Socialismo o Barbarie, periódico Nº 198, 01/04/11

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Un día histórico para la vanguardia luchadora

Se realizaron las elecciones en
el nuevo sindicato del Subte

Por Héctor “Chino” Heberling

En medio de la moyanomanía desatada por los medios para pegarle al burócrata sindical más importante de la Argentina denunciando el lavado de dinero con las cuentas bancarias en Suiza pertenecientes a la Empresa Covelia y su apoyo al piquete que bloqueó la salida de los diarios Clarín y La Nación, hubo un hecho muy importante que no fue reflejado por la prensa burguesa: para los medios patronales las primeras elecciones en el Nuevo Sindicato del Subte no existieron.

Los medios patronales tratan de aprovechar por derecha –es decir, para desprestigiar el conjunto de la organización obrera– el “mal momento” y la baja popularidad –por no decir el abierto repudio– que muy justamente gozan los repodridos dirigentes sindicales en la consideración popular. No se trata sólo de Moyano: Zanola sigue preso y el “Momo” Venegas cayó también por la mafia de los medicamentos truchos; Pedraza, su mano derecha Fernández y toda la patota de delegados de la UF están presos por el asesinato de Mariano Ferreyra. Esto no quita que, en el fondo, la patronal necesita de la burocracia para seguir manteniendo domesticados a los trabajadores, pero su intento de aprovechamiento de estos escándalos tiene dos objetivos: ponerle coto a las “ínfulas” de la misma burocracia; y, sobre todo, lo dicho, aprovechar para pegarle por elevación a la idea misma de la organización sindical; más diferencias tienen a la hora de si es necesario o no un lavado “reformista” de la cara de la burocracia: ahí entra todo el tema del reconocimiento de la CTA.

El proceso en marcha de la recomposición

Si fuera por lo que se publica, sólo existirían estos gusanos. Pero la realidad viene siendo otra. Justamente a caballo de ese gran desprestigio, dentro de la clase obrera se está desarrollando sin prisa pero sin pausa un proceso de recomposición de un nuevo movimiento obrero, que al  calor de la lucha contra la patronal y con la asamblea de base como método, desborda a la tradicional burocracia sindical peronista y forja nuevos cuerpos de delegados, comisiones internas o conquista seccionales: ha sido el caso del Subte, de FATE y el SUTNA de San Fernando en el Neumático, de Kraft en la Alimentación, entre otros. Más recientemente, este fenómeno mostró su vitalidad dando un gran paso con el triunfo que significó el pase a planta permanente de miles de ferroviarios tercerizados del Roca y otras líneas. Si a esto le sumamos el hecho de que la cúpula de la UF está presa y en crisis, las próximas elecciones en el Roca potencialmente abren la posibilidad de desalojar a la burocracia en otro sector estratégico como lo es el transporte ferroviario.

Es en este marco más general donde se inscriben las primeras elecciones del nuevo Sindicato del Subte denominado “Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro”. Estas elecciones pueden calificarse (sin exagerar) de históricas: es que estamos hablando de que un sector combativo como lo son los trabajadores del Subte, después de años de duras luchas contra la burocracia de la UTA (y obviamente también contra la patronal y el gobierno) han logrado poner en pie un nuevo sindicato y consolidarlo realizando las primeras elecciones. Hay que destacar este hecho. Defender esta conquista es una prioridad para todos los que nos reclamamos clasistas.

La pelea de estrategias dentro del Subte

Desde ahí partimos para decir, al mismo tiempo, que no todo es color de rosa… Casi al mismo tiempo que se desarrollaban las primeras etapas del nuevo sindicato, y como parte también de las presiones que soportan esta nueva camada de luchadores (desde la patronal, la burocracia y el gobierno), comenzaron a identificarse y diferenciarse distintos sectores de cuál tenía que ser la estrategia a seguir.

A grandes rasgos podemos identificar en esta vanguardia dos sectores. Uno que aboga por un “sindicalismo a secas” que circunscribe la pelea sólo a aspectos reivindicativos como salario, convenio, dándole una impronta corporativa a la lucha, es decir, desligada completamente de las necesidades políticas del conjunto. Hace esto apoyándose en el sentido común de la base de que “no se puede luchar contra todos”. Pero en esta actitud se esconde en realidad el intento de subordinación de una experiencia genuina –que comenzó totalmente independiente– a sectores “que no son jodidos como la UTA y la CGT”: es decir la CTA de Yasky. Y, de ahí, hay un solo paso para colocarse bajo “el gran paraguas del gobierno, que después de todo, es el que nos devolvió todas las conquistas”… Este sector, en definitiva, está en contra de adoptar un curso real de independencia de clase y ata toda su estrategia a que “un sector del gobierno progre nos va a ayudar”.

Por otro lado, están los sectores más luchadores que son influenciados por la izquierda “roja” que adoptan una postura en general más independiente. Es decir, enfrentan a todos los sectores burocráticos como CGT o CTA y a su vez enfrentan al gobierno desde una perspectiva de independencia de clase.

En las elecciones del Subte compitieron dos listas que a grandes rasgos coinciden con el panorama descripto más arriba: la Roja-Negra enrolada en el “sindicalismo a secas” y la Naranja-Bordó-Violeta más identificada con el clasismo.

Un primer dato a señalar es la altísima participación que tuvo la elección. De un padrón de 1.300 afiliados cotizantes fueron a votar poco más de 1.000 compañeros que equivalen al 80 % del padrón, cifra que contrasta con cualquier elección en un sindicato dominado por la burocracia y demostrativa de que se trata de una experiencia tomada por una amplia vanguardia luchadora y genuinamente antiburocrática.

El segundo dato es que, como era esperable, ganó la lista R-N por 719 votos encabezada por Beto Pianelli contra los 347 que obtuvo la lista N-B-V. El triunfo de la Roja-Negra se debe fundamentalmente a que más allá de algunas críticas, la mayoría de los compañeros reconocen en los principales referentes de esta lista a los dirigentes que encabezaron todo el proceso de recuperación de las conquistas como las 6 hs., el salario y que llevaron adelante la lucha por el nuevo sindicato. También coinciden en general con la ubicación de “sindicalismo a secas”. Es decir, no ven aún los peligros que trae estar atados a un sector burocrático pro-K como es la CTA de Yasky , de ahí que explicábamos cómo este sector se apoya “en el sentido común” de la base.

Otro motivo del triunfo fue la alianza a último momento que realizó Beto Pianelli con el sector del Taller Constitución de la Línea C, que es de lejos el sector más aguerrido del Subte y donde por ese motivo se concentraron los más grandes enfrentamientos con la burocracia de la UTA. De ahí que el compañero Segovia sea sino el más importante, uno de los más importantes referentes del Subte. Esa ubicación, y la certeza que no le daban los números, obligó al sector pianellista “a bajar” algunos candidatos cuestionados y ceder algunos puestos clave a este sector mayormente independiente de Pianelli.

La buena elección de la N-B-V

Por otra parte, salta a la vista la buena elección que hicieron los compañeros de la NBV ya que en porcentaje estamos hablando de un 34%, porcentaje pocas veces obtenido por listas impulsadas por la izquierda (un caso destacable es la Marrón del SUTNA que logró el 44% contra Wasiejko). Este resultado deja más en infracción al sector pianellista que mantuvo a rajatabla el criterio antidemocrático a que no estén representadas las minorías en la nueva Comisión Directiva y pone a la orden del día que se revea esta escandalosa medida. A título informativo, podemos decir que Pianelli copia a su amigo, el dirigente del SUTNA Wasiejko de la CTA-Yasky, que también le niega la representación a una minoría –la Marrón– que sacó ¡el 44%! en las elecciones del año 2009.

Desde el Nuevo MAS trabajamos por una coalición que rompiera con el pianellismo incluyendo al taller Constitución y a las agrupaciones de izquierda. Finalmente apoyamos a la lista Naranja-Bordó-Violeta porque consideramos que, más allá de algunos matices, es representativa del clasismo en el Subte [1].

La necesidad de un balance equilibrado

Insistimos. Para hacer un balance equilibrado de estas elecciones y entender su significado hay que partir necesariamente de ubicar al Nuevo Sindicato del Subte como una conquista en el proceso por parir un nuevo movimiento obrero. Dicho esto, no hay que esconder las tensiones que hay dentro de estos sectores que se reclaman anti-burocráticos, producto de las presiones que ejercen los aparatos burocráticos y políticos para quitarle filo, domesticar a estas nuevas experiencias con el objetivo de que no contagien a otros sectores de trabajadores.

Terminada esta etapa “especial”, donde de acuerdo al pianellismo había que cumplir a rajatabla con todos los pasos legales respetando a rajatabla “el estatuto” porque sino se “podía perder todo”, se abre una nueva donde todos los sectores que se reclaman defensores de la democracia sindical y respetan los mandatos de asamblea, y especialmente los que fueron elegidos a la directiva, deben hacer un llamado común para poner en marcha todas las cosas que quedaron “pendientes”, como la reforma del estatuto, la representación de las minorías, cuentas claras publicando los balances, la preparación de la pelea de las paritarias, la afiliación o no a la CTA-Yasky, la fecha y método para la elección del nuevo cuerpo de delegados y un sin fin de temas que van a surgir si realmente se logran traducir en una organización fuerte y vital todas las experiencias de estos años de lucha, sacándola de los túneles en la perspectiva de ser parte y colaborar que dentro de la clase obrera se desarrolle un nuevo movimiento obrero combativo, clasista, independiente de la patronal, la burocracia y el gobierno de turno.


Nota:

1- Un problema de importancia –que corrientes como el PO y el PTS arrastran– es la poca sensibilidad hacia los procesos genuinos donde producto del acostumbrado sectarismo y aparatismo quedan aislados de sectores independientes que para nada se los puede considerar “cooptados por el gobierno”. Se trata, por ejemplo, de actitudes como las que tomaron al finalizar el recuento de votos, donde intempestivamente se retiraron del lugar prácticamente sin saludar a nadie, no esperando a que la Junta Electoral informara –a los más de cien compañeros presentes– que, obviamente, más allá de que algunos querían festejar el triunfo de la lista ganadora, la gran mayoría festejó el mayor triunfo: haber logrado realizar las primeras elecciones de la AGTSyP y pegarle un contundente golpe a la odiada burocracia de la UTA. Lástima: se perdieron de gritar junto a todos los activistas.