Como parte del proceso normalizador del gobierno K, que
incluye el necesario acallamiento de la izquierda
revolucionaria, la ofensiva proscriptiva está tomando
dimensiones brutales: ahora, entre otras medidas
escandalosas que ponen en manos de los punteros del PJ prácticamente
el total de la elección en Provincia de Buenos Aires, el
juez Blanco se niega a entregar las boletas en la interna
abierta, dejando en manos de cada fuerza suministrarlas urna
por urna, escuela por escuela. Aunque podrían dar marcha
atrás con esta medida en cualquier momento, lo cierto es
que este nuevo episodio es parte integral del ataque a la
izquierda por parte del gobierno: cada semana hay una nueva
medida que pone palos en la rueda a la presentación de la
izquierda.
Cada paso proscriptivo que da el
gobierno y la justicia, da una razón más a la campaña que
impulsamos desde el Nuevo MAS: la pelea contra la proscripción
a la izquierda fue uno de los ejes principales de nuestra
política. La impulsamos con todo desde comienzo de año, y
la redoblamos luego durante toda la campaña electoral de
Capital Federal y ahora en Buenos Aires y a nivel nacional.
Pero lo que parecía una obviedad, salir a enfrentar la
proscripción al conjunto de la izquierda con una campaña
unitaria como planteamos desde el Nuevo MAS, no fue tal,
debido a que tanto desde el PO como del PTS se tuvo una línea
opuesta: adaptarse a la nueva ley lo mejor que se pueda,
buscando la legalidad partidaria (lo que es correcto) bajo
el nuevo reglamento impuesto por el kirchnerismo sin
protestar en lo más mínimo (algo absolutamente incorrecto).
Es que la visión de secta de ambas corrientes sólo les
permitió ver hasta dónde afectaba la nueva ley pero sólo
a ellos mismos, a su ombligo, y no al conjunto de la
izquierda y los luchadores, como problema político global.
Tras meses de estar haciendo oídos sordos a nuestros
planteos, nos terminan dando la razón por la vía de los
hechos: el FIT ahora salió a despotricar contra la
proscripción. Pero la magnitud del oportunismo que imprime
este giro más electoralista que político, ya que los empujó
más el pánico que una visión global del problema, queda
contrastada con cómo este debate fue despreciado por ellos
a lo largo de estos meses. Veamos qué decían el PO y el
PTS frente a la proscripción hace sólo semanas y cómo
pasaron de la pedantería política a la cruda realidad, al
tiempo que esperamos una respuesta positiva a nuestro
planteo de encarar una fiscalización en común el 14 de
agosto.
“Los que corren el riesgo de no obtener el 1,5 son
Duhalde y todos los demás”
Con esta frase que sorprende respondía Altamira en un
reportaje en TN el 19 de abril a la pregunta del periodista
Marcelo Zlotogwiazda, a propósito de las posibles
dificultades de pasar el piso de la interna abierta. [1]
Pasajes y comentarios como éste se pueden encontrar de a
montones; es que el FIT nunca tomó con un mínimo de
seriedad el problema de la proscripción. En esta tónica,
el PO se mostraba desafiante contra los que planteaban darle
un voto de tipo democrático al FIT para que pudieran pasar
el “piso”: Pitrola decía en su prensa que “el
énfasis en atravesar el 1,5% electoral es una
autoconvocatoria a la marginalidad política, lo cual no
interesa a nadie” (Editorial Prensa Obrera 1179). Esta
subestimación a uno de los tantos aspectos de la proscripción
la ratificaron en otras notas de ese mismo número, como
cuando sostuvieron que “un riesgo tiene que ver con
imprimirle al frente una línea electoralista, como sería
la de oscurecer el contenido del frente con la insistencia
en un ‘voto democrático’ que nos permita superar el
1,5% en las primarias”, o con el mismo Altamira cuando
duplicaba la apuesta, rechazando el voto “antiproscripción”
por una cuestión casi de principios: “Nuestra
posición es: 1) no llamamos a nadie que tiene intención de
votar por partidos capitalistas a que nos de un ‘voto
democrático’ en nuestras internas, porque si se trata de
luchar contra la proscripción el método es la movilización,
no la confusión (estafa) política; 2)
rechazamos el voto a los K en el primer o en un segundo
turno, porque se trata del gobierno capitalista de los
mineros, petroleros, cerealeros, banqueros, etc.”.
Por el lado del PTS, lo que primó fue el seguidismo al
PO, el ir de acá para allá a la rastra del mismo: cuando a
propósito de la conformación del FIT y el debate que ponía
sobre la mesa el Nuevo MAS sobre la proscripción, sostenía
que había que “desdramatizar”, “al afirmar que ellos,
el PO e Izquierda Socialista están en condiciones de
conseguir la legalidad a nivel nacional” (Página 12,
5/04/11). Más claro, echarle agua: para el PTS el problema
de la proscripción era sólo por los requisitos para
obtener la legalidad nacional, pero al haberla obtenido y
habiendo hecho un acuerdo “técnico-político” para
saltar la valla del 1,5%, daba por finalizado el problema.
Y, de paso, se aprovechaban que otros partidos no teníamos
la legalidad nacional bajo los parámetros de la nueva ley
proscriptiva para ubicarnos por fuera del frente nacional.
Es decir, utilizando la ley burguesa proscriptiva para
proscribir a nuestro partido, un escandaloso criterio sin
principios y, para colmo, al servicio de una
“descafeinada” campaña donde no es ya sólo el PO el
que pega carteles con caras sin consigna alguna, sino que el
PTS ha seguido el mismo criterio: parecería que la
despolitización debería ser la marca en el orillo para
transformarse en un partido más “grande”...[2]
La nula importancia que le dieron desde un principio a la
proscripción, es tan así que en su programa de conformación
no mencionaron ni una palabra del tema: en un principio eran
10 puntos (que vaya sea de paso, ni el derecho al aborto habían
puesto en su plataforma inicial); luego de nuestra campaña
en Capital, sacaron otro programa de 22 puntos donde sí
incluían el aborto entre otras cosas, pero de la proscripción
ni media palabra.
Como se puede apreciar, la ceguera con la que se movían
estos partidos la combinaban con la equivocada lógica de
intentar resolver problemas de índole político con puras
medidas técnico-organizativas: para ellos no había que
hacer campaña contra la proscripción, no había que dar
una batalla política contra el endurecimiento reaccionario
de una de las normas principales de la democracia patronal,
no había que explicar a la vanguardia qué es lo que
implicaba este ataque a la izquierda y los luchadores y
salir a enfrentarlo, sino limitarse a cumplir los requisitos
de la nueva ley reaccionaria, lo que no configuró otro
comportamiento que la lisa y llana adaptación oportunista a
la misma.
Está claro que
la
reforma política no la tomaron como un golpe al conjunto de
la izquierda y los luchadores por parte de un gobierno que
se juega a acallar a la izquierda en todos los planos, sino
como una nueva serie de problemas “técnicos” que
cumplir para poder presentarse a elecciones, por lo tanto
jamás intentaron enfrentarla políticamente.
El sorprendente y vergonzoso “cortá boleta, votá a
Cristina y al FIT” de Altamira [3]
Pero cuando vieron los resultados electorales de Santa Fe,
Capital, etc. y que el 1,5% del piso electoral era difícil
de pasar también para ellos mismos (aunque se trata de una
pelea abierta, y donde la Provincia de Buenos Aires, donde
todavía no se votó, es la que más tradición tiene de
voto a la izquierda independiente), borraron
con el codo lo que escribieron con la mano, y pasaron,
en sólo días, de la más abierta autoproclamación y el
desprecio por el voto democrático, al más burdo
electoralismo.
Para aquél que pueda tener alguna duda, veamos cómo el
mismo Altamira lo
explica en el periódico Diagonales (24/07/11): “yo
creo que a la gente militante y luchadora del kirchnerismo
hay que decirle: ‘Querés defender a Cristina, bueno votála
sólo a ella. Para abajo votá al Frente de Izquierda’. Si
Cristina es el proyecto y los demás son todos derechistas,
votá al Frente de Izquierda.” [4] ¡Esto aparte de
una vergüenza es un escándalo! Impresentable el
oportunismo de llamar a votar al peronismo y al Frente, que
es una posición
capituladora para con el mismo gobierno que apaña a la
burocracia sindical. Y en los términos que hablaba el
PO anteriormente, ¿esto no era una “estafa”? Demás está
decir que se trata de un llamado suicida, realizado por el máximo
candidato del frente, a que no lo vote a él mismo, y a que
la izquierda no tenga candidatura presidencial en octubre,
un dato que sería sin precedentes desde 1983.
Días después, sin embargo, el PO sale a llorar por los
rincones y a pedir por favor que los voten porque la ley
electoral es proscriptiva, tiene un piso electoral del 1,5%
que es difícil de superar, y que un juez sacó un fallo
escandaloso… Y cuando desde el Nuevo MAS planteábamos
hacer desde el conjunto de la izquierda una campaña contra
la proscripción ¿Que decían el PO y el PTS?
Desdramatizar, ya tenemos la legalidad, el problema es para
Duhalde, acuerdo técnico-político… ¡Un poco tarde
piaste!
Contra la proscripción y por la independencia de clase
Desde el Nuevo MAS
vamos a seguir sosteniendo bien alto las banderas contra la
proscripción a la izquierda, al tiempo que mantenemos firme
nuestra consigna “Si votás a Cristina, votás a la
burocracia sindical”. Seguiremos empapelando, pintando y volanteando en
las calles, las fábricas, los lugares de trabajo, de
estudio y los barrios, denunciando que es el gobierno
nacional el que quiere silenciar a los luchadores, mientras
sostiene a burócratas como Moyano, Pedraza, Martínez y
Yasky. Te invitamos a participar de nuestra campaña
electoral, sumándote a las actividades, y a fiscalizar el
14 de agosto, en lo que será una dura pelea contra el
aparato kirchnerista.
Un voto al Nuevo MAS es un voto contra la proscripción a
la izquierda, contra el Gobierno Nacional y la oposición
patronal: un voto por la verdadera independencia de clase.
¡Cortá boleta y uní a la izquierda! ¡Pero no votés a
Cristina! ¡Votá a presidente al Frente de Izquierda y a
diputados y senadores nacionales al Nuevo MAS!
Notas:
1. Se puede ver la nota entera en Youtube, “Presentación
del Frente de Izquierda en Palabras+palabras-”.
2. La campaña del PTS en Santa Fe tiene como eje el
despolitizado “que los diputados ganen igual que un
docente”. En todo caso, para no alimentar los prejuicios
“antipolítica”, ¿no sería mejor poner “que los
docentes ganen como los diputados”?
3. Recordemos
que el llamado oportunista al corte de boleta también
caracterizó la campaña del FIT en la Capital Federal.
4. http://www.elargentino.com/nota-149974-A-los-que-quieren-defender-el-modelo
-que-voten-a-Cristina-y-para-abajo-a-nosotros.html.
En la misma, Altamira agrega que “este Frente clausura una
etapa de proscripciones dentro de la izquierda y el Frente
de Izquierda es la respuesta a la inquietud que usted planteó.
Hoy, vamos a una competencia contra los que no son de
izquierda, y no entre la izquierda”. Después de haber
proscripto al Nuevo MAS del frente, suena a ironía de mal
gusto.