de Mariano.
En
el caso del PTS está claro que esto se debió a que dicha
organización dio por “cerrado” el conflicto y puso toda
la confianza en la actuación de sus abogados. Pero en el
caso del PO esta cuestión es más inexplicable debido a que
respecto de este punto el PO tuvo más “reflejos”. El
conflicto no está cerrado, y ahora amenaza con retroceder, pero
este problema no tuvo ninguna jerarquía el 20.
Por una contraofensiva en la lucha de los tercerizados
Todavía
se está a tiempo para evitar que este retroceso se
profundice. Urge
preparar una contraofensiva en la lucha de los tercerizados.
El gobierno ya está pretendiendo aprovechar los hechos
de Plaza Constitución para desdecirse de sus compromisos.
Además, como ya señalábamos, la causa de Mariano está
siendo completamente cajoneada. Por otra parte, de nada
sirven acciones minoritarias, unilaterales y sin
representación: hace
falta una medida de conjunto que signifique un punto de
inflexión en la pelea ante el incumplimiento ministerial.
A
nuestro modo de ver se trata de reestablecer la unidad en la
lucha poniendo en pie
nuevamente la asamblea de todos los tercerizados, al tiempo
que se resuelve la integración de una comisión negociadora
común. Al servicio de este objetivo, y en la coyuntura
creada por los últimos acontecimientos, nos
parece que la medida correcta que se impone es organizar una
gran marcha de todos los tercerizados al Ministerio de
Trabajo. La ocasión puede ser
el 5 de enero, cuando están citados al Ministerio
los compañeros del Belgrano Norte.
Y
se impone algo más: no
puede ser que los trabajadores ferroviarios miren tan de
lejos la lucha de los tercerizados. Una cosa es donde
dirige la burocracia de la UF y la Fraternidad. En ese caso
las dificultades son muy difíciles de remontar por ahora.
Pero hay varias líneas donde dirigen seccionales
independientes de la Bordó y que vienen estando demasiado
“tímidas” (por decir lo menos) a la hora de
concientizar a los compañeros de base de estas líneas de
que la lucha de los tercerizados es
una lucha de todos los trabajadores del ferrocarril.
Tampoco se han visto muy activos a los miembros de los
cuerpos de delegados acompañando los reclamos de los
tercerizados. Hay que dar vuelta esto: los cuerpos de
delegados independientes deben dar un giro de 180 grados y
salir a apoyar con todo la lucha de los tercerizados y la
posible marcha masiva al Ministerio. Es una obviedad que de
retroceder la lucha de los tercerizados, eso fortalecerá a
Pedraza, el que luego volverá por ellos…
[1]
No satisfecho el PTS con anunciar el “triunfo histórico”
de los compañeros tercerizados del Roca, ahora acaban
de anunciar un nuevo “triunfo”: la supuesta garantía
de pase a planta de los tercerizados del Belgrano Sur y
el San Martín a partir del 6 de enero. No hay que
descartar que en la mesa de negociaciones con el sector
que ellos representan el Ministerio haya asumido uno u
otro “compromiso”. Pero
vista la situación de incumplimiento de conjunto, estos
anuncios triunfalistas solamente sirven para desarmar la
necesaria contraofensiva que hay que poner en marcha.
[2]
La realización de acciones minoritarias con poca base
social real se viene reiterando en el accionar del PO
que cree que esto podría ser “reemplazado” con el
solo accionar del partido. Este es un gravísimo
error que termina debilitando la lucha conjunta de
los tercerizados y expone a su propio partido –y a la
izquierda como un todo– a la calumniosa y reaccionaria
campaña de los K de que la izquierda carecería de
“representación social”. Ejemplo de esto es el
canciller Héctor Timerman que salio a decir que el PO
es un “partido sin obreros”...
[3]
En esto el PTS bate todos los récords: solo
pretende hacer “clic caja” con el pequeño sector
que representa.
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