UNA APROXIMACIÓN DESDE EL MARXISMO –
Esta última semana, el tema de la llamada “inseguridad” estuvo en boca de todos. El hecho que fungió de detonante fue el caso ocurrido en la ciudad de Zarate en donde un carnicero luego de haber sido asaltado optó por subirse a un vehículo, perseguir a su asaltante y atropellarlo dándole muerte. Frente a este terrible acontecimiento, la sociedad se sintió convulsionada y cruzada por un fuerte debate acerca de si estuvo bien o estuvo mal el carnicero. En este marco el Presidente de la Nación, Mauricio Macri, declaró que “el carnicero debería estar con su familia, tranquilo”. La posición del marxismo revolucionario en relación a esta situación, muy compleja, es simple y clara.
En primer lugar queremos dejar en claro que desde el marxismo no avalamos el robo a particulares como mecanismo de respuesta social, y lo condenamos abiertamente cuando esteafecta a los trabajadores y demás sectores populares quienes se sacrifican diariamente para poder vivir y adquirir cualquier bien de consumo. El robo y el asalto individual contra particulares no es un método de lucha propio de los trabajadores: no los ayuda en su organización,ni hace avanzar en nada su conciencia de clase, ni suma en su lucha contra las cadenas de la opresión y la explotación.
En realidad, esta metodología ajena a los trabajadores, es propia del lumpenproletariado. Está capa social es uno de los productos típicos de la sociedad capitalista. Siendo un sector desclasado y descompuesto de la sociedad burguesa, en su desesperación, tiende a no tener reparos en atacar a los trabajadores y demás sectores populares.
Pero no avalar los robos, tampoco nos lleva a justificar el asesinato de cualquier persona en nombre de la propiedad privada.
Los grandes medios le han dado una impresionante difusión a este hecho, y con él han pretendido imponer en la agenda pública el problema de la “inseguridad”, y como su “solución lógica”: la política de mano dura y represión. A la cohorte de represores con micrófono, se han sumado todos los funcionarios del gobierno y, como ya hemos visto, hasta el mismo Presidente de la Nación. Estas voces se aprovechan del hartazgo de buena parte de la sociedad para tratar de imponer un régimen policiaco; el cual, en nombre de la lucha contra la inseguridad, amedrente en los barrios a sus habitantes.
La causa de la inseguridad que se vive en gran parte del país, y en particular en el gran Buenos Aires, no es la falta de policía, o la existencia de leyes benignas para los chorros,o de jueces y fiscales garantistas: el chorro no es la causa de la inseguridad, sino su síntoma.
El sistema capitalista en que vivimos tiene como principal objetivo el maximizar las ganancias de los empresarios, el garantizar que unos poquitos se enriquezcan. Esto se realiza sobre la base de explotar y corromper al conjunto de la sociedad. Así es como en su derrotero crea la inseguridad social alarrastrar a cientos de miles de personas a la marginación, la desesperación y la descomposición social. Esta es la causa principal, el origen de este problema. El capitalismo genera todas las condiciones para que florezca la inseguridad social y luego la delincuencia.
Por eso debemos ser claros. Cualquier política que diga que quiere combatir la inseguridad pero que no pretenda terminar con la explotación de la población es una mentira y una estafa. El gobierno, al igual que todos los partidos patronales (UCR, ARI, CC, PS, FpV-PJ…) son verdaderos estafadores cuando hablan de sacar nuevas leyes “más duras” o de incrementar la “presencia policial en las calles”. En los últimos años aumentaron los efectivos de la policía bonaerense de 50.000 a 90.000, configurándola como la principal fuerza represiva del país. El resultado de este innecesario derroche de recursos públicos fue un aumento de la inseguridad, de la brutalidad policial en los barrios, y del narcotráfico.
Pero si los políticos patronales en general son estafadores, Mauricio Macri se lleva las palmas. El cinismo criminal de este hombre no tiene parangón. Él se presenta como el principal defensor de este sistema capitalista; defiende a rajatabla el derecho de los ricos y empresarios a ganar suculentos dividendos a costa de trabajadores superexplotados y salarios bajos. Esto lo hace, al señor Presidente de la Nación, el principal responsable del incremento de la inseguridad social y de la criminalidad: él y su cohorte de alcahuetes a sueldo.
Pero, honestidad obliga, hay que reconocer que en su burguesa cabeza hay coherencia, una repugnante coherencia, pero coherencia al fin. Es que en la medida que el sistema que él defiende no puede ser otra cosa que una usina de descomposición social, él exalta el uso y abuso de la violencia. Sus declaraciones defendiendo el derecho de cualquier persona de matar a quien le haya robado, no sólo es un delito penal agravado por su condición de Presidente de la república, sino que muestra su deseo burgués de implementar, por la vía de los hechos, la pena de muerte para los delitos contra la propiedad privada.
Los marxistas condenamos tanto el robo al carnicero, como el asesinato del ladrón. Y más allá de este caso en particular, queremos dejar en claro que la responsabilidad de estas tragedias y de otras similares que lamentablemente seguirán ocurriendo, son de quienes se benefician con este sistema capitalista de explotación: la burguesía, sus partidos y principalmente el gobierno nacional que los defiende.
Martín Primo