Por Martín Primo


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El FIT, luego de una larguísima modorra se apresta a organizar su acto en Atlanta. Basta ver los afiches que cada corriente ha sacado a la vía pública para dar cuenta de dos fenómenos.

El primero es que la convocatoria al acto no ha logrado superar las estériles peleas intestinas entre los convocantes. Fueron incapaces de elaborar un afiche común que convoque con alguna orientación política, nada de eso; cada corriente llama por su cuenta e inventa las consignas que le vengan en ganas. En lo único que ha coincidido es en ignorar al otro, cada uno promociona su acto, con sus oradores y tapa a los ajenos.

Lo segundo es que el acto no tiene más miras que revisarse las pelusas acumuladas en el ombligo, y en eso el PTS se lleva las palmas. Toda su orientación gira alrededor de que el FIT “sale a la cancha”. ¿Qué significa eso? Más allá del ingeniosísimo juego de palabras que hace alusión al lugar del acto, parecería querer decir que el Frente de Izquierda, recién después de once meses y nueve días de que Macri asumió el gobierno, tiene intenciones de dar muestras de vida.

Fueron nueve meses y once días en los cuales el FIT defraudó a cada uno de los votantes que creyeron que esa era una opción de lucha contra el ajuste, hartó a miles por sólo servir como foco de división de la izquierda y la vanguardia, como se evidenció en ocasión del Encuentro Obrero en Racing que se jugaron a reventar y lo hicieron exitosamente, o en oportunidad de la Marcha Federal en la cual jugaron todas sus cartas para que un sector del activismo obrero no diera la batalla por un paro general.

Desde ya que no va a faltar el aguzado comentarista de redes sociales que nos acuse de ser francotiradores que simplemente queremos desprestigiar al FIT, y tras eso un montón de barbaridades y acusaciones “de principios”. Pero lo cierto es que ésta no es una caracterización nuestra, sino del propio Altamira, quien más allá de las últimas PASO, no deja de ser un referente importante del FIT.

El histórico dirigente del PO ha publicado en Facebook que “El acto que realizará el Frente de Izquierda en el estadio de Atlanta representa, objetivamente, una autocrítica política. El FIT estuvo ausente, en cuanto tal, del escenario político a todo lo largo de un año de transición excepcionalmente crucial”. Y continúa: “Hemos asistido a un inmovilismo del FIT de carácter estratégico, por su alcance y porque que ha puesto en cuestión su capacidad para explotar la crisis en desarrollo y para potenciar a la clase obrera como alternativa de poder (…). De lo que se trata ahora es de saber si el demorado giro político que representa el acto del 19 es o no una corrección de este rumbo”.

Una autocrítica contundente aunque inconsecuente, puesto que la misma no parte de las necesidades objetivas de la clase obrera, sino de las “subjetivas” del propio FIT. Para Altamira el problema no es que el FIT fue un factor desorganizador de la lucha contra Macri, y por lo tanto facilitó objetivamente la labor traidora de la burocracia, sino que el problema es que debido a eso pudo quedar cuestionado el FIT como alternativa electoral (nunca está de más recordar que todos los miembros del FIT han definido esta alianza como exclusivamente electoral, por lo tanto no puede proyectarse de otra manera que como alternativa de cara a las elecciones).

En definitiva el acto que impulsa el FIT no es otra cosa que un intento de reacomodarse de cara a las elecciones del año que viene. Reacomodamiento que lo hace de manera morosa y arrastrando todas y cada una de las taras sectarias y autoproclamatorias que caracterizan a los partidos que dirigen ese frente. Por eso no es de extrañarnos que a diferencia de otras oportunidades en las que el FIT lograba arrastrar a otros grupos a sus actividades, en esta ocasión muchos se desinteresaron de tal convocatoria.

Desde el Nuevo MAS entendemos que la orientación ombliguista, sectaria y de autoconsumo del Frente de Izquierda requiere repensar de conjunto la necesidad de poner en pie otra alternativa de izquierda y socialista que parta de las necesidades concretas de los trabajadores y no de la pelusa umbilical. Un frente que se postule como un polo político obrero y socialista, que sea capaz de agrupar a la juventud, las mujeres y los trabajadores en pos de enfrentar al gobierno de Macri y luchar por un gobierno de los trabajadores.

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