Docentes de Santa
Cruz
Quebrar el aislamiento de
la dirección de CTERA para ganar
Por una
verdadera jornada nacional de lucha
Desde el pasado
jueves 23 una nutrida delegación de docentes santacruceños
se encuentra en Buenos Aires. Están peleando por romper la
política del gobierno kirchnerista de quebrar el conflicto,
así como para enfrentar la complicidad de la dirección de
CTERA con estos menesteres, dirección que está jugada a
mantenerlo aislado.
El conflicto de
los docentes santacruceños es el principal del momento: un
verdadero caso testigo. Es por eso que el gobierno de
Cristina está jugado a quebrarlo. Con la mira puesta en la
reelección, con un discurso de mayor "normalización"
del país a gusto de los grupos económicos y pensando en el
ajuste económico que tendrá que llevar adelante el día
después de las elecciones, el kichnerismo se está jugando
a la derrota de la lucha a modo de "escarmiento" a
los que salen a la pelea desbordando el encuadramiento de
los sindicatos adictos y los números que les bajan desde el
Ministerio de Trabajo de la Nación.
Esta es la
explicación de por qué reprimió la noche de ese 23.
Cristina está en campaña electoral y quiere ratificar que
es ella la que lleva la batuta. También para la negativa de
Tomada (y el Ministerio de Educación) de tomar en sus manos
las negociaciones por la huelga docente. Se excusó
aduciendo burdamente que "no era su competencia",
que el conflicto "debía ser resuelto en Santa
Cruz" aun a sabiendas que Peralta les mandó varias
veces la patota a los docentes, decretó un aumento del 25%
(cuando ADOSAC pide el 50%) y ahora trata de avanzar en la
ilegalización de la medida de fuerza. Si hasta Filmus
justificó la represión aduciendo que "colicionaban
dos derechos: el del derecho a reclamar y el del libre tránsito"...
Mirando
para otro lado
La lucha de los
docentes santacruceños muestra otra cosa: una nueva traición
de la dirección de CTERA, dirección enfeudada con la CTA
de Yasky (de la que hace parte Beto Pianelli, una verdadera
vergüenza) y con el gobierno K, y que está jugada al
aislamiento de la huelga. Al momento que estamos cerrando
esta edición, se ha limitado a decretar este lunes 27 una
"jornada de solidaridad" que no ha significado
nada de nada, que a nada obliga: ni una escuela paró en
apoyo a los compañeros y compañeras santacruceñas, más
allá de que el repudio a la represión ha sido inmenso y
que en todas las escuelas del país se respiran aires de
profunda solidaridad con el reclamo en las bases docentes.
El rol de CTERA es
un verdadero escándalo. Se trata de la abierta traición a
uno de los conflictos docentes más importantes de los últimos
años. Esto por parte de una conducción que desde hace años
ha dejado a los docentes a la deriva, no toma una sola
medida de lucha nacional; y las escasas veces que lo ha
hecho nacionalmente, es cuando ya es tarde y hay que
repudiar la muerte de un compañero como ocurrió con
nuestro camarada Carlos Fuentealba... No por nada los
santacruceños le achacaban con sus cantos si "no
estaban esperando un nuevo muerto para decretar un paro
nacional..."
Por su parte, la
otra CTA, la de Micheli, formalmente se posicionó a favor
de la lucha de los santacruceños; sin embargo, tampoco tomó
ninguna medida práctica al respecto. Viene de una jornada
nacional de lucha el pasado 8 de junio en la que ni siquiera
nombró las medidas tomadas por los docentes de la provincia
austral. Ahora se limita a proferir bellas palabras pero no
toma ninguna medida de lucha concreta. Su único interés
pasa por operar por encima de las necesidades y luchas de
los docentes de carne y hueso para ver si, burocráticamente,
puede sacar tajada del justo desprestigio que está
sufriendo la dirección de CTERA por esta nueva agachada.
Forzar
la solidaridad activa para ganar
La delegación de
compañeras y compañeros que han venido a Buenos Aires están
cumpliendo un rol de vanguardia en la pelea. Es que la
dirección "centrista" de Muñoz y Galván
(apoyados por la Lista Lila y las agrupaciones sindicales
que se nuclean en el ex MIC) hace rato que está jugada a
levantar el conflicto. Nunca tuvo confianza en que el mismo
se pudiera ganar. Ya hace diez días intentó levantar la
huelga y fracasó. Luego se le arrancó el viaje de la
delegación a Buenos Aires, pero igualmente siguió jugada a
la levantada con la idea de concretarla el pasado sábado
25. Si ese Congreso de delegados volvió a ratificar la
continuidad, fue por el inmenso repudio que desató la
represión de Cristina y porque luego de casi 60 días de
heroica lucha todavía quedan reservas entre los compañeros
y compañeras.
La dirección de
ADOSAC no ha podido hasta el momento del cierre de esta
edición hacer votar la levantada. Sin embargo, sí ha
intentado atar de pies y manos a los compañeros y compañeras
de la delegación para que no puedan llevar adelante ninguna
acción más o menos convincente.
Pero para romper
la política de quiebra del conflicto del gobierno K, y el
aislamiento de CTERA, hay que hacer lo opuesto a lo que
plantea la dirección de ADOSAC: tener confianza en que el
conflicto se puede ganar, apoyarse en los sectores más dinámicos
en la Provincia para recuperar los índices de adhesión
(que siguen siendo importantes a pesar del tiempo
transcurrido) y desatarle las manos a la delegación en
Buenos Aires para que, apoyada por las organizaciones
sociales independientes, el activismo docente y la
izquierda, puedan convocar a la realización de una
verdadera jornada nacional de lucha con medidas activas:
paros, clases públicas, ocupaciones de establecimientos
educativos, etcétera. Una jornada nacional de lucha que
rompa el aislamiento de CTERA y obligue al gobierno a
negociar.
El conflicto se
puede ganar: solamente se trata de tener una política para
lograrlo.
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