Las
elecciones en la Ciudad de Buenos Aires son una tribuna de
alcance nacional, en ella están presentes todos los debates
que cruzan la agenda política y social del país. Desde
esta perspectiva es que en el Nuevo MAS vemos la campaña
electoral como una tribuna de denuncia y lucha contra las
políticas de la burguesía y sus representantes, y en
primer lugar contra el gobierno K.
No
es casualidad que desde hace algunas semanas, el gobierno
hace centro en atacar a los conflictos obreros en particular
–y la recomposición de los trabajadores en general– al
afirmar que son “la principal amenaza del modelo”. Su
“juventud maravillosa” de La Cámpora muestra la hilacha
y algo más al desalojar de la 9 de julio a los Qom, quienes
se encontraban allí luego de haber sido mortalmente
reprimidos por el gobernador K Gildo Insfrán en Formosa;
los secundarios K buscan una y otra vez liquidar a la CUES,
el organismo que centralizó el estudiantazo porteño en los
colegios; y Kristina en persona recita a coro con la Iglesia
la “defensa de la vida” contra las mujeres y el derecho
al aborto.
Rompé la proscripción a la izquierda y los
trabajadores
Desde
el Nuevo MAS entendemos que ante esta situación está al
orden del día poner todos nuestros recursos en denunciar al
gobierno nacional que pretende avanzar contra las luchas en
curso. En este marco la reaccionaria ley electoral
proscriptiva contra la izquierda y los luchadores, va de la
mano de estos ataques a obreros, estudiantes, mujeres y
originarios: intenta censurar toda expresión política de
los explotados y oprimidos. Por eso es que desde nuestra
organización hicimos un llamado a todas las fuerzas políticas
que dicen ser de izquierda y defender los intereses de los
trabajadores a denunciar políticamente y luchar
unitariamente contra esta reforma, utilizando también la
campaña electoral como instrumento para dar esta pelea. La
respuesta no pudo ser más lamentable. El PO y El PTS
mostraron una cerrada negativa a dar esta pelea argumentando
que la ley no era tan grave y que no había por qué
dramatizar. Como resultado de esta comprensión
despolitizada formaron un frente electoral que lejos de
sumar fuerzas divide la lucha de los trabajadores y sectores
populares por sus derechos políticos. Las divide a punto
tal que Altamira y el “Chipi” Castillo entienden que la
proscripción se vence sumando votos, sin decir que en
realidad lo único que hacen es adaptarse sumisamente a los
criterios proscriptivos, porque los 350.000 votos se podrán
pasar o no, pero sin luchar contra la ley, la reforma
proscriptiva queda incólumne frente a la clase obrera.
En apoyo a las luchas obreras
En
las recientes asambleas estudiantiles en la UBA y La Plata,
nuestra ubicación de partir del apoyo a las luchas en curso
y contra la proscripción, volvió a contrastar con la del
frente entre el PO y el PTS. Para ellos, lo único que
existe en la realidad son las elecciones y todo lo
subordinan a ello. Porque esta ceguera autoproclamatoria que
se une para dividir a los trabajadores en sus luchas no se
manifiesta sólo en la batalla electoral, sino también en
las luchas de los trabajadores. Sigue en la misma sintonía
que el 1º de mayo cuando abortaron con una política
electoralista, ultimatista y sectaria la posibilidad de que
confluyéramos todos los sectores independientes con una
tribuna al servicio de las luchas y de la independencia de
clase, transformando el Día Internacional de Lucha de la
Clase Obrera, en el lanzamiento de campaña del
autoproclamado FIT, poniendo como conditio
sine qua non para cruzar el cordón de seguridad y
llegar a la Plaza el apoyar acríticamente las candidaturas
del FIT. ¡Y eso en medio de una desatada ofensiva del
gobierno nacional contra las luchas obreras!
En
cada instancia, desde el Nuevo MAS remarcamos la necesidad
de derrotar la proscripción que no sólo busca censurarnos
a los partidos de izquierda que hacemos uso de la tribuna
electoral, sino que le cierra el paso a que –si así lo
deciden– se expresen también alternativas socio-políticas
de los explotados y oprimidos.
Desde
ahí es que cayó muy bien entre los estudiantes que la
legalidad que supimos conseguir en Capital la pusiéramos al
servicio de luchadores de la Ciudad, lo que derivó en la
integración de las Asambleas del Pueblo a nuestras listas a
la Jefatura de Gobierno y Comunas.
Es
que nuestro planteo por romper la proscripción es por la
defensa de todas
las expresiones de los explotados y oprimidos, que todas
tengamos la posibilidad de usar la tribuna electoral.
En
cambio, el PO y el PTS y su FIT, lejos de alentar la lucha
contra la proscipción desde el ángulo de defender el
derecho los trabajadores en su conjunto, intiman a los
grupos independientes a pronunciarse por ellos como “única
opción”. Su planteo sectario, oportunista y ultimatista
es bastante gráfico de su política que no sólo le
capitula al gobierno y su ley al negarse a enfrentarla como
le propusimos desde el Nuevo MAS, sino que además utiliza
esa herramienta K para excluir al Nuevo MAS del Frente, y
sobre la base de los hechos –de la ley K– plantearse
como “única opción”.
En
Capital alcemos la bandera de lucha por el
derecho al aborto
Otro
de los terrenos de disputa con el gobierno es el de los
derechos de las mujeres. El gobierno de Kristina lanzó un
feroz ataque contra el derecho al aborto en su discurso de
apertura de las sesiones del Congreso, oportunidad en que se
alió en cuerpo y alma a Bergoglio y el nazi Papa de Roma,
vociferando como argumento las consignas de la oscurantista
Iglesia católica de “defensa de la vida” que condena a
muerte a 800 mujeres al año, reforzando a su vez las
cadenas que encierran a las mujeres a la casa y el trabajo
doméstico. En la asamblea de Sociales de la UBA, las
fuerzas del gobierno mocionaron el apoyo al subsidio a las
embarazadas. La Mella planteó una posición propia de apoyo
crítico, mientras que el Frente de Izquierda planteó la
suya también a favor de subsidios pero con montos más
altos que los del gobierno nacional.
Las
Rojas y el Nuevo MAS planteamos que lo que precisan las
mujeres es emanciparse del hogar y de su rol compulsivo de
madre. Que la salida empieza por exigir “trabajo
genuino”, que los subsidios a la maternidad las condenan
(aunque con cadenas más bonitas) a seguir encerradas en la
casa reforzando su exclusión de la vida social. La mujer
tiene que ser parte plena de la vida productiva, integrarse
en la primera fila de la clase trabajadora y fortalecer el
movimiento de mujeres cuya tarea central hoy es exigir el
reconocimiento para decidir sobre su propio cuerpo. Es
decir: conquistar el derecho al aborto legal, libre, seguro
y gratuito. Una pelea que va de frente contra el gobierno K
y que es parte central de nuestra campaña electoral de
Capital.
Allí
el Frente de Izquierda bajó su moción y se sumó a la
nuestra. Pero su “error” no fue un desliz: en los 10
puntos del acuerdo firmado, no sólo desdibujan la lucha
contra la proscripción, también brilla por su ausencia
referencia alguna a las luchas de las mujeres, ni más ni
menos que el 50% de la clase obrera.
Las
asambleas estudiantiles confirman que el Nuevo MAS le
plantea al conjunto de la vanguardia una clara perspectiva
de lucha contra el gobierno K, de apoyo a los conflictos
obreros, por la independencia de clase, contra la proscripción
a cualquier expresión política de la izquierda y por el
derecho al aborto. En cambio, el Frente de Izquierda, que
con la ley K en la mano se postula como “única opción”,
contrasta con un planteo sectario, oportunista y ultimatista
de miras estrechas: hacia su propio ombligo.
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Abajo la reforma política K
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Apoyo a todas las luchas obreras
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Por el derecho al aborto legal, libre, Seguro y Gratuito