Desde principios de enero se han dado movilizaciones en las ciudades y pueblos de todo el país, incluso en las zonas más turísticas. Con carácter insurreccional en zonas que no se habían movilizado en años.

El gobierno entre dos fuegos: las luchas generalizadas y Trump

El detonante fue el aumento de la gasolina a precios internacionales, lo que repercute en el ya bajo nivel de vida de la población. Los trabajadores mexicanos son de los más explotados del planeta, jornada de trabajo de más de 10 horas en las fábricas, salarios de hambre; por ejemplo, un maestro gana 4 dólares diarios y un plato en un restaurante popular cuesta mínimo 2 dólares.

Ya antes había sectores en lucha como los maestros, los poblados contra los proyectos que destruyen sus hábitats, y por los derechos humanos con las movilizaciones por los 43 estudiantes normalistas desaparecidos.

A pesar de la represión generalizada que el gobierno ejerce utilizando el Ejército, con la excusa del narcotráfico, existen grupos de activistas en todas las regiones, que aunque les cueste sus vidas siguen militando contra las injusticias. Se han comenzado a crear coordinadoras que tratan de centralizar la movilización.

Desde el principio de las protestas contra el aumento de la gasolina, la organización patronal nacional Corpamex se distanció del gobierno criticando la medida. Huelen bien que puede ser la gota que desborde el vaso de la rebelión popular.

El gobierno reaccionario y represor no sólo ha perdido el apoyo más importante, el del imperialismo yanqui, sino que éste lo ataca, debilitándolo hasta el momento.

La continua movilización también debilita el gobierno que ya hubiese caído si no fuera por el apoyo de los partidos de «oposición» como el de López Obrador y de la burocracia sindical.

México tiene 50 millones de trabajadores, 13 millones en el sector industrial, pero tienen dificultad para organizarse sindicalmente por la represión y el nivel de explotación.

Las remesas que vienen de los EEUU son la principal fuente de recursos, la política de Trump puede provocar miseria y delincuencia para los mexicanos.

La candidata indígena

Con mucho interés hemos asistido a la jornada abierta del Congreso indígena en Chiapas. Nos cruzamos con centenares de activistas mejicanos y extranjeros interesados en la situación del país.

No pensábamos encontrarnos con personas de tantos sectores sociales, maestros, artistas, estudiantes, trabajadores de la electricidad, militantes contra el fracking, contra la construcción del nuevo aeropuerto que va a expulsar habitantes de Atenco, luchadores ecologistas, mujeres, comités por los detenidos, desaparecidos y asesinados de las diferentes regiones, activistas y personas interesadas de muchos países.

Más de 2 mil personas asistieron ese domingo 1 de enero a la ratificación de las decisiones del Congreso Nacional Indígena. La decisión más importante, fue la participación en las elecciones presidenciales de 2018. Será una mujer que hable una lengua indígena.

En su presentación, la vocera explicó que iban por todo, por las fábricas para los obreros, por las tierras para los campesinos, por educación, salud, vivienda para todos, justicia para las víctimas, protección para los niños, niñas, mujeres, contra las violencias sexuales, por el respeto y los derechos de las etnias, de los LGTB, etc.

En el contexto racista sexista del Estado capitalista, con un gobierno neoliberal que ataca con violencia trabajadores y sectores oprimidos, esta candidatura puede movilizar amplios sectores a nivel nacional. Miles de personas buscan una alternativa a la izquierda de los partidos existentes. Cuando los zapatistas dicen no querer nada con estos últimos, le damos la razón si se refieren a los partidos del sistema capitalista mexicanos. Pero los revolucionarios deben organizarse, y es lo que los zapatistas ya hacen muy bien. Logran reunir y alimentar más de dos mil personas en las cercanías de un pueblo un poco alejado de San Cristóbal de las Casas. Y eso lo vienen haciendo desde hace varios años. Esa organización se llama partido también.

Felicitamos la reflexión sobre su política anterior que califican de excluyente, ahora han decidido participar en las elecciones para incluir a todos aquellos que buscan un terreno de unidad para luchar.

Desgraciadamente, hasta el momento al EZLN no se le ve agitarse frente a la enorme movilización de masas. No se puede esperar hasta la convocatoria del Congreso indígena en mayo para ayudar a las masas movilizarse.

Perspectivas de lucha

También existe una unidad cultural, geográfica, social, entre los habitantes de ambos lados de la frontera, las solidaridades y las luchas van a reforzarse mutualmente a pesar, (o gracias?) al bárbaro guerrerista de Trump. 50 Millones de estadounidenses son latinos, 25 millones votan![1] Ya son mayoría en 28 grandes ciudades.[2] Con una población en crecimiento y que amenaza con ser la primera minoría en los próximos años!

Aunque los trabajadores y el pueblo mexicano van a sufrir todas las políticas proteccionistas de Trump tenemos confianza en que surgirá una alternativa de izquierda para todos. Hemos visto una juventud radicalizada y militante que será capaz de organizarse y dar respuesta política. Como ejemplo hemos conocido una joven estudiante que trabajó en una maquila en las cercanías de la capital. Conoció voluntariamente la explotación de la clase obrera y las dificultades para organizarse, ella estaba en el Congreso indígena buscando respuestas. Esta generación que no tuvo ni las ideas guerrilleristas ni las ilusiones con los progresistas como Chávez, con la tradición de la revolución mexicana y la influencia que se siente de Trotsky no será fácilmente derrotada por los productores de barbarie: Trump, Peña Nieto y su sistema.

Por Flora Kessler

Notas:

[1]http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/03/160304_internacional_elecciones_eeuu_2016_cifras_latinos_lf

[2]http://www.elmundo.es/america/2011/06/01/estados_unidos/1306941137.html

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