Prisión domiciliaria III –
No conformes con mandar a su casa a José Pedraza, ex dirigente de la Unión Ferroviaria y principal responsable político del asesinato de Mariano Ferreyra y las graves heridas provocadas a Elsa Rodríguez, otros dos ejecutores del homicidio recibieron el beneficio de la excarcelación.Hace dos semanas, elTribunal Oral N° 21, la otorgó a Claudio Alcorcel, quien fue condenado a 8 años de cárcel y la semana pasada el ex empleado ferroviario Francisco Salvador Pipitó, condenado a 11 años de cárcel como partícipe necesario.
En cómodas cuotas, desde las decisiones de la Justicia fueron sumando resoluciones para favorecer a los condenados directamente, así como a los acusados en causas paralelas, como la de soborno al juez Eduardo Riggide la Cámara Federal de Apelación, absuelto de culpa y cargo por la Cámara Federal de Casación. Después de muchas excusaciones previas de otros jueces, triunfó la máxima: “entre bueyes no hay cornadas” y las escuchas prolijamente documentadas entre los magistrados y los dirigentes de la ex cúpula de la Unión Ferroviaria quedaron archivadas.
Parece que estos criminales también se han transformado en “viejitos buenos”, aunque en estos últimos dos casos no es por su edad, sino por “su buena conducta” dentro del penal. Estos matones al servicio de los intereses de la burocracia tienen estos privilegios mientrasla mayoría de los trabajadores, después de haberse deslomado durante años reciben la jubilación mínima o algunos unos pesos más, y sí están “presos” en sus domicilios porque no pueden movilizarse por sus condiciones de salud y de “pesos”. Ellos sí que son presos que hay que liberar de sus cárceles, a las que los llevó la brutal explotación de su trabajo.
La andanada de “domiciliarias” de los represores se está reproduciendo (y aumentada, ya que la excarcelación es un beneficio superior, ya que es una “libertad bajo palabra”, donde deben presentarse al Tribunal del 1 al 5 de cada mes) en la lista de los condenados por el crimen de Mariano. Quieren arrebatarnos lo que fue un triunfo de la movilización de la juventud, los trabajadores, las organizaciones independientes y de izquierda que logró poner entre rejas a los ejecutores materiales y algunos de los principales ideólogos del ataque criminal.
Ellos se pusieron en pie de guerra para quitarnos el inmenso logro que, aunque no fue todo por lo que salimos a luchar, fue un inmenso paso adelante. Una sentencia histórica que hirió profundamente al todopoderoso poderde los dirigentes de los sindicatos.
Pongámonos en marcha para que no nos arrebaten este triunfo.
“Que Pedraza y su patota vuelvan a la cárcel común”
Ese debe ser nuestro grito de guerra que vuelva a inundar las aulas, los lugares de trabajo, las calles. Ellos son parte del repugnante andamiaje de burócratas y matones a su servicio que lucran con el salario, la salud y la vida de los trabajadores y sus familias. A ellos, al gobierno y su Justicia que los ampara debemos enfrentar en las calles con la más amplia unidad de acción de todos aquellos que salieron por Justicia por Mariano y hoy también están dispuestos a hacerlo, sumando a nuevas generaciones de jóvenes, para que vuelvan definitivamente a la cárcel.
Ana Vázquez