Claudio Testa


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Reunión del Grupo de los 20 en China en medio de una crisis de estancamiento –

 

Finalizó esta semana la reunión anual del “Grupo de los 20 países industrializados y emergentes” (G-20)[1], realizada bajo la presidencia de China.

Y no se trató solo de la presidencia. Por primera vez el G-20 se reuníaen China, en la histórica ciudad de Hangzhou, poblada desde hace unos 5.000 años y una de la “Siete Antiguas Capitales” del país.

El G-20 se inauguró con un despliegue espectacular de coreografías y fuegos artificiales que hicieron recordar al de las Olimpíadas de Pekín del 2008. Y, como en las Olimpíadas, este show monumental tuvo formas artísticas pero tambiénun claro mensaje. “¡Atenti!,¡Somos una Gran Potencia!”

En ese tren, la conducción de la reunión por Xi Jinping, presidente de la “República Popular China”, no fue una mera formalidad. Actuó como uno de los vértices de un triángulo, completado por Obama y Putin, en medio de un clima mundial cargado cada vez más de tensiones a todo nivel, económicas y geopolíticas.

El G-20, sin “brotes verdes” en la economía pero con conflictos geopolíticos cada vez más enredados y tensos

Oficialmente, el G-20 se reúne todos los años desde 1999, para discutir temas de la economía mundial. Pero también, extraoficialmente –en reunionesrestringidas por fuera de la agenda–,se tratan cuestiones de política internacional.Una de ellos fue las guerras de Siria y Ucrania, debatidas entre Obama y Putin, a puertas cerradas en una reunión especial. Otro tema, que estuvo flotando en el ambiente del G-20 desde que Obama aterrizó en el aeropuerto de Hangzhou, son las tensiones entre China y Estados Unidos.

Como era de esperar, los “grandes líderes mundiales” no le dieron solución a ninguno de los temas oficiales o extraoficiales: ni la sombría situación de la economía mundial, ni el genocidio que lleva ya cinco años en Siria, ni los peligrosos encontronazos en los mares cercanosentre las flotas y aviones de EEUU y China.

Las tensiones geopolíticas entre EEUU y China saltaron antes de la reunión, apenas al aterrizar Obama. Fue un episodio menor y confuso, pero exagerado hasta el ridículo por los medios occidentales.

Según el protocolo, al aterrizar los aviones que llevan a los jefes de Estado y sus delegaciones, el país anfitrión debe colocar una alfombra roja, una escalera especial, establecer un lugar donde los funcionarios chinos y de la embajada correspondientes recibirán a los que llegan, otro lugar para la prensa, etc.

Eso se hizo para todas las demás delegaciones. Pero, al aterrizar Obama, no había ni escalera, ni alfombras rojas, ni lugar para ceremonial, ni funcionarios chinos. Obama debió descender en una pequeña escalera del propio avión, mientras en tierra se producían incidentes entre algunos uniformados chinos, y funcionarios y periodistas norteamericanos.

Lo probable es que se tratase de una confusión de los chinos. Pero losignificativo es la histérica reacción de buena parte de la prensa occidental.

La reunión posterior de Obama con Putin para considerar los temas de Siria y Ucrania no anduvo mucho mejor que el aterrizaje sin alfombra roja. No llegaron a ningún acuerdo. Es que, en ambos casos, EEUU estaría demandando cosas que, en cierto modo, significarían una rendición por parte de Moscú. Y, en ninguno de ambos frentes, a Rusia le va tan mal como para estar obligada a levantar bandera blanca.

Ante las nubes negras en la economía mundial, también sin acuerdos de fondo

En el tema oficial y central del G-20, la situación de la economía mundial, la cosa no anduvomejor. Se habló mucho y se resolvió muy poco. En lo que hubo más coincidencias es que las cosas no van bien.

Aquí el problema no es que falten escaleras ni alfombras rojas, sino que el avión no levanta vuelo. En vísperas del G-20, el FMI presentó un informe sobre la situación de la economía mundial. Allí pinta un cuadro sombrío y perspectivas peores:

“Hay indicios de un crecimiento mucho más débil este año, especialmente en las economías avanzadas del G-20. […] El panorama global sigue siendo a la baja, con una dinámica desfavorable de crecimiento a largo plazo, y con desigualdades de los ingresos domésticos que constituyen grandes desafíos para los políticos… [..]La desaceleración del crecimiento del comercio y la inversión, confirman ampliamente el bajo ritmo de la actividad global. La disminución de las inversiones están agravadas en muchos países por los problemas de sobreendeudamiento del sector privado y del balance del sector financiero. [Todo eso] pesa sobre las perspectivas de crecimiento a largo plazo…

“[…] Este período de bajo crecimiento ha perjudicado a los sectores de bajos ingresos y ha hecho crecer los cuestionamientos a la globalización y empeorado el clima para hacer reformas. [“reforma”: palabra utilizada para endulzar las políticas neoliberales salvajes contra las masas trabajadoras y populares].

Por su parte, casi simultáneamente, la “directora gerente” del FMI, Christine Lagarde –ajustadora rabiosa y una de los responsables del genocidio contra el pueblo griego– hace una confesión sorprendente sobre los resultados sociales de dos o tres décadas de neoliberalismo.

“El bajo crecimiento globalque se combina con la creciente desigualdad, está alimentando un clima político contra las reformas [es decir, el neoliberalismo y la globalización] y a la favor de políticas orientadas al mercado interno. En las economías avanzadas,en los últimos 20 años los ingresos del 10% más rico de la población se incrementaron un 40%, mientras que en los de más bajos ingreso, no crecieron. La desigualdad también se ha incrementado en muchas economías emergentes…”(Christine Lagarde, We Need Forceful Policies to Avoid the Low-Growth Trap”, IMF Home Page, September 1, 2016).

El cinismo de Christine Lagardeno tiene límites. ¡Después de reconocer que el resultado de la era neoliberal ha sido el crecimiento brutal de la desigualdad –que ya en muchos países “ricos” es mayor a la registrada antes de la crisis de 1929/30–, insiste en seguir con más de lo mismo!

Por supuesto, en mayor o menor medida, los participantes compartieron la preocupación demadame Lagarde sobre el estancamiento o muy bajo crecimiento de la economía mundial. También hubo lágrimas de cocodrilo acerca de la “desigualdad”. Pero eso no se tradujo en resoluciones de fondo. La economía mundial va a seguir anémica.

“Los líderes de las principales economías del mundo –concluyen los corresponsales de Reuters– acordaron en términos generales en la cumbre de China coordinar las políticas macroeconómicas. Pero surgieron muy pocas propuestas concretas para encarar los crecientes desafíos a la globalización y el libre comercio.”(Kevin Yao&Michael Martina, «G20 promises to coordinate on economy, but little in way of concrete steps», Reuters, Sep 5, 2016)

Es que la misma crisis hace más enconada y tramposa la competencia entre ellos… que se oculta tras los discursos lacrimógenos sobre el “libre comercio”y las “desigualdades sociales”. Todo eso dificulta la cooperación para salir del pantano. En el fondo, como siempre, la consigna es “¡Sálvese quien pueda!”

Así, China, que presidió la reunión, es acusada por yanquis y europeos de hacer dumping en sus exportaciones, al subsidiar muchas ramas –como por ejemplo, el acero–, dejando así “fuera de combate” a sus competidores mediante “golpes bajos”.Por eso, veladamente, en las intervenciones de europeos y estadounidenses se multiplicaron las “advertencias” a China. [2]

Esto fue contestado, también “indirectamente” por Xi Jinping. En resumen: si el acero chino resulta más competitivo, es porque han tomado medidas “dolorosas” para modernizar esa industria. ¡Entonces, que paguen las consecuencias de no tener un “poder fuerte” que dirija la economía con mano de hierro, como el de la burocracia billonaria de Pekín! [3]

Sin embargo, aunque es difícil conocer con exactitud su real situación, hay indicios de que el estancamiento de China y su situación financieraserías quizás peores que el de sus competidores.

Notas:

1.- Los miembros permanentes del G-20 son: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia,India, Indonesia,Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia,Sudáfrica, Turquía, y un delegado de la Unión Europea. Además asisten invitados de distintos continentes (por ejemplo, España) y también una delegación del Fondo Monetario Internacional y otras instituciones financieras.

2.- Xavier Fontdegloria, “La cumbre termina con el compromiso de relanzar el crecimiento, pero sin grandes avances”, El País, 6 Sep 2016.

  1. -“China’s resolution gives hope to world economy”, Xinhua, Sep 6, 2016.

 

 

¿El proteccionismo en ascenso?

Más ampliamente, los enfrentamientos (y sobre todo la falta de resoluciones concretas) del G-20 de Hangzhou reflejan que el clima se está “calentando” y los roces crecen… a pesar de los lubricantes diplomáticos.

Hasta hace poco se suponía que la llamada“Gran Recesión”, detonada en la crisis financiera de Wall Street del 2008, había logrado evitar entre las grandes potencias el giro a un proteccionismo como el que dislocó al mercado mundial a poco de iniciarse la crisis de 1929/30.

Esto fue así en los primeros tramos de la crisis. Pero los vientos están cambiando, a medida que la crisis no se supera. Por el contrario, todo apuntaría a un largo ciclo de recesión-depresión. En ese contexto, de hecho, todo el mundo – ¡y no sólo China!– comienza a “jugar sucio”.

Más importante aún es que la alternativa proteccionista es ya una realidad internacional que va más allá de cualquier maniobra de dumping.

Así, el Trans-Pacific Partnership (TPP) tratado de “libre comercio” enfocado contra China, está con problemas de implementación. El otro gran proyecto, el Transatlantic Trade and Investment Partnership (TTIP) entre EEUU y la Unión Europea, parece haber muerto antes de nacer. Asimismo, el Brexit implica una ruptura proteccionista. Y, dentro de lo que resta de la UE, esas tendencias crecen.

Otro síntoma importante es que al interior del campeón del “libre comercio”, los Estados Unidos, crece el proteccionismo. La candidatura de Trump refleja eso.

Desde ya, aun estaríamos lejos de una dislocación del mercado mundial, como la de 1929/30. Pero el viento comienza soplar en el sentido proteccionista y del “¡sálvese quien pueda!”. La globalización o internacionalización de las cadenas productivas hoy dificulta más el rumbo autárquico, pero estos obstáculos no son absolutos.

Lo cierto es que el curso del capitalismo en su versión neoliberal no ha hecho más que ir de crisis en crisis.

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