El pasado viernes 17 de febrero, César Milani, “el general de Cristina Kirchner”, quedó detenido en el Servicio Penitenciario de la Provincia de La Rioja luego de que se negara a declarar (presentó un escrito en el que rechazó las acusaciones) en una de las causas en las que se lo investiga como principal autor de crímenes de lesa humanidad. La decisión del arresto de Milani fue dispuesta por el juez federal Daniel Herrera Piedrabuena. Se lo acusa de haber estado involucrado en los secuestros y torturas de Pedro Olivera y su hijo Ramón, en 1977; y de Verónica Matta, en 1976, cuando era un joven oficial en el Batallón 141 de Ingenieros de La Rioja.

En la madrugada del 12 de marzo de 1977 un grupo de oficiales del Ejército entró a la casa del Barrio Ferroviario de los Olivera. Despertaron a la familia y la llevaron a la entrada de la vivienda. Permanecieron allí durante una hora cuando un militar joven, al que Ramón reconoció como Milani, dijo que se llevaría al padre de la familia para averiguación de antecedentes. A Pedro Olivera lo trasladaron al Instituto de Rehabilitación Social (IRS), la cárcel que funcionó como el principal centro clandestino de detención provincial. Dos días después lo liberaron con medio cuerpo paralizado y una trombosis cerebral. Ese día, el 14 de marzo de 1977, secuestraron a Ramón mientras trabajaba en las oficinas de la Dirección de Obras de Ingeniería de la municipalidad de la ciudad de La Rioja y también fue llevado al IRS, donde fue torturado.

Ramón Olivera realizó una primera denuncia ante la Comisión Riojana de Derechos Humanos en 1984 y ratificó sus dichos en 2013 ante la justicia. Además, la situación judicial del ex jefe de Ejército, a cargo de una estructura de inteligencia paralela a la ex SIDE durante el final del segundo mandato de Cristina Kirchner, podría complicarse aún más por otra causa en la que se lo investiga por delitos de lesa humanidad, en Tucumán. El juez Fernando Poviña podría procesarlo por el encubrimiento del asesinato del conscripto Alberto Ledo, más precisamente sospechado de haber falsificado un documento en el que la desaparición de Ledo se atribuye a una aparente deserción, aunque hay testimonios que contradicen esta versión.  Por otro lado, en Capital Federal, Milani enfrenta una imputación por enriquecimiento ilícito. El juez Daniel Rafecas ya lo procesó y el caso se encamina hacia el juicio oral y público.

Sin embargo, es evidente que gracias a la protección superior que tenía de la ex presidenta Cristina, Milani no fue investigado antes y lleva ya más de 40 años de total impunidad. Su detención deja en claro que el discurso del kirchnerismo sobre los derechos humanos tuvo siempre elementos de “ocasión”, de inconsecuencia, de duplicidad: ¿Por qué a Milani no se lo habría de juzgar como a todos los genocidas?

Todo esto legitimado por un aparato encubridor formado por operadores mediáticos y judiciales que no son muy diferentes a los que acompañan hoy al gobierno de Mauricio Macri. Los medios de comunicación hegemónicos que fueron cómplices del terrorismo de Estado, que durante muchos años despreciaron a quienes militaron por memoria, verdad y justicia, y que incluso minimizaron y trataron a toda costa de deslegitimar la revisión jurídica del terrorismo de Estado con el pretexto de un supuesto “revanchismo”, hoy impostan su repentino interés por la causa de los derechos humanos.

Causa indignación el obsceno y descarado uso que hace el gobierno de Cambiemos del hecho procesal de la detención de Milani. El gobierno de Macri no hizo ni hará nada. En este poco tiempo que llevan ejerciendo el poder han “mostrado la hilacha” de su inclinación ideológica, política y económica con las concepciones que promovieron y justificaron el golpe de estado, su plan político de terror y su plan económico de represión y ajuste a los sectores populares. Por eso constituye un acto de bajeza extrema, que se regocijen de una decisión judicial acertada y justa, para usarla como moneda de cambio en las internas burguesas, y lo peor, levantarla como un trofeo propio usurpándoselos a sus legítimos dueños, las victimas, sobrevivientes, familiares y militantes de Derechos Humanos.

Desde el Nuevo MAS acompañamos a los familiares de las víctimas, junto a otros sectores políticos y organizaciones de derechos humanos, celebramos con energía el dictamen de la justicia y vamos a continuar firmes en esta lucha hasta que todos los responsables y autores del terrorismo de Estado de la última dictadura militar que aún están libres y caminan impunemente en nuestro país sean condenados efectivamente. A donde vayan los iremos a buscar.

Corresponsal

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