Un tercio de los argentinos es oficialmente pobre –
“Estamos mal, pero vamos bien”. Esta frase está cumpliendo 25 años desde que la dijera Carlos Menem allá en 1991 cuando, Cavallo mediante, empezara a aplicar de lleno su plan económico. Hoy aquellas palabras parecen ser el mantra que repite permanentemente el macrismo y que resuena como viejo eco de ultratumba. De los dos núcleos que contiene esa frase, el único que es claro e indiscutible es el primero. Por lo menos eso es lo que demuestra claramente el último informe del INDEC sobre pobreza que se hizo público esta semana. Según el organismo oficial de estadísticas, en la república Argentina hay 8.772.000 personas por debajo de la línea de pobreza un 32.2% de la población. Y según cálculos de la Universidad Católica Argentina, Macri es el generador de 1.400.000 de esos pobres en sus nueve meses de gobierno.
Este dato que se informó, es por sí sólo muestra del actual deterior de las condiciones de vida de amplias franjas de trabajadores. Del informe oficial también se deduce que la pobreza se ensaña particularmente con los niños. Según el INDEC, el 47,7% de los chicos menores de catorce años están por debajo de la línea de pobreza: casi la mitad de los chicos.
Pero solo es la punta del iceberg de algo más grave. Es que aunque las estadísticas que ofrece el INDEC no estén tan dibujadas como durante el gobierno anterior, no dejan de ser por demás tramposa. Vemos porque decimos esto. El INDEC, para calcular este dato, establece un índice: la Canasta Básica Total (CBT) en la cual incluye la Canasta Básica de Alimentos (CBA) más otros gastos como son el transporte, la salud y la vestimenta; pero deja afuera algunos conceptos clave como son el costo de la vivienda y ponderar el gasto en medicamentos de la población de mayor edad. Esto lleva al falso resultado según el cual una familia no es pobre aunque tenga que vivir en la calle por no poder alquilar una pieza para dormir, o que jubilado supere la línea de la pobreza aunque se muera por falta de medicamentos.
Pero dejemos de lado este tema y veamos que más nos dice este informe. Luego de realizar un complejo desarrollo estadístico, llegan a la conclusión que una familia que vive en el Gran buenos Aires compuesta por una pareja y dos hijos necesitan tener un ingreso de $12.500 para no ser pobres (este monto siempre ignorando el costo de la vivienda) mientras que el salario mínimo es de 7560, apenas el 60% de la CBT. Es decir que el gobierno reconoce por medio del INDEC que el salario mínimo en la Argentina no le basta a un trabajador para mantener a su familia.
M.P.