Socialismo o Barbarie, periódico Nº 202, 27/05/11

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Strauss-Kahn, ex director del FMI cayó preso por abusador

Defendiendo lo indefendible

Por Patricia López

Cuando estalló el caso Strauss-Kahn, La Nación del 18/5 publicó una nota donde se hace una defensa encendida del encumbrado violador. El autor de la nota es Bernard-Henri Levy, un “intelectual” que se hizo famoso pasándose de la izquierda a la extrema derecha, y vive de defender con argumentos “filosóficos” los genocidios de Israel y EEUU por todos los medios de Europa, que le dan muchísima prensa: una especie de Vargas Llosa francés.

El tipo no cabe en sí de indignación, pero no porque el director del FMI y seguro candidato a presidente de Francia por el Partido Socialista, amigo suyo además, esté acusado de abuso sexual. Lo que abruma a este filósofo mediático es “que el mundo se regodee ante el espectáculo de este hombre esposado”.

Para él, “nada en el mundo justifica que un hombre sea arrojado a los lobos de esta manera”. Nada en el mundo. Ni siquiera el abuso contra una mujer, además empleada del hotel donde el abusador era cliente vip, y además inmigrante africana.

El tipo deplora que “otra mujer, su esposa, admirable en su amor y su valentía, se vea expuesta a las indecencias de una opinión pública ávida de chimentos y vaya uno a saber de qué oscura venganza”.

Ni palabra sobre la mujer que se vio expuesta a las indecencias de un tipo con mucho poder, y que tuvo la valentía de denunciarlo a pesar de todo. Tampoco le cree a Tristane Banon, la periodista que denunció a Strauss-Kahn por un intento de violación cometido en 2002, “hecho –según Levy– que calló durante ocho años, pero que no bien vio la oportunidad, sacó a relucir para venderlo frente a las cámaras”. Se olvida de que la propia madre de Banon, dirigente del Partido Socialista, la convenció en ese momento de no hacer la denuncia.

Hablando del Partido Socialista francés: voceros de esa fuerza opinaron que la acusación contra Strauss-Kahn es una conspiración montada por Sarkozy, su rival en las próximas elecciones.

Si hay que ver una conspiración en este caso, más bien preferiríamos la conspiración montada por el capitalismo imperialista con el FMI para destruir a los países del tercer mundo, cuyos habitantes son obligados a emigrar para limpiar los baños del capitalismo imperialista, baños donde se te tirará encima el director del FMI, cuyos camaradas imperialistas luego afirmarán que las relaciones carnales con el FMI son siempre consentidas.

Hasta el senador francés Robert Badinter declaró que “no hay duda de que estamos frente a una ejecución mediática”, refiriéndose a las imágenes de Strauss-Kahn esposado y escoltado por la policía que se difundieron por los medios. Badinter es un jurista reconocido por ser el responsable de la abolición de la pena de muerte en Francia. Pero a la hora de defender los intereses políticos de su clase, los respetables demócratas hacen coro con charlatanes de ultraderecha como Levy para defender a un violador.

¿Por qué esta vez fue preso?

Strauss-Kahn tiene una larga historia de abusos sexuales, que va saliendo a la luz día a día desde su detención. Aunque algunos de esos casos ya habían tenido difusión, el tipo siempre se las arregló para no ir preso apoyándose en su posición política y económica. Tan impune se sentía, que se ocupaba muy poco de ocultar “su relación patológica con el otro sexo”, como le llamaron fuentes del gobierno francés. Minutos antes de ser detenido en el avión que lo llevaría de vuelta a Europa, había protagonizado un incidente vergonzoso con una azafata, a la que le gritó “¡Qué bonito c...!” delante de todo el personal de a bordo. ¿Qué pasó esta vez que no pudo zafar?

Aparte de las ridículas teorías conspirativas, hay otra idea que recorre los diarios tratando de explicar la “dureza” y rapidez de la justicia yanqui en este caso por la mala relación que EEUU tiene con el acusado, porque éste, desde su posición en el FMI, defendía la desdolarización de la economía mundial.

Sin embargo, el peso del FMI en las decisiones que toma la clase capitalista viene bastante devaluado desde la crisis mundial. Más bien, el mensaje del gobierno yanqui encaja en sus intentos de “legitimación post Bush”: “[El caso Strauss-Kahn] es una historia inspiradora sobre Estados Unidos, donde hasta una mucama puede tener dignidad y ser escuchada cuando acusa a uno de los hombres más poderosos del mundo de ser un predador” (The New York Times, 17/5). Encima, por ser un “caso sexual”, a Obama le vino al pelo para quedar bien con la hipocresía evangélica de la derecha yanqui, que gusta castigar a los hombres públicos que no saben mantener en secreto sus excesos en esta materia. Esto no lo entendió Strauss-Kahn, a pesar de que sus connacionales ya le habían advertido que “allá no puede hacer lo que hace acá”.

Igualmente, es de notar que hace pocos años las “historias inspiradoras” con que se pavoneaba el imperialismo yanqui tenían que ver con soldados devastando naciones pobres; hoy tiene que publicitarse metiendo en cana al director del FMI.

Es que la época en que los predadores, yanquis a la cabeza, quedaban mejor parados cuanto más fuerza, más dinero y más impunidad mostraban, terminó con las insurrecciones latinoamericanas contra el neoliberalismo, y con la rebelión en el mundo árabe y los crecientes movimientos populares en Europa frente a las consecuencias de la crisis mundial.

El titular en la revista inglesa The Economist, “No, he Kahn’t” (juego de palabras entre “no, él no puede” y el apellido del abusador) parece decir: ojo, la gente saqueada, masacrada y abusada se moviliza, se arma y tira gobiernos abajo; no es momento para echar más leña al fuego con un acto tan “políticamente incorrecto” por parte de un político internacional. Esta es la otra cosa que no entendió el ex director del FMI.